domingo, 3 de febrero de 2008
EL JURAMENTO PAGANO
Entendemos como juramento la expresión solemne de la asunción de un comprimiso legítimo y el honor que se recrea emanado del cumplimiento del propio acto solemne, independientemente de la dificultad que suponga. Un juramento es la toma de responsabilidad sobre algún hecho en cuestión. Casi siempre de forma solemne una persona que asume una nueva responsabilidad toma un juramento que delimita un “antes y un después” de la toma de la susodicha responsabilidad de la cual emana el propio juramento.
En la vida cotidiana escuchamos muchas veces el “te juro por X que yo haré X cosa” y lo escuchamos con relativa frecuencia independientemente el valor que pueda tener para la persona que asume un juramento. Sin embargo tenemos otros casos que representan más la seriedad del acto de Jurar como el Juramento en los Tribunales, el Juramento de Bandera y el Juramento Hipocrático así como también observamos desde la más remota antigüedad la importancia de los juramentos en casi todas las culturas.
En el primer caso señalado la persona asegura que durante la sesión dirá “la verdad” de tal modo que si su mentira queda demostrada, podría ser juzgado por “perjurio”, esto es, el incumplimiento del Juramento prestado ante los testigos de la sala.
Por otro lado el Juramento de Bandera supone una actividad similar pero que vincula al soldado con un compromiso con sus superiores, el espíritu del ejército y el propio sentir del patriotismo. Si en este caso las actividades del soldado demuestran un claro incumplimiento del juramento podría verse envuelto en un problema legal, ante un tribunal militar, que le podría costar (y en el mejor de los casos) la expulsión. Un caso muy parecido suponen los juramentos al ingresar en un cuerpo concreto de la Policia o cualquier cuerpo de seguridad del Estado. También podríamos añadir el “Juramento Olímpico” jurado por el Atleta momentos antes de la apertura de los Juegos.
El juramento Hipocrático es el juramento al que se someten los médicos, el cual debe de ser presenciado por otros médicos (nuevamente tenemos el elemento “testigo”). Con este Juramento el graduado en medicina orienta su propia ética y los usos de sus factuldes profesionales en beneficio de la sociedad. La palabra “Hipocrático” desciende de Hipócrates, el griego considerado “padre de la medicina” y la Tradición nos cuenta que el Juramento fue redactado por el propio Hipócrates, dicho juramento iría destinado a uno de sus discípulos hacia el siglo IV (antes de la Era Común). El juramento ha variado mucho, pues el verdadero invocada a varios Dioses, como por ejemplo Apolo y Panacea. Sin embargo el juramento Hipocrático contemporáneo ha sido modificado varias veces y ajustado a los “tiempos científicos modernos” consta de 15 puntos. A continuación señalados:
En el momento de ser admitido como miembro de la profesión médica, ante mis maestros y en esta Facultad de Medicina que me enseñó todo cuanto sé, juro que:
1. Consagraré mi vida al servicio de la humanidad.
2. Guardaré a mis maestros el debido respeto y gratitud.
3. Practicaré mi profesión con conciencia y dignidad.
4. La salud de mis pacientes será el objetivo prioritario de mi trabajo.
5. Respetaré los secretos que me fueren confiados en todo aquello que con ocasión o a consecuencia de mi profesión pudiera haber conocido y que no deba ser revelado.
6. Consideraré a mis colegas como a mis propios hermanos y no formularé a la ligera juicios contra ellos que pudieran lesionar su honorabilidad y prestigio.
7. No permitiré que prejuicios de religión, nacionalidad, raza, partido político o nivel social se interpongan entre mi deber y mi conciencia.
8. No prestaré colaboración alguna a los poderes políticos que pretendan degradar la relación médico-enfermo restringiendo la libertad de elección, prescripción y objeción de conciencia.
9. Guardaré el máximo respeto a la vida y dignidad humanas. No practicaré, colaboraré, ni participaré en acto o maniobra alguna que atente a los dictados de mi conciencia.
10. Respetaré siempre la voluntad de mis pacientes y no realizaré ninguna práctica médica o experimental sin su consentimiento.
11. No realizaré experimentos que entrañen sufrimiento, riesgo o que sean innecesarios o atenten contra la dignidad humana.
12. Mantendré la noble tradición médica en lo que a publicidad, honorarios y dicotomía se refiere.
13. Procuraré mantener mis conocimientos médicos en los niveles que me permitan ejercer la profesión con dignidad y seguridad.
14. Si llegado el día en que mis conocimientos o facultades físicas o sensoriales no fueran las idóneas para el ejercicio profesional no abandonase éste voluntariamente, pido a mis compañeros de hoy y de mañana que me obliguen a hacerlo.
15. Hago estas promesas solemne y libremente, bajo Palabra de Honor, en memoria de todos los que creen o hayan creído en el honor de los médicos y en la ética de sus actuaciones.
Los Griegos tuvieron una filosofía muy amplia y muy parecida a sus vecinos tanto “civilizados” como “bárbaros” sobre el concepto de prestar juramento. Pitágoras creía, por ejemplo, que el Juramento había que buscarlo en el seno de la propia Divinidad pues, según él, todo el complejo de la Naturaleza subsistía dentro de la propia Divinidad. Los Egipcios juraban habitualmente por Isis y por Osiris así como por Apis estrayendo de su compromiso un amplio sentir religioso. Los Persas ponian al Sol “como testigo” de sus juramentos y para los Escitas era el aire el testigo.
En todas las profesiones de importancia se realizan hoy en día compromisos formulados con la forma de Juramentos. Desde políticos hasta reyes, pasando por jueces y abogados. Todas las religiones mantienen posturas similares, en el Islam están las Afirmaciones que tras pronunciarlas frente a Testigos pasas a ser un miembro más. La lista es verdaderamente interminable.
Al estudiar esto sacamos en conclusión varios factores claves que nos proporcionan una orientación bastante clara del concepto “Juramento”:
1) El Juramento es la toma de una responsabilidad a veces sujeto a una orientación ética determinada.
2) El Juramento a menudo se hace a consta de Divinidades y/o el propio Honor.
3) Muchas veces el Juramento requiere de testigos que lo presencien y testimonien.
4) Forma parte de cualquier modalidad de “iniciación” en cualquier ámbito.
5) El incumplimiento del Juramento trae consigo malas consecuencias.
Dentro de la propia espiritualidad pagana de Ásatrú concebimos un juramento como un acto solemne que asumiendo un compromiso permite ligar las actividades de la persona al propio desarrollo del Wyrd y el Orlog. Esto quiere decir que cuando tomamos un Juramento, la “promesa” queda de alguna forma sujeta al propio Wyrd del que lo ha profesado y el incumplimiento o cumplimiento trae consigo consecuencias dependientes de la honorabilidad de los actos que respalden el propio juramento. Nuestros antepasados le dieron una importancia extrema a la fama y la reputación, creían que la inmortalidad residía en aquellos actos que pudiesen ser recordados y por ello socialmente era más preferente llevar una vida de Honor que permitiera un “expediente” social impecable. En este sentido tan amplio los juramentos gozaban de un factor decisivo, pues el Honor que conllevaba a mantener estas responsabilidades suponían una decisiva recompensa para una persona concreta y todo su Clan (recordemos que el honor no únicamente recaía sobre las espaldas de un ser, si no de todos sus congéneres). Sin embargo, el incumplimiento de un juramento suponía el destierro y a veces incluso la muerte. Hoy en día, los paganos contemporáneos, es posible que no tengamos una meta tan alta de ser recordados por toda nuestra sociedad. Esto no se debe a un cambio en el paganismo, si no a un cambio en los modos y estructuras de la propia sociedad. Sin embargo mantenemos igual de firme la idea de Honor, pues aún cuando no aspiramos a ser Héroes, si aspiramos a ser dignos representantes de nuestra fe y nuestras Hermandades, lo que requiere una misma persistencia, como antaño, o incluso aún mayor por la dificultad que supone lidiar, como paganos, con la propia sociedad y las religiones institucionales.
Los juramentos solemnes son los hechos frente a un Symbel o “tocando” el anillo Sagrado de la Hermandad, así como otras formas descendientes de las maneras antiguas (bodas o alianza de sangre). Este juramento (digamos) ritual se diseña con la intención de mantener un vínculo entre la palabra dada y el propio Wyrd/Orlog (y por ende los Dioses) aportando de este modo la mayor sacralidad posible a un acto ya de por si solemne. La mayoría de los juramentos solemnes y rituales son ejecutados frente a testigos (muchos precisan un mínimo de dos) que atestigüen la propia ceremonia, sin embargo no por ello se deja de incluir como testigos y patrocinadores a las entidades sagradas (Ases y Vanes) que no únicamente se dispondrá para que “tomen nota” de asunto, si no también para que se encarguen del ajusticiamiento que requerirá el hipotético hecho de deshonrar la propia asunción de la promesa con actos y posturas, por parte del postulante, que contradigan lo “aquí jurado”.
En el juramento la Red del Wyrd, tejida por las Nornas, toma un papel determinante. Las Nornas que tejen estas actividades son Verdani y Skuld. Verdani como “actividad que se está llevando a cabo” (el propio juramento, obviamente) y Skuld como los actos y trabajos futuros que obligarán a cumplir el juramento para un correcto fluir del Wyrd. La ruptura de ese “hilo” que supone el deshonrar el compromiso tomado por el propio Rito de Solemnidad originará, de forma automática, una reacción que contraria el Orlog vinculado a la persona y a su propio e íntimo ambito (familia, Kindred… etc…). Tenemos que tener en cuenta que nuestros antepasados carecieron de la idea presunta de “pecado original” o “castigo divino” cuando se habla de reacción, hablamos de la idea mística del Orlog Germánico mediante la cual descubrimos que una acción, independientemente de la moralidad aplicada, conlleva a una reacción inmediatamente retributiva. De tal forma, bajo la premisa de Ásatrú, consideramos el futuro construido por las propias acciones del presente. Esto no debe de confundirse con el Karma Hindúe que presagia una rueda de reencarnaciones como efecto a las propias acciones. Si bien es cierto que Ásatrú (el actual) contiene una idea parecida al concepto de reencarnación, también es cierto que esta idea difiere mucho de la Hindúe y que no observa muchas de las cosas que el Karma oriental si observa. Los paganos contemporáneos tendemos mucho a “sincretizar” filosofías, mientras yo considero más importante el análisis particular de la herencia filosófica y mística de los pueblos Nórdicos y Teutónicos como fuente precisa y marco intelectual del desarrollo contemporáneo de Ásatrú. De hecho debo confesar que más que el Karma Hindúe, según mi propia apreciación personal, deberíamos animar a nuestros hermanos a estudiar al psicoanalista C.G. Jung y sus estudios sobre la “Casualidad” y “Sincronía” para poseer un buen material adicional que nos permita tener una base más contemporánea, pero igual de profunda, sobre el propio concepto de Wyrd y Orlog.
El Juramento supone una herramienta eficaz a la hora de alinearse y ponerse en resonancia con el propio Wyrd y el alma de la Tradición. El Wyrd y el Orlog representan macro-fuerzas imposibles de controlar, como la propia naturaleza es imposible de controlar. Sin embargo si bien es cierto que la humanidad usando su propia inteligencia e instinto puede beneficiarse, en cierto modo, de la Naturaleza a pesar de ser una fuerza incontrolada. Tenemos muchos ejemplos, incluso dentro de la tecnología contemporánea con los llamados “recursos ecológicos de energía”. Nuestras casas poseen ventanas para beneficiarnos del Sol e iluminar nuestros propios habitáculos personales ¿estamos controlando el Sol? No, controlar el Sol es totalmente imposible, pero si es posible canalizar, en beneficio propio y en beneficio común, sus influencias y hacer de nuestra vida algo más cómodo sin tener porque afectar más nuestro planeta. De igual modo el fuego es otro elemento que no puede ser controlado, pero gracias a la canalización inteligente que la humanidad hace de él, tenemos ricas chimeneas en Yule, tenemos cerillas con las que encender nuestras velas en los Altares que propician a los Viejos Dioses y (para los que nos confesamos vergonzósamente fumadores) encender nuestros cigarrillos. El mar es otra fuerza terriblemente incontrolada, el mar puede hundir ciudades, matar a personas por cientos de números pero ¿no es que puede refrescarnos en una playa en pleno mes de Agosto?
De este modo el Wyrd es otra de las fuerzas incontroladas de la naturaleza, al entenderlo y comprenderlo podemos canalizarlo para nuestro propio uso. Hay muchas maneras de canalizar el Wyrd (todo el complejo Rúnico y el Seidr gira alrededor de esto) y una de ellas es el propio Juramento. Cuando estamos convencidos de que podemos adoptar una responsabilidad y de forma madura lo hemos atestiguado frente a nosotros mismos, nuestra capacidad de perseverancia, voluntad y reafirmación… El Juramento supone la admisión de una responsabilidad que parte desde el momento en que se proclama el juramento y a menudo también consta del compromiso de una orientación ética determinada (en Ásatrú comentada ampliamente en el Hávamál). Un compromiso ético, al menos dentro de Ásatrú, no es comparable a una definición Cristiana donde se exige misericordia y piedad, confundirlo de ese modo (algo que sucede de manera frecuente debido a la intoxicación de fenómenos Católicos en la sociedad de hoy) es un error. La ética Ásatrú no oscila entre la Piedad, la Renunciación, Misericordia y Redención, si no que oscila sobre el Honor, Autoresponsabilidad, Fidelidad y Verdad, e incluso Coraje (no confundamos el concepto de coraje con el concepto de violencia, empezemos a ser un poco maduros). La tradición nos cuenta que existe algo llamado Hamingja que viene a traducirse como “poder” o “suerte” y que se ve alterada (en cantidad) por distintos factores como el factor hereditario y el factor del honor. El juramento y su consecuente cumplimiento atrae una reacción (Orlog) de honor y por ende el Hamingja se ve automáticamente afectado, lo que permite (o mejor dicho facilita) una alineación más concreta y correcta con el propio Wyrd. Obviamente esto es antagónico si en vez de cumplirse, el juramento se ve violado por la persona sujeta a él y el funcionamiento del mecanismo es el mismo pero en un orden inverso. Tanto social, como místicamente el Juramento es una asunción de una responsabilidad tremendamente grande. Todo esto nos lo demuestra la propia filosofía Teutónica que revela la explicación metafórica, pagana y animista de la constitución del Universo y el propio orden de las cosas. En las Eddas observamos varias menciones al cruel destino que les espera aquellos que han cometido lo que se consideraban los dos peores crímenes: El Asesinato y El Perjurio. Sin embargo observamos pragmatismos muy interesantes, en las propias Eddas, de aquellas personas cuyo honor se enaltezca por encima de sus congéneres, como el palacio del Gimlé, el sitio que no será alcanzado por los fuegos del Muspelheim y que por ende “sobrevivirá” al Ragnarök. Muchos critican el Gimlé, como critican al propio Hell e incluso al mismísimo Ragnarök como aportaciones católicas del propio Snorri. En lo personal mantengo la idea de que las aportaciones de Snorri deben de ser “tomadas con pinzas” debido al indudable “mestizaje” con elementos Católicos, lo que no supone, por otro lado, la inexistencia total de la Cosmogonía que él describe, si no únicamente la aportación filosófica añadida a la propia sabiduría popular que él pretendía legar a las generaciones venideras. No es cuestión pues de desechar incoscientemente, si no, de separar inteligentemente “la paja del oro” apoyándose en los amplios recursos que la tradición folclórica, histórica y mitológica nos ha transmitido
La capacidad de un Ásatrúar para mantener sus propios compromisos y juramentos es una clara expresión de la fortaleza de su propia alma. Un juramento es además de un reto personal una oportunidad de demostrar la fuerza y en cierto modo la nobleza de una persona a la hora de mantener una palabra que, reflejada por el juramento, marca una disposición y posición concreta e inviolable de corte extremadamente sagrada. El Juramento y la propia solemnidad que lo envuelve no es para nada “un juego” o una forma “bonita” y “romántica” de interpretar el mundo, si no una responsabilidad y firmeza de sólida vida, carácter y madurez. Debemos entender la sutíl relación entre los conceptos de juramento, Wyrd y Olorg para poder comenzar apreciar el papel decisivo que juega en nuestras propias vidas y comprender así la seriedad de estas actividades para poder emprenderlas con el conocimiento tan profundo que merece tamaña responsabilidad así como entender los desafios, pero también las oportunidades, que origina una actividad tan solemne a la hora de asumir un rol de estas características.
Tenemos muchos ejemplos de Juramentos a lo largo de muchas Sagas y varias reseñas en las propias Eddás. En nuestros ancestros Godos observamos, por ejemplo, que para ellos la muestra más depravante del deshonor era la mentira y el perjurio. Cuando esta clase de traición se cometía, los Godos aplicaban la pena máxima como castigo que solía ser la muerte. A lo largo de la historia los Godos denotaron una inflexibilidad palpable respecto a esta clase de traición e incluso algunos estudiosos apuntan a que el saqueo de Roma bien pudo deberse precisamente a esta idea tan arraigada, pues según parece Roma pudo haber sido saqueada antes, sin embargo esto no fue así hasta que la paciencia de Alarico y los generales Godos se agotó del todo debido a intrigas y traiciones de los líderes políticos romanos, los “ataques por la espalda” contra las tropas Godas y otra serie de irregularidades que atentaban contra la palabra previamente dada. Una traición que para los Godos, como para otras muchas tribus Germánicas, exigía el máximo castigo y por lo que Alarico se ensañó con la “capital del mundo” durante el tiempo del saqueo, únicamente respetando las Iglesias (hay que tener en cuenta la fecha y por ende la conversión ya producida en los mandos Godos, que no necesariamente en toda la nación).
La forma de hacer Juramentos actualmente puede variar a pesar de tener sus raíces conectadas firmemente con la filosofía antigua de nuestros antepasados. Depende mucho del ambiente y el propósito con el que son realizados los compromisos el modo “más” o “menos” religioso, que en el ambiente puede denotarte. Algunos de los ejemplos más llamativos de los Juramentos hechos en Ásatrú son: Los Desafios, El Toque del Anillo, el juramento del Godhar, El compromiso nupcial y la alianza de sangre.
Los Desafios
Estos son muy frecuentes y se hacen a lo largo de un ritual social, aunque no por ello carente de sentido religioso (e incluso a veces esotérico). Estos Ritos se llaman Symbels y son básicamente reuniones en las que el Kindred se reune y brinda por los Dioses y los Ancestros (muy a menudo también por otra clase de espíritus de la tradición popular) aunque son frecuentes también los Symbels para brindar en honor de alguien (persona) en concreto ya esté la persona muerta (aniversarios de un fallecimiento o funeral) o viva (cumpleaños, aniversarios de boda, etc…). Un Symbel (al menos en la Hermandad a la que pertenece el que escribe) suele ser muy llamativo, dentro de un ambiente de fraternidad pero ampliamente festivo (salvo casos específicos donde se impone la solemnidad, como en un funeral). Durante los brindis, el que porta el Cuerno (o cáliz, o jarra… dependiendo el modus concreto) no es interrumpido por sus compañeros y compañeras y obtiene la oportunidad de, entre otras cosas, lanzar un desafío. A medida que el Cuerno va rotando por todos los participantes, el desafío crece y acaba ganando el más osado, es decir, aquel que ha aceptado el desafío mayor. Es comprensible que hay que tener una responsabilidad grande, independientemente del aire festivo que pueda derrocharse en la reunión, pues aquel que haya decidido hacer suyo el desafío, deberá cumplirlo o quedaría desprestigiado ante sus compañeros. Antiguamente era bastante frecuente utilizar estos “juegos” para sumir al enemigo en un desafío que bien podría llevarle a la muerte o al desprestigio. En el Hávamál Odín da muchos y muy buenos consejos respecto a este tema y critica mucho a aquellos que solo saben “beber y hablar” Odín asegura esta crítica diciéndo cosas como “su lengua es su peor enemiga”. Los Symbels, en mitad de este ambiente también sirven para “jactarse” de desafíos aceptados y cumplidos. La orientación de esta práctica, como podemos suponer, desciende de la filosofía que oscilaba alrededor de la “fama” que cito más arriba. Durante los Brindis del Symbel también corre la comida, la música e incluso el baile. El intercambio de regalos es otra costumbre, muy especialmente en algunas fechas señalas, no obstante todos sabemos que “lo que digamos ante la bebida santa (esto quiere decir “consagrada”), debe ser ley”.
El Toque de Anillo
Esta clase de juramentos puede variar y depende mucho de las costumbres particulares de un Kindred e incluso puede ser posible que algunos Kindreds no observen esta particularidad debido a su carácter expresamente moderno. La idea que habita en esta costumbre es la de declarar la intención de adoptar Ásatrú como fe. Es lógico que esto no debió existir en el pasado, pues antiguamente una persona practicaba la fe heredada por su tribu, el concepto de “religión” era muy distinto y adoptar una u otra religión no fue algo muy común hasta la llegada del Cristianismo a Europa. Lo que si es precisamente arcaico es la costumbre de “jurar tocando un anillo sagrado” tal vez una de las expresiones de juramentos más sagrados en el mundo antiguo. El “Libro de los Asentamientos” escrito en Islandia nos dice: Un Anillo de las medidas prescriptas debe ser emplazado en el altar principal de cada templo. El Gothi de cada Templo deberá llevar el Anillo en su muñeca, y con él encabezará los procedimientos. Luego, deberá lavar el Anillo en la sangre de un toro por él mismo sacrificado.
Hoy no se sacrifica a un toro y muchos Godhar prefieren un anillo que puedan llevar en el dedo y no un “brazalete” sin embargo el significado es prácticamente el mismo. Es el anillo sagrado de la Hermandad que porta el Godhi y bajo el que los nuevos integrantes al Kindred, siempre por propia voluntad y sin la más mínima coacción o presión alguna, realizan su juramento de lealtad a los Dioses, Ancestros y a la propia Hermandad, reconociéndo así a Ásatrú como su propia fe. Esto no debe de ser considerado como una iniciación, tal como ocurre en otras tradiciones paganas, en donde debido a su carácter mistérico (a menudo basado en ordenes esotéricas) se elaboran ritos con tintes presuntamente iniciáticos. Únicamente supone la reafirmación en una creencia y la expresión de un compromiso de fidelidad hacia la propia tradición y a la Hermandad que, estando de testigo en el juramento, te acepta dentro de su propio seno.
El ingresar en Ásatrú no depende de un juramento, ni si quiera en la pertenencia a una Hermandad (aunque siempre es lo preferible por el carácter tribal y social de Ásatrú). Lo que de verdad muestra el status de una persona dentro de Ásatrú es la propia manifestación de la ética requerida, el estudio intenso y la práctica íntima de interrelación con nuestros Dioses así como la atenta observación de los momentos sagrados de nuestro calendario.
A menudo el juramento de Anillo se hace en mitad de un Symbel por el carácter sagrado de las promesas que, como hemos visto, son típicas en esos momentos. Otros Kindreds prefieren diseñar un momento más concreto para esta clase de labores.
El juramento del Godhar
Por este medio el Godhi (o Gydhia) presenta su juramento, ante toda su hermandad y frente a los Dioses invocados y propiciados con las ofrendas y sacrificios (Blót), de servicio a su Hermandad y a la propia Comunidad Ásatrú como miembro del Sacerdocio de la misma.
El Godhi supone una persona que debido a su experiencia base es elegida de manera unánime por los miembros de su Kindred, el cual le elige además de cómo su representante y coordinador, como su propio consejero y dirigente de los ritos ceremoniales. Ásatrú es una religión que se experimenta individualmente, el papel del Godhi no es de ningún modo como el papel del sacerdote Católico, un Godhi tampoco es un “Caudillo” ni un jefe, simplemente es uno más que, tal vez con algunas responsabilidades demás, se convierte en un coordinador principal de una agrupación (el propio Kindred). El camino del Godhi es difícil, él supone, junto a la demás comunidad de Godhar, los encargados de preocuparse por el mantenimiento de Ásatrú en nuestros tiempos. Una tarea difícil teniéndo en cuenta los problemas de nuestra sociedad. Ásatrú no es una religión evangelizadora que trate de “captar miembros” por lo que el Godhi no tiene como misión, de ningún modo, el extender la fe de un modo “misionero”, si no, su responsabilidad es hacer más accesible Ásatrú para aquellas personas que, por libre voluntad e interés inspirado por ellos mismos, decidan acercarse a conocer nuestra tradición y si cabe, asumirla, siempre y cuando lo crean conveniente ya que Ásatrú no es precisamente una religión “para todo el mundo”.
Durante el juramento del Godhar, la persona se compromete sobre el Anillo Sagrado de la Hermandad a emprender este trabajo de la mejor manera que halle oportuna, siempre con la rectitud que Odín describe en el Hávamál, con la fuerza de Thor y con el amor de Freyja.
Compromiso Nupcial
Un compromiso nupcial es un rito mediante el cual dos personas se unen frente a los Dioses. Es una concepción de matrimonio pero muy distinta a la versión Cristiana. En ella el compromiso es “hasta que la muerte los separe” considerando el concepto de divorcio como una propia aberración a lo que se ha “unido ante Dios” y además tiende a dejar a la mujer en mucha desventaja frente al hombre.
La historia nos demuestra que en las sociedades Nórdicas el matrimonio era algo que existía y que estaba a la orden del día, sin embargo este bien pudiera ser disuelto cuando la pareja (o una de las partes) lo considerara oportuno, permitiéndo a la mujer quedarse hasta con la mitad de todos los bienes. En el Ásatrú contemporáneo las parejas que se casan (y al decir parejas hablo tanto de parejas heterosexuales como homosexuales) simplemente declaran su amor ante nuestros Dioses y Ancestros teniéndo a su propio Kindred (y otros allegados) como testigos, se comprometen a guardarse respeto, protección y fidelidad, y se unen en un solo ser ante los Dioses y ante toda la sociedad. Los derechos y obligaciones quedan en radical igualdad de condiciones y el compromiso, muy lejos de suponer la eternidad, supone válido mientras que “el amor dure”. Obviamente yo creo que todas las parejas que se casan, lo hacen precisamente porque sienten la necesidad de hacerlo debido al deseo que sienten de no separarse de la persona amada, no obstante, Ásatrú es una religión realista y sabemos que pueden pasar un millón de cosas que impidan la consecución de ese deseo y que pueden llegar momentos en los que la separación se hace necesaria, no únicamente para evitar sufrimiento, si no para desarrollar la propia felicidad de las dos personas. Es entonces cuando Ásatrú poseyendo sus propias costumbres ofrece la posibilidad de separarse y continuar la vida, por separado, ya sea de forma momentánea, indefinida o permanente. A menudo el Juramento del matrimonio implica igualmente jurar sobre el Anillo sagrado de la Hermandad.
Alianza de Sangre
En las Sagas observamos una peculiar costumbre y esta es la de la “Alianza de Sangre” mediante la cual dos personas se unen de manera fraternal, no existiéndo ninguna diferencia entre tu aliado de sangre y tu propio hermano o hermana biológico. Antiguamente una persona “adoptada” incluso podía tener algún derecho sobre la herencia de su familiar “de sangre” (dentro del concepto de adopción, entiendase) lo que nos indica la clara seriedad e importancia de esta costumbre en las sociedades antiguas de las sociedades Germánicas que incluso les aportaban derechos idénticos al de la propia familia biológica. En la propia Edda (Lokassena – Los Escarnios de Loki) vemos a un Loki que le recuerda al Allfather (Odín) que debe dejarle sentarse en su mesa, a pesar del desagrado que pueda causarle, debido a un viejo pacto de sangre entre ambos que impide a Odín emprender acciones contra Loki. Juramento que incluso el propio Odín, como vemos en la Edda, debe de respetar y respeta independientemente de las consecuencias que para el resto y para él mismo, pueda suponer la presencia de Loki en aquella sala.
Hoy en día muchos Ásatrúars hemos recuperado esa práctica con la misma importancia, pero renovada, de la que nuestros ancestros hicieron gala antaño. Es cuando dos personas en presencia de los Dioses juntan su sangre en un ritual diseñado para el propósito. Esto no debe ser echo entre familiares, pues ya la sangre es la misma y se sobresupone, teniéndo en cuenta lo sagrado de la familia para un Ásatrúar, que esto ya se da de por si. La alianza de sangre se hace entre personas muy queridas, pero que sin embargo no comparten vínculos sanguíneos familiares. El juramento de pacto de sangre es totalmente irrevocable del mismo modo que difícilmente puedes evitar compartir sangre con un hermano, por muy mala que sea la relación con él. Está considerado como el mas alto juramento de lealtad a una persona que cualquier Asatru puede hacer. Obviamente, consolidar una alianza de pacto de sangre no es ninguna tontería y trae muy malas consecuencias tomarse a la ligera un acto tan importante, tal vez, la mayor unión que un Ásatrúar pueda tener con otra persona, además de su propia familia:
1) Guarde siempre un lugar en su hogar para ellos.
2) Comparta su buena fortuna con ellos.
3) No malgaste los recursos de sus aliados
4) Ayude a sus aliados de sangre, opóngase a sus enemigos.
5) Considérelos siempre en sus decisiones.
6) Siempre pida ayuda y consejo a sus aliados
7) Consulte con ellos, antes de emprender cualquier enredo obligatorio (deuda, pelea, unión)
8) No traiga Vergüenza alguna sobre sus aliados
9) Viva una vida llena de virtudes para traer honor a sus aliados
10) Proteja a sus aliados
11) Siempre enseñe a sus aliados jóvenes
12) Siempre refrene los malos actos de sus aliados, para bien de ellos.
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