sábado, 2 de agosto de 2008

Desarrollo del Deporte Alemán en el Reich



La perfecta organización de los Juegos Olímpicos de 1936 y los resultados tan halagadores alcanzados durante los mismos por los deportistas alemanes, han atraído con razón la atención de la opinión mundial hacia el deporte alemán.

Al poner Adolfo Hitler, en 1933, en manos del Jefe Nacional de Deportes, von Tschammer und Osten, la dirección de la Cultura Física, se halló este frente a un estado de cosas que había revelado ya sus consecuencias funestas: por un lado se halla ba un pueblo amante del deporte, por el otro una organización burocrática, incapaz e dar satisfacción a los anhelos naturales de cultura física que abrigaba el pueblo. Esta organización se fue formando en evolución constante a través de un siglo, constituida al principio por un grupo de maestros de gimnasia que se atribuían un valor superior al que en realidad les correspondía para dirigir y fomentar la vida deportiva. Por lo pronto, muchos de ellos estimaban superflua una reforma fundamental de la Cultura física alemana.

Desde fines del siglo XIX, la cultura física alemana no representaba ya aquella unidad que había poseído primitivamente como costumbre y tradición nacional. Por el contrario, surgió una variedad de formas determinadas, de las cuales cada una de por sí se esforzaba en constituirse en unidad independiente y, por lo tanto, en lugar de una organización homogénea y centralizada reinaba una multiplicidad de direcciones. Los ejercicios populares, como carreras, salto, disco, etc. estaban dirigidos por asociaciones locales autónomas que, correspondiendo a la división política del Reich, se agrupaban luego en asociaciones regionales según los distintos Estados alemanes. Estas asociaciones, por último, formaban una agrupación nacional. El fútbol, hockey, golf, pelota, bochas, billar, juegos náuticos, natación, remo, canoa, excursionismo, alpinismo, esgrima, boxeo, lucha greco-romana ... en fin, todos los deportes que ahora el nacion alsocialismo ha reunido en una sola unidad como síntesis y expresión de su carácter popular, estaban organizados cada cual a su manera y según la región en donde se desarrollaran.

No es un cálculo fácil definir el total de estas "dinastías" deportivas independientes, que habría que obtener multiplicando el número de las clases posibles de deportes por la cantidad de los antiguos estados alemanes. Si a pesar de todo, el concepto de "deporte alemán" no era sólo un nombre sino una realidad viva, no se debía a los elementos directivos de estas organizaciones sino a la fuerza que llevaba en sí el deporte mismo.

Ya a fines de la guerra fue creciendo el número de los que presagiaban el fin del sistema de organización de la cultura física alemana; en muchos puntos comenzaron a agruparse aquellos elementos que pedían esta unificación deportiva, logrando que de la diversidad de asociaciones locales y regionales llegara a crearse una asociación directiva el deporte.

Comité Nacional de Cultura Física (Deutscher Reichsbund für Leibensübungen)

El propósito de establecer una federación absoluta no tuvo el éxito deseado, pero por lo menos se abrió paso a una forma preliminar que predisponía la unidad de la federación nacional de Cultura física: En el "Comité Nacional de Cultura Física" estaban representadas todas las asociaciones deportiv as. Este Comité logró asumir poco a poco la autoridad necesaria para constituirse en una oficina central directiva. el ejército. Las escuelas y los municipios fueron tomando un interés creciente en la labor de la comité, apoyando su actuación oficial y le dieron una protección decisiva.

Si el mundo estimó a Alemania digna de que se celebrara en ella la fiesta de los Juegos Olímpicos, fue ello debido a la labor incansable del Comité Nacional de la Cultura Física.

En la nueva estructura del Estado, la forma en que estaba organizada la cultura física no podía satisfacer tal y como hasta entonces existiera. Los principios de una educación física en el sentido nacionalsocialista, exigían una organizació n eficaz y unificada que estableciera los requisitos necesarios para satisfacer el desarrollo de las aspiraciones vitales de la juventud.

El Comité Nacional no logró imponer, en las distintas asociaciones deportivas el mismo modo de pensar respecto al verdadero significado de esta forma de educación. La gimnasia, el deporte, los ejercicios atléticos representaban no solamente determinados tipos de cultura física, sino que para Alemania tienen una importancia singular que emana de los propósitos y aspiraciones educativas de cultura física, más importante, agrupando una s13.000 sociedades con más de 1,6 millones de miembros y formando una unidad homogénea. Sus principios, más bien podría decirse su ideología, se diferenciaban fundamentalmente de aquellos profesados por las asociaciones deportivas independientes.

La situación religiosa en Alemania ha influido también sobre manera en el desenvolvimiento de la cultura física. Después de la guerra mundial, las principales asociaciones deportivas patrocinadas por las iglesias, eran la "Juventud Católica Alemana" y la asociación evangélica "Cruz de Roble" (Eichenkreuz); entre ambas reunían casi un millón de afiliados. El número de asociaciones de cultura física independientes, podía estimarse en unas 300. La cantidad de afiliados incorpo rados en todas estas organizaciones llegaba a seis millones, lo que revela la dispersión irracional de fuerzas y dinero inherentes a esta división. Muchísimo más eficiente hubiera sido la labor de las asociaciones de cultura física en favor de la salubridad pública, del adiestramiento corporal y con ello del bienestar de todos, si todas estas columnas dispersas se hubieran reunido en un común esfuerzo para formar una entidad
única.

La transformación fundamental a que se sometió la organización de cultura física en 1933 no fue emprendida por un "ridículo deseo de una absurda centralización", como tan a menudo se ha dicho en el extranjero, sino en atención a lo seri os cuidados que el nacionalsocialismo ha puesto, desde el primer momento, en la conservación de los bienes, físicos y morales, del pueblo alemán, de su valor cultural así como en la pacificación de las discordias políticas, religiosas y económicas.

Federación Alemana de Cultura Física
Las primeras medidas tomadas para llevar a cabo la reforma, han consistido en la supresión de las federaciones regionales y en la incorporación de sus miembros a la Alemania nacionalsocialista. La fusión de todas las asociaciones del mismo género de deporte y su coordinación en una federación nacional sólo tenían un carácter provisional. Gracias a una labor incansable, se ha preparado la base espiritual para una nueva centralización, sin causar rémora al desenvolvimiento regular del deporte. Un año después de la revolución nacionalsocialista y sin perjuicio de las relaciones deportivas internacionales, que se consolidaron y ampliaron, se pudieron tomar las primeras medidas para reunir todas las asociaciones alemanas deportivas y gimnásticas en una sola federación de cultura física.

La aprobación sincera de los miembros de las asociaciones y de todo el pueblo alemán a esta fusión, permitió al jefe nacional de deportes exponer, con motivo del 75ºaniversario de la asociación gimnástica alemana, celebrado en Coburgo en la primavera de 1935, todo lo que los aficionados al deporte podían esperar de su nueva situación, que debía considerarse como una consecuencia natural de la reorganización de la vida nacional. A la comisión directiva de la más grande asociación deportiva alemana, que era la Asociación alemana de Gimnasia, debe agradecerse el haber sido la primera en disolverse voluntariamente, haciendo pasar a la Federación alemana de cultura física los 1,6 millones de afiliados que la constituían.

Al constituirse la Federación alemana de cultura física, ha hecho desaparecer las asociaciones administrativas del deporte, pero no así los núcleos mismos, portadores de la práctica deportiva. Según el primer censo obtenido, el total de sociedades deportivas era de unas 49.000, y todas ellas fueron incorporadas sin alteración ni violación de sus derechos a la Federación alemana de cultura física. Durante los Juegos Olímpicos de Berlín, esta asociación fusionada ha tenido la oportunidad de demostrar su capacidad deportiva.

Hubiera sido imposible y absurdo, tanto bajo el punto de vista técnico como administrativo, el concentrar la administración de estas innumerables sociedades deportivas en Berlín. La diversidad regional del pueblo alemán exige una distribución de estas organizaciones por regiones. La referida Federación está dividida en 16 regiones, y cada región está subdividida en un número determinado de distritos que ejercen la función de intermediarios entre la dirección regional y los círculos. De esta forma se hace posible también a los círculos establecer relaciones directas con la dirección deportiva central. Todas las disposiciones de la organización -deportivas, educativas y económicas- están regidas por esta cl ara graduación de categorías: Dirección nacional, regional, de distrito y local.

La misión que ha de cumplir una organización alemana de cultura física, ha sido resulta con gran habilidad y sencillez. La mejor organización y que más destaca es aquella cuyo esfuerzo se advierte menos: cuando ante los ojos del espectador se desarrolla la vida alegre y animada de los campos de deporte y los ejercicios gimnásticos no deben notarse los esfuerzos y fatigas del entrenamiento que ha precedido esta actividad espléndida.

El trabajo de organización realizado por la Federación alemana de cultura física, es de proporciones gigantescas; alcanza su finalidad por medio de un trabajo silencioso y modesto, sin que se presente el peligro de que surja una nueva "burocracia deportiva". A los organizadores se les exige que están en contacto directo y permanente con los elementos ejecutores subordinados a ellos. Por esta razón fue edificada la Casa del Deporte en el Campo Nacional de Deportes de Berlín, donde se hallan las oficinas centrales de la dirección y organización. En los alrededores del edificio se hallan las salas de gimnasia y campos, en los cuales se desenvuelve la vida deportiva y gimnástica de la Capital.

Todo funcionario administrativo u organizador puede observar, desde la ventana de su oficina, los ejercicios de cultura física, y así no se sustrae más, como ocurría anteriormente, a la realidad del estado de la cultura física de su país. Tanto espiritual como materialmente, el "empleado deportivo" está en íntimo contacto con el deporte, lo cual no ha dejado de producir resultados beneficiosos.

En el Campo Nacional de Deportes y en la Academia Nacional de Cultura Física se lleva a cabo la instrucción y adiestramiento de los maestros de gimnasia. El Estado nacionalsocialista ha puesto un gran interés en la educación de los maestros de gimnasia, pues es evidente que bajo la dirección de estos y bajo su influencia personal crece una juventud que debe ser fuerte y capaz de proporcionar un tipo de hombre de plena resistencia. En lo venidero, los maestros de gimnasia tendrán a su cargo l a cultura física en todos los grados de enseñanza, desde la escuela primaria y profesional hasta la secundaria y la universidad. Al Estado, no solamente le interesa la educación física del adolescente y del adulto, sino también que los muchachos en la adolescencia reciben una instrucción física preparatoria. Los maestros de gimnasia son responsables del desarrollo y de la fuerza corporal de la juventud, basada en el entrenamiento del cuerpo y puesta a prueba continuamente.

Desde la toma del poder por el nacionalsocialismo, junto a la educación física de carácter obligatorio está la voluntaria, que reciben los jóvenes dentro de las organizaciones del Partido y sus instituciones anejas: la Juventud Hitleriana, las Secciones de Asalto y Defensa, etc.

A este conjunto pertenece también el Servicio del Trabajo, que fue creado, no como institución pre-militar, sino como una escuela de disciplina civil, en la cual todos los alemanes, en particular los profesionales del trabajo intelectual, deberán g anarse el pan con el trabajo de sus manos, aunque fuera por un corto lapso de tiempo. El Servicio de Trabajo es una escuela del socialismo alemán en analogía a la escuela pública, que es un centro de educación oficial y el Partido, que ejerce La creación voluntaria del nacionalsocialismo. Dentro de las instituciones del Partido y del Servicio de Trabajo, lo más importante es la eficacia de la educación, y en este caso se trata precisamente de una educación de carácter político. A la educación general se añade, en el Tercer Reich, la instrucción política, que explica a todo alemán los principios ideológicos del nacionalsocialismo y a ella va unida una severa disciplina y un adiestramiento físico del cuerpo.

En la nueva Alemania, la práctica de la cultura física no debe interrumpirse jamás, porque su suspensión, aún temporal, haría perder el beneficio del entrenamiento del cuerpo considerada en su conjunto. La educación física en la escu ela, en el Partido y en el Servicio de trabajo, está organizada de manera que una complete la otra, constituyendo así la mejor base preparatoria de la educación militar que recibe luego su último toque de perfección en el ejército. Si bien en el servicio militar la educación física queda en segundo término ante la instrucción militar, ello es debido a que los jefes saben muy bien que el joven recluta se ha sometido a aque lla con intensidad suficiente: la agilidad constituye la base de la instrucción militar.

El Ejército alemán no descuida, sin embargo, la cultura física de los reclutas; en su reglamento deportivo la tiene muy en cuenta, y si bien no puede abarcar todas las clases de ejercicios, se limita a seleccionar aquellos que mantienen al soldado ágil, resistente y veloz.

El jefe nacional de deportes ha establecido un acuerdo entre la Federación nacional de cultura física y el Partido nacionalsocialista con sus instituciones subordinadas, como la Juventud Hitleriana y el Servicio del Trabajo, así como con el Ejército, a fin de asegurar una colaboración mutua permanente. También existe una participación de las escuelas alemanas y de sus maestros en esta labor común, que redunda en beneficio de los fines de la Federación, ya que así puede disponer de gran número de maestros colaboradores. Por su parte, las escuelas, estimuladas continuamente por la variedad de iniciativas deportivas, se ven por su lado beneficiadas por estas medidas.

Puede decirse que de este modo todo el pueblo alemán toma parte, con alegría y actividad, en los ejercicios de cultura física.

A fines de diciembre de 1936 se constituyó en el ministerio del Interior un nuevo departamento que interviene en todos los asuntos relacionados con el deporte y la cultura física. La dirección de este departamento fue confiada al jefe nacional de Deportes, von Tschammer und Osten, con categoría de secretario de Estado.

Entre el jefe del Frente Alemán del Trabajo (DAF) y el jefe nacional de Deportes, se celebró un convenio relativo al llamado "deporte de compensación" (cultura física de la juventud Obrera durante el trabajo en las fábricas). A la oficina de la Juventud de la DAF incumbe la obligación de llamar la atención pública y de los directores de fábrica sobre la importancia de los ejercicios físicos de la juventud obrera.
únicamente los jefes de la oficina correspondiente de la DAF están autorizados para Gestionar la implantación de la cultura física en los establecimientos fabriles, y deben poner todo el cuidado posible para que los jóvenes obreros se present en puntual y regularmente a las horas de los ejercicios. Todo cuanto se relaciona con el deporte de "compensación", depende de la oficina de deportes de la organización "La fuerza por alegría". Los ejercicios físicos de la juventud obrera deben realizarse obligatoriamente durante las horas de trabajo y su duración ha de ser por lo menos de dos horas a la semana.

En el "Día del Deporte" celebrado con motivo del 4.ºCongreso de la organización "La fuerza por alegría" en Hamburgo, el 23 de abril de 1938, en el que participaron unos 15.000 obreros y 400 afiliados, el Dr. Ley convocó al personal de las fá bricas y talleres a una reunión deportiva que habrá de tener lugar todos los años. El Dr. Ley acentuó que los ejercicios atléticos son uno de los medios más eficaces para la conservación de la salud y el mantenimiento de la agilidad del cuerpo. La reunión deportiva anual será en lo sucesivo una manifestación poderosa de la cultura física del obrero.

La primera fiesta alemana del deporte y gimnasia ha tenido lugar en Breslau en los días del 27 al 31 de julio de 1938. Cada uno de estos días fue dedicado a un determinado género de manifestación deportiva: el "Día de la Juventud", "Día de los atletas", "Día de los equipos", etc. El mantenedor de la fiesta, ministro del Interior, Sr. Frick, manifestó en su discurso de apertura que por primera vez los gimnastas y deportistas alemanes se hallaban reunidos bajo la bandera única de la Federación alemana de Cultura Física. A continuación dijo que esta Federación desempañaba un servicio de valor positivo al pueblo alemán, por lo cual merece la protección del Estado y la ayuda del Movimiento. El ministro anunció después la fundación de la obra "Homenaje al deportista alemán", por medio de la cual percibirán un subsidio constante y eficaz las personas lesionadas gravemente en el deporte. El Reich pondrá a disposición de la fundación u na suma anual de 100.000 marcos. Por ello, Alemania es la primera nación del mundo en crear una institución de asistencia social en favor de los accidentados del deporte.

Los Juegos Olímpicos
Ninguna prueba de la eficacia de esta organización es tan elocuente como los resultados obtenidos por los deportistas alemanes en la XI Olimpiada del año 1936.

En los concursos invernales y estivales se ha luchado por la otorgación de un total de 147 medallas de oro, 145 de plata y 147 de bronce, de las cuales fueron adjudicadas a Alemania 36, 29 y 30 respectivamente, asegurándose con esto Alemania el primer lugar en la lista de los vencedores. Los Estados Unidos de América conquistaron el segundo lugar con 25, 20 y 15 medallas y Hungría el tercero con 10, 1 y 6 medallas respectivamente. Alemania ganó en los concursos artísticos de la Olimpiada 5 m edallas de oro, 5 de plata y 2 de bronce, colocándose también en este grupo a la cabeza de las naciones. De 129 competiciones habidas en estos juegos
gigantescos, los deportistas alemanes conquistaron el primer lugar 33 veces, 26 veces el segundo luga r y 30 el tercero. En un total de 129 concursos, los atletas alemanes obtuvieron 89 éxitos.

Con ello Alemania ha logrado el mayor éxito entre las 53 naciones que se disputaban en formidable contienda, el honor de ver elevar a sus connacionales al pedestal de la victoria. Su éxito sólo ha sido superado en la historia de los Juegos Olímpicos modernos por los Estados Unidos de América, en la Olimpiada de Los Angeles en el año 1932, en donde los norteamericanos obtuvieron 46 medallas de oro, 37 de plata y 31 de bronce. En aquel año, los alemanes lograron adjudicarse sólo 3 medallas de oro, 13 plata y 4 de bronce, quedando demostrados con esto los grandes progresos realizados por los alemanes en los últimos cuatro años, en el campo de la cultura física.

Desde luego, los luchadores de un país en el cual tienen lugar los Juegos Olímpicos llevan sobre los demás la ventaja que supone estar familiarizados con el clima patrio y el conocimiento exacto del terreno de lucha contando además con el apoyo moral que les aporta la presencia de un público, formado en su gran mayoría por compatriotas. A pesar de estas circunstancias, sin embargo, no pueden estimarse en toda su importancia las magníficas victorias alcanzadas por los alemanes, sobre todo porque fueron conseguidas por una generación de deportistas que, en su mayoría, se han formado y desarrollado en los tiempos calamitosos de la guerra y pertenecen a los años de muy reducida natalidad.

En el éxito deportivo de la Olimpiada reside, en efecto, el objetivo más aparente, pero no así el sentido único de estos concursos atléticos: el resultado social e internacional ha sido muy significativo e importante. Los concurrentes de todas las naciones del mundo se hallaban, ya sea en Berlín, Kiel, o en Garmisch-Partenkirchen como si estuvieran en su propia casa. Tuvieron ocasión de admirar la perfección en la ejecución de los juegos, la magnífica instalación de los campos y la organización y orden sin igual en todos los servicios, vieron el emocionante desarrollo de los concursos y convinieron en exteriorizar su satisfacción por el espíritu verdaderamente deportivo de la Olimpiada, del cual siempre se hace responsable el país patrocinador. En efecto, ser país olímpico constituye una distinción laudatoria, y Alemania ha demostrado haber comprendido este significado. Con su asistencia a la mayoría de los acontecimientos olímpicos, Adolfo Hitler ha dado un ejemplo de la ínntima compenetración que existe entre el nacionalsocialismo, el pueblo y el deporte.

Toda la prensa extranjera ha reconocido unánimemente la preparación ejemplar de los Juegos Olímpicos, que ha podido comprobarse en la organización técnico-deportiva, en las magníficas obras arquitectónicas, en el perfecto desarrollo del tránsito, en el funcionamiento de los servicios policíacos y en todas las demás medidas. La última Olimpiada ha contribuido además, sin duda alguna, a destruir algunos prejuicios sobre la situación en Alemania. Los extranjeros vieron a la gente esperar horas y horas en la Wilhelmsplatz para presenciar la salida del Führer de la Cancillería; vieron como cientos de miles que no habían podido conseguir un sitio en la valla del campo de deportes para presenciar los encuentros, a pesar del cansancio no vacilaron en tomar parte en la grandiosa fiesta de la Vía Triunfal, viendo como 50.000 hombres de las secciones de Asalto y Defensa Motorizada prestaban servicio voluntario para el mantenimiento del orden en las calles. Todo esto son pequeños detalles, pero sirvieron para facilitar a los concurrentes y visitantes extranjeros una idea del espíritu de la nueva Alemania.
Los Juegos Olímpicos constituyeron un lazo de amistad que une a Alemania con los otros pueblos.

Campeonatos Deportivos Nacionalsocialistas
"Lo que hace varios años vagaba en nuestra imaginación como idea visionaria, se acerca ahora a su realización. los Juegos Olímpicos internacionales, cuya grandiosa fiesta acabamos de presenciar hace pocas semanas en Berlín, tienen para nuestr o pueblo n sentido tan trascendental como intenso y duradero. ¿Qué ha sido de las ridículas y mezquinas asambleas políticas del pasado, y qué de nuestros enemigos? La respuesta la obtenemos en este gran despliegue de fuerzas de una nación y en sus manifestaciones política, militar, intelectual, cultural y económica. En la misma proporción en que se elevan y se acercan a su terminación los magníficos campos de asambleas de nuestro Partido en Nuremberg, se va procediendo a la im plantación de los concursos entre nuestros atletas. Y así es como surge una nueva Olimpia, si bien bajo formas modernas y bajo otro nombre."

Estas palabras las pronunció el Führer en su discurso de clausura en la Asamblea del Partido en 1936. Todo el mundo se extrañará de que el Führer haya mencionado la educación física en un discurso político y haya aludido a su importa ncia como valor cultural. &127;Qué nueva obra se inicia, en efecto, con este propósito?

La doctrina ideológica nacionalsocialista reconoce como suprema razón de la existencia del Estado, la conservación del pueblo. Las competiciones de los antiguos griegos, especialmente los Juegos Olímpicos, también eran expresión de la idea nacional. El sentimiento popular era una parte integrante del máximo valor en las fiestas olímpicas de Grecia. Adolfo Hitler ha resucitado este pensamiento, colocando la educación física en un lugar preeminente de la vida del pueblo. Conforme a estos principios ha dado a los ejercicios físicos la oportunidad de desplegarse en una fiesta suprema tal cual es la Asamblea del Partido en Nuremberg. Por medio de estos juegos, la Fiesta se ensalza y se transforma en la Olimpiada alemana.

En efecto, el 27 de noviembre de 1936, el Führer ha dictado una orden que significa la primera piedra de una obra de importancia histórica. "Conforme a lo proclamado por mí en la "Asamblea del Honor Nacional" instituyo los juegos atléticos nacio nalsocialistas en las Asambleas del Partido. Encargo de la preparación y realización de estos Juegos a las Secciones de Asalto. Las disposiciones ejecutivas necesarias las decreto a propuesta del jefe de Estado de las Secciones de Asalto."

Al igual que las otras grandiosas manifestaciones de las Asambleas del Partido, los juegos atléticos nacionalsocialistas serán de ahora en adelante, la expresión de una nueva voluntad, arraigada en la idea nacionalsocialista. Cuando los elementos intelectuales de la nación celebrasen sus sesiones en las monumentales salas del Congreso de Nuremberg y rindan cuenta de los trabajos realizados en el año transcurrido, los elementos deportivos se reunirán en un enorme estadio para contender en juegos atléticos y militares, a fin de alcanzar os mejores resultados, conforme a las exigencias cada vez mayores. Junto a la vida cultural e intelectal de las Asambleas del Partido, estará su máxima expresión en los Juegos atléticos nacionalsocialistas. Del mismo modo que Olimpia fue la ciudad santa de los juegos nacionales helénicos y lo ha vuelto a ser en nuestros días, así también Nuremberg, la ciudad de las Asambleas del Partido, deberá velar sobre un nuevo fuego sagrado: el fuego de una Olimpia alemana.

El 9 de septiembre de 1937, durante la Asamblea del Partido, tuvo lugar en Nuremberg el acto de colocación de la piedra fundamental del Estadio alemán. Al mismo tiempo se inauguraron los campeonatos nacionalsocialistas que se disputaron por primera vez este año.

En contraste con el estadio olímpico de Berlín, el estadio de Nuremberg, proyectado por el profesor Speer, presenta un trazado en forma de herradura. Así se obtiene un mejor efecto de perspectiva y se facilita también una mejor visibilidad de la s edificaciones inmediatas. las tribunas que abren hacia la base estarán flanqueadas por dos torres de cien metros de altura. El espacio interior tendrá una dimensión de 445 por 625 metros con una superficie cubierta de césped de 150 por 383 metros. En el Estadio encontrarán cabida más de 400.000 espectadores, lo que equivale a la población de una ciudad importante. Este estadio es la obra más colosal que un pueblo haya erigido jamás para el cultivo de su fuerza física y de su belleza.

"Que este Estadio sea un símbolo para exhortar a los hombres y mujeres alemanes de todos los tiempos y conducirlos hacia aquella fuerza y belleza que son la expresión más elevada y noble de una verdadera libertad." Con estas palabras confió el Führer, a la magnífica obra, la sacra misión de ser el campo de valentía y el templo de consagración de una nueva y noble raza alemana.

En espera de la conclusión de esta gigantesca obra, los primeros juegos nacionalsocialistas se desarrollaron, durante la Asamblea del Partido de 1937, en el antiguo estadio de Nuremberg, en las piscinas y en las llamadas "pistas de baile", participando en ellos los miembros y equipos de las divisiones del movimiento, así como elementos del Ejército, de la Policía y del Servicio del Trabajo.

Los campeonatos tienen un carácter especial que los distingue mucho de las prácticas deportivas corrientes. comprenden los concursos militares, hípicos y deportivos. Los concursos militares se componen de competiciones de equipos militares, carreras de bicicletas, carreras de orientación por equipos, carreras de vallas, carreras en pista cerrada, concursos de tiro al blanco por equipos y tiro de pistola por equipos. Los campeonatos individuales comprenden: saltos, carreras, disco, jabalina, carreras de 400 metros con obstáculos, lanzamiento a distancia de granadas de mano y tiro al blanco con fusil de pequeño calibre. Los concursos hípicos consisten en carreras a campo traviesa. Los concursos deportivos se componen de atletismo ligero, natación, boxeo, alzamiento de pesas, luchas greco-romanas, esgrima, juegos (pelota a mano, fútbol, deportes acuáticos, basketball) y gimnasia.

Según una declaración del jefe de estado mayor de las Secciones de Asalto, Lutze, los concursos militares representan algo nuevo y sin precedente, y han nacido de la idea de una nueva educación ideológica de todo el pueblo. Por este medio y conforme con la voluntad del Führer, las secciones de Asalto transformarán en acción su fe en el espíritu y voluntad de defensa, y aumentarán la capacidad defensiva y la energía disciplinada que las caracteriza. Según Lutze, es absolutamente necesario mantener el espíritu de la defensa nacional, profundizándolo y proporcionándole nuevas miras y objetivos. El fin de la educación nacionalsocialista es, formar una unidad entre un alma vigorosa, un espíritu sano y un cuerpo entrenado. Es cierto que el deporte se ha practicado también en tiempos anteriores, pero sólo por el único placer de hacer deporte o por el afán de establecer récords. El nacionalsocialismo exige la práctica del deporte y los ejercicios físicos en todas las esferas sociales. Con ello no se pretenden eliminar las luchas por campeonatos y récords, pero la cultura física debe aumentar el standard deportivo general del pueblo entero. Conforme a las indicaciones del Führer, el deporte militar habrá de ser fomentado y ampliado. Por consiguiente, la lucha colectiva ocupará un lugar predominante en el programa deportivo de las secciones de Asalto. En los concursos por equipos, se refleja más claramente el Principio básico de las secciones de Asalto, que establece que la obra no debe ser Individual, sino el resultado de una colaboración Equilibrada, y cada uno de sus componentes debe tener conciencia de su deber como miembro del conjunto.

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