lunes, 28 de enero de 2008

Manifiesto oficial del N.S.D.A.P, con respecto a la población campesina y la agricultura



1. Importancia de los campesinos y de la agricultura para Alemania.

La Nación alemana cubre una considerable parte de su subsistencia mediante la importación de alimentos del extranjero. Antes de la Primera Guerra Mundial podíamos pagar esta importación con los beneficios de nuestra exportación industrial, nuestro comercio y nuestro capital invertido en el exterior. Esta posibilidad nos ha sido cortada por el desenlace de la Guerra Mundial.


Actualmente abonamos nuestras importaciones de alimentos principalmente con dinero extranjero prestado. A través de ello el pueblo alemán se ha endeudando cada vez más, hipotecando su patrimonio a favor de los financieros internacionales que le suministran los créditos. De continuar las cosas así, el pueblo alemán se irá empobreciendo de forma creciente.


La liberación de esta servidumbre sólo es posible si el pueblo alemán puede alimentarse en lo esencial de sus propias tierras.


De ahí que el incremento del rendimiento de la agricultura nacional se ha transformado en una cuestión vital para el pueblo alemán.


Un campesinado económicamente sano, con fuerte capacidad adquisitiva es, además, de una importancia decisiva para las ventas de nuestra industria, remitida en el futuro de forma creciente al mercado interno.


Reconocemos no sólo la importancia descollante de las capas productoras para nuestro pueblo, sino qua también vemos en el campesinado al portador principal de la salud hereditaria popular, la fuente rejuvenecedora del pueblo y la columna vertebral de las fuerzas armadas.


La conservación de un campesinado eficiente, también numéricamente fuerte en relación con la creciente cifra de la población total, constituye un pilar fundamental en la política nacionalsocialista, precisamente porque está dirigida al bienestar de todo el pueblo y las generaciones venid


2. Desprecio del campesinado y descuido de la agricultura en el estado alemán actual.


El mantenimiento de un campesinado económicamente sano está gravemente amenazado por el Estado “alemán" actual. Este no tiene en consideración la importancia biológica y económica de esta capa social y actúa en oposición a la exigencia vital de un mayor rendimiento de la agricultura. Se impide el aumento de la producción agraria porque faltan los medios necesarios de explotación debido al creciente endeudamiento de los agricultores, y porque se carece de incentivo para una productividad acrecentada, ya que la labor rural ha dejado de proporcionar beneficio.


Las causas de esta rentabilidad insuficiente de las tareas del campo han de buscarse en lo siguiente:


a) En la actual política fiscal, que grava desproporcionadamente a la agricultura. Esto ocurre por consideraciones político-partidistas, y porque la potencia mundial del dinero judío, que es quien en realidad gobierna en la democracia parlamentaria, anhela la destrucción de la agricultura alemana, ya que entonces el pueblo alemán, y en especial la clase trabajadora, caerá enteramente a su merced.

b) En la competencia de la agricultura extranjera, que trabajando en condiciones más favorables, es beneficiada por una política aduanera hostil a nuestros agricultores alemanes.


c) En las ilícitas y cuantiosas ganancias obtenidas por el comercio mayorista con productos agrarios, que actualmente está, en su mayor parte, en manos de los judíos.


d) En los precios usurarios que el labrador debe pagar por el abono artificial y la electricidad a los consorcios, generalmente judíos.


La mezquina recompensa del trabajador de la tierra, no alcanza para satisfacer las elevadas contribuciones a las que se le obliga. El agricultor se ve entonces obligado a contraer deudas, por las cuales debe abonar intereses usurarios. Se hunde cada vez más en la servidumbre del interes y pierde finalmente su casa y su campo en favor de los dueños, generalmente judíos, del capital prestamista.


La clase rural alemana está siendo de este modo expropiada.




3. En el futuro Reich propugnado por nosotros ha de regir un derecho agrario comunitario y se realizará una política agraria comunitaria.


No puede haber esperanzas de una mejora trasendental en las condiciones de pobreza en que se debate el pais, ni un renacimiento de la agricultura, mientras el gobierno alemán está en realidad dominado por los magnates financieros, ayudados por el sistema parlamentario democrático de gobierno; porque éstos desean destruir la pujanza de Alemania, la cual radica en el campo.


En el nuevo y enteramente diferente Estado alemán, al cual aspiramos, los labradores y la agricultura serán tratados con las consideraciones que se merecen, en virtud del hecho de que constituyen uno de los principales puntos de apoyo de un verdadero Estado Nacional alemán.


1.- El suelo alemán será tornado en posesión por todo el pueblo alemán y defendido por él, puesto que constituye su territorio histórico y la garantía de la conservación de su vida. Por eso, debe ser administrado en este sentido por cada uno de los propietarios del suelo.


2.- Solamente los ciudadanos alemanes pueden ser propietarios del suelo alemán.


3.- La propiedad de bienes raíces adquiridos legítimamente por ciudadanos alemanes será reconocida como bien hereditario. Pero este derecho de propiedad estará supeditado a la obligación de utilizar el suelo también en beneficio de todo el pueblo. La vigilancia de esta obligación será competencia de juzgados corporativos, que se integrarán con representantes de todos los grupos profesionales de la población que realiza tareas rurales y con un representante estatal.


4.- El suelo alemán no debe ser objeto de especulaciones financieras ni servir para renta sin trabajo. Solamente podrá ser adquirida por aquel que se proponga cultivarla por sí mismo. En toda venta de tierras el Estado tendrá, por consiguiente, el derecho de preferencia.


Está terminantemente prohibido hipotecar tierras a prestamistas privados. Para evitar esto, la agricultura a través de sus asociaciones corporativas o del Estado, recibirá los créditos de explotación necesarios en condiciones ventajosas.


5.- Por la utilización del suelo alemán el propietario deberá pagar al Estado una tasa fijada de acuerdo al volumen y la calidad del patrimonio. Mediante este impuesto de productividad del suelo caducará cualquier otro impuesto estatal sobre tierras y establecimientos agrícolas.


6.- Con referencia al tamaño de los establecimientos agrícolas no puede haber una reglamentación esquemática. Un gran número de fincas pequeñas y medianas es, sobre todo, importante desde el punto de vista político-demográfico; a su lado, sin embargo, también el establecimiento grande cumple sus objetivos necesarios y está justificado siempre y cuando conserve una relación sana con respecto a la finca pequeña y mediana, prioritaria.


7.- Será necesaria la sanción de una ley de herencia que impida la subdivisión de la propiedad y la acumulación de deudas sobre la misma.


8.- El Estado tendrá derecho a incautarse de la tierra, a cambio de una compensación adecuada, en los casos siguientes:


a) Cuando las tierras no sean propiedad de un miembro de la Nación.


b) Cuando – a juicio del Tribunal de la Tierra – se compruebe que su propietario no procede, merced a una mala administración y falta de responsabilidad, de acuerdo con los intereses colectivos.


c) Con el propósito de establecer en ella agricultores independientes en los casos en los que el propietario no trabaje la tierra por si mismo.


d) Cuando así lo exijan los fines del Estado que contemplen el interés general (obras públicas, comunicaciones, defensa nacional, etc.)


Las tierras adquiridas ilegalmente (en el sentido del Derecho comunitario germánico), se expropiarán gratuitamente.


9.- El Estado tiene el deber de colonizar toda tierra disponible con arreglo a un plan fundado en las altas consideraciones de una política de población. La tierra será adjudicada a los colonos como posesión hereditaria, bajo condiciones que tornen posible la subsistencia. Los colonos habrán de escogerse examinando sus aptitudes cívicas y profesionales. Deberá favorecerse en primer lugar a los hijos de agricultores que no pueden heredar (ver punto 7)


La colonización de las fronteras orientales es de importancia suma para el interés general. No bastará en este caso con el mero establecimiento de granjas; será necesario, además, funar poblaciones que sirvan de mercado, según la nueva rama de la industria. Esta será la única forma de crear la posibilidad de que las granjas más pequeñas resulten un negocio conveniente.


Será deber de la política exterior de Alemania el proporcionar grandes extensiones de tierra para el establecimiento y la nutrición de la creciente población alemana.


4. La clase campesina será elevada económica y culturalmente.


El Estado tiene el deber de fomentar la elevación del nivel económico y cultural de la clase campesina, de acuerdo con su importancia para todo el pueblo, y eliminar de esta manera la causa principal del éxodo rural.


A.- La presente miseria de la población rural debe aliviarse de inmediato merced a la abolición de gravámentes y otras medidas de emergencia. Hay que evitar que se declaren nuevas insolvencias reduciendo por ley el tipo de interés de los préstamos, colocándolo en el nivel que prevalecía antes de la guerra, y mediante la acción sumaria contra la extorsión.


B,. La política del Estado debe velar porque la agriculutra resulte conveniente como negocio. La agricultura alemana estará protegida por medio de aranceles, por medio de reglamentación gubernativa de las importaciones y por medio de un plan nacional de instrucción.

La fijación de los precios de los productos agrícolas no estará sujeta a las especulaciones bursátiles, debiéndose al par contener la explotación de los intereses agrícolas por parte de los grandes intermediarios. El Estado estimulará la transferencia de los negocios de estos últimos a las asociaciones de agricultores.



Las organizaciones cooperativistas de la agricultura tienen la misión de reducir los costos de producción para los agricultores y de acrecentar la producción. (Mediante el suministro de máquinas agrícolas, sustancias para abono, semillas, animales de cría, además de colaborar en la lucha contra las plagas, proporcionar asesoramiento agropecuario gratuito, estudio químico del suelo, etc.). En el cumplimiento de estas tareas, las organizaciones cooperativistas serán apoyadas ampliamente por el Estado. La intervención del Estado debe proporcionar, en especial, un abaratamiento esencial de los abonos artificiales y de la energía eléctrica.


C.- Las organizaciones fundarán también, por medio de contratos concebidos en el sentido social, la clase de los trabajadores del campo, como miembros de la comunidad agrícola. La inspección y el arbitraje en lo que atañe a estos asuntos, serán de incumbencia del Estado. Los buenos trabajadores serán los propietarios. El tan suspirado mejoramiento de las condiciones de vida y de los salarios de los obreros agrícolas tendrá lugar en forma automática así como mejore la situación agraria general. Una vez modificado favorablemente este estado de cosas, ya no habrá necesidad de emplear en el campo a trabajadores extranjeros, costumbre que en el futuro quedará prohibida.


D.- La importancia de la clase del campesinado para el pueblo requiere la promoción estatal de la formación profesional y técnica. (Hogares para la juventud Provincial, Escuelas Superiores de Agricultores, con preferencia para los jóvenes funcionalmente aptos, pero carentes de recursos, etc.).


5. Las organizaciones económicas cooperativistas no pueden solucionar definitivamente los problemas de la clase campesina, sino solamente el Movimiento de liberación alemán del NSDAP.


La actual en penuria de la gente de campo es una parte la penuria de todo el pueblo alemán.


Es un error pensar que una sola profesión puede excluirse de la comunidad de destino alemana, y un crimen el azuzar a la gente del campo y a la de la ciudad una contra otra, pues ambas están unidas entre sí en la prosperidad y en la adversidad.


Las "ayudas" económicas dentro del marco del sistema político imperante no pueden traer un mejoramiento real, pues la penuria del pueblo alemán radica en su esclavización de la cual sólo pueden liberarlo medios políticos. Los viejos partidos políticos hasta ahora gobernantes, que han conducido a nuestro pueblo a la esclavitud, no pueden ser los conductores en el camino de la liberación.


Las organizaciones profesionales tienen que cumplir en nuestro futuro Estado importantes funciones económicas y en este sentido, pueden realizar desde ya una labor preparatoria, pero para la lucha de liberación política ‑que es la que ha de crear las premisas para el Nuevo Orden social ‑, son inadecuadas, pues esta lucha no puede ser llevada desde el punto de vista de una clase o profesión, sino desde el punto de vista del pueblo en su totalidad.


La lucha de liberación contra nuestros opresores y sus recaudadores de tributos sólo puede ser conducida exitosamente por un Movimiento de liberación Político que en total reconocimiento de la importancia­ del campesinado y de la agricultura para la totalidad del Pueblo reúna a los alemanes conscientes de todas las profesiones y clases del pueblo.


El Movimiento que llevará a cabo y conducirá hasta el fin la lucha política por la liberación del pueblo alemán es el NSDAP.




Munich, 6 de marzo de 1930
(firmado) ADOLF HITLER

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