lunes, 28 de abril de 2008
LA EXPULSION DE LOS JUDIOS DE ESPAÑA
CEDIDO POR VIKEN-VIÑA DEL MAR.CHILE.
Jose L. Jérez Riesco
Esta conferencia fue dictada con motivo de las primeras jornadas conmemorativas del v centenario del descubrimiento y conquista. De América organizadas por la asociación "Nuevo Debate" de Valladolid y celebradas en la facultad de filosofía y letras en noviembre de 1990.
La expulsión de los judíos de la Península Ibérica en 1492 es un hecho histórico. Historia es también el levantamiento popular y posterior expulsión de los mismos en Inglaterra, Portugal, Sicilia, Nápoles, Venecia, Nuremberg, Estrasburgo, colonia, Augsburgo.... Europa no es una excepción. En diferentes puntos de Asia y África también extirparon la presencia hebrea de sus tierras.
¿Complot internacional contra “el pueblo elegido" (por ellos mismos), o razones culturales, religiosas, económicas y étnicas de todo tipo?.
Jerez Riesco prestigioso abogado y escritor analiza los motivos que llevaron a los reyes católicos ( como a casi la totalidad de los pueblos del mundo) a tomar tan trascendente decisión.
A la vez desenmascara y denuncia los preparativos de la comunidad judía internacional para convertir la fecha del v centenario en una mascarada pro sionista y anti española (ver epilogo).
“CASTILLA Y SEFARAD ANTE EL Vº CENTENARIO”
En 1992 se cumplen quinientos años cinco siglos, cien lustros de dos efemérides trascendentales para la Historia de nuestra Patria y para las anales de la humanidad. Fue 1492 el año de la forja de la unidad nacional, el año de la integración en un devenir de destino común de los pueblos y las tierras de España de la montaña y la meseta, de la costa y el interior de la gran nación española. Fue la superación de localismos pazguatos para encontrar, en la unión, la eliminación de las diferencias y la aleación yuntera de todos los componentes de todas las partículas, de todos los elementos de una unidad, conseguida a base de valor y heroísmo, a prueba de gestas y como culminación de una reconquista peninsular iniciada ocho siglos atrás, en un Valle profundo de las montañas astures, a la labor de una fe, Covadonga, para, en 1492 terminar la unción victoriosa en las murallas almenadas de Granada, al resguardo de otra fe santa, en las vegas de Santa Fe.
Pero ese año mítico y legendario no iba a ser sólo el de la consolidación del espíritu nacional, fue también el del alumbramiento, el de la descubierta de nuevas tierras en los confines mismos del mar tenebroso, al otra lado del océano, en la ruta parabólica de las Indias Occidentales, a la orilla opuesta de las aguas saladas del mundo conocido. Fue un gran hallazgo el despertar de una nueva conciencia, el emerger un continente inmenso, ignoto. El final de la tierra ya no era el cabo de Finisterre, en la costa de la muerte gallega, término iniciático de un tránsito hacia las tierras que, unidas por corrientes submarinas, aguardaban el avistamiento de las carabelas colombinas, en una expedición marinera que tenían el respaldo y la impronta de Castilla.
Esos dos hitos, esas dos cimeras universales, son las que se dan cita en un mismo cielo solar, en el año de gracia de 1492. Castilla busca y logra la unidad material del suelo español y espiritual de la fe y el credo católico y encuentra, al intertanto, una nueva singladura con las quillas de sus naves enfiladas hacia poniente y se comienza, con asombro y esperanza, a vislumbrar en el prodigio de la tierra firme, y concebir una ilusión colectiva.
No fueron dos hechos aislados a inconexos, producto del azar, sino el remate y la coronación de un esfuerzo que encontró, por tierra, su justificación como ente nacional y por mar su Imperio solar, donde los rayos del astro iban iluminando, en claroscuros, la inmensidad de unas tierras y unas aguas bajo el cetro de la catolicidad.
Esa es la celebración del Quinto Centenario, del jubileo, de la alegría, de la festividad de las glorias de España fundiendo su Unidad y abrazando fraternalmente el crisol de tierras que rompían el cerco del aislamiento para iniciar, desde ese año, la andadura común con esos hombres que según sus viejas leyendas vendrían por mar algún día para rescatarlos de un ostracismo secular y marchar, al unísono, por la senda de una nueva cultura espiritual.
Paralelamente a este conmemoración positiva del Quinto Centenario, del fin de la Reconquista y del Descubrimiento de América, se pretende hacer coincidir otros hechos que, más o menos anecdóticos, también tuvieran lugar en 1492 y que con su recuerdo tratan de enturbiar dichos eventos. En ese empeño están los judíos, que no cejan en el empeño de tratar de desmerecer el aniversario de nuestras grandezas con el lamento de sus miserias y que se rememora la fecha del decreto que, sancionado por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, expulsaba de suelo español al elemento hebraico a petición unánime y con el clamor de todos los españoles que veían en los judíos una semilla de cizaña antisocial. Fue un acto de consenso, una sanción real que recogía el sentido camón del pueblo. Ni una voz se alzó contra el Decreto de Expulsión de los judíos que estaba plenamente justificado, que obedecía a razones de Estado y que, por otra parte, se redactaba en méritos de un sentimiento popular y colectivo, mayoritario y respaldado democráticamente, permítasenos la expresión, por todo el pueblo español.
No hay que olvidar lo que eran y representaban los judíos en 1492. Don Claudio Sánchez de Albornoz insigne historiador, dedica un capítulo de su obra “España un enigma histórico" a estudiar la cuestión, concluyendo que "aun están vivas las señas hebraicas contra España, matizando que la contribución de los judíos españoles a la acuñación de lo hispánico fue siempre de carácter negativo, que no transmitió calidades sino que provocó reacciones, siendo mas fácil unir el agua con el fuego que hallar vínculos de parentesco entra la hispánico y la hebraico.
La convivencia entro los judíos y cristianos fue siempre difícil y llegó a ser imposible cuando los hebreos intentaron dominar, y lograron a lo menos explotar al pueblo que les había dado asilo. Nos dice el que fuera Presidente del Gobierno de la República en el exilio de 1959 a 1970, que las “empresas mercantiles de los judíos en España no fueron muy escrupulosas y que ellas les acarrearon la enemistad del pueblo. En la España goda y en la musulmana se habían dedicado al tráfico de esclavos. El Concilio X de Toledo les prohibía ejercerlo, pero después de la conquista árabe se dedicaron a él en gran escala".
Tampoco pudo ser muy grato a la población su actuación como revendedores, encarecedores de los alimentos y el vestido, ni su aprovechamiento para hacer subir las provisiones, mientras los cristianos peleaban contra los moros. Por el Fuero de Usagre sabemos que se dedicaban a acaparar pescados los viernes, época de vigilia, para elevar su precio y las Cortes de Burgos de 1367 dan la noticia de la compra por los tenderos judíos a los mercaderes cristianos de diversos productos “para revender a ganar con ello".
Nos matiza Sánchez Albornoz que "fueron sin embargo su creciente y desaforado enriquecimiento y su rápido y continuado trepar a cargos de confianza en la Administración Pública, los que encendieron el fuego popular contra los hebreos. Porque se enriquecieron a costa de la miseria del pueblo y por añadidura lo trataron con altivez y orgullo".
Los judíos se convirtieron en los agentes fiscales explotando por duplicado a los cristianos tomándolos con creces los tributos que recaudaban para el erario y aumentando los intereses usurarios. Así el pueblo se vela atropellado tanto por los hebreos recaudadores como por los hebreos prestamistas y comerciantes que, con apremios, exigencias, abusos y extorsiones se hicieron odiosos a la vista del pueblo llano, guerrero, hidalgo o trabajador, que veía crecer el contraste entra su inaudita pobreza y los inmensos caudales y riquezas de los hebreos, entre su humillación y el poderío de sus explotadores.
Los judíos practicaban y ejercían el “noble” oficio de la usura. Los judíos daban a usura a no menos del 100% anual y ya el Fuera de Cuenca prohibe a los judíos prestar a más de tal interés y tal prohibición es señal evidente de que solían exigir réditos todavía mayores.
Para asegurarse el cobro de sus créditos las usureros judíos exigían prendas a o fiadores y solían usar, y aun abusar de aquellos, y comprar a precios reducidos los bienes que respondían del pago de las deudas, y cualquiera de los dos negocios les permitía acrecentar sus riquezas a costa de sus víctimas.
No puede sorprender que subiera deprisa la marea de las quejas populares contra la usura judía, ni que la propia Iglesia se alzara contra ella, cuando se detecto la práctica usual entro los judíos de obligar a sus deudoras a reconocer deudas superiores de las que en verdad habían contraído.
El historiador hebreo Salomon Ben Verga señalaba ya, con razón, a la usura entre las causas del odio popular de los cristianos contra los judíos, usura que les había llevado a detentar las tras cuartas partes de la tierra y heredades españolas merced a su oneroso oficio de esquilmadores.
En esta ciudad de Valladolid, Doña María de Molina envió al Consejo una carta fachada el 1 de noviembre de 1304 denunciando las abusos en los préstamos de los hebreos y más tarde, también, las Cortes reunidas en la ciudad en 1305 se quejarán de que los judíos llegaban a exigir el reconocimiento de deudas tres veces superiores a la suma recibida y se negaban a devolver, so pretextos diversos, las prendas que garantizaban sus prestamos. Más tarde y también en esta Ciudad de la Cancillería, en 1405, Enrique III dictó un Ordenamiento muy minucioso contra la plaga de la usura “en tal manera que muchos de los dichos cristianos son destroydos e enpobrecidos".
Los judíos tenían la que podíamos denominar, en el argot económico actual, el casi total monopolio de las tareas fiscales que cumplían con tal celo que las Cortes obtuvieron del rey Alfonso X el Sabio en 1253 y 1268 la Orden de que no pudieran “ser prendados los bueyes y los aperos de labranza de los campesinos, ni destejadas sus casas, ni arrancadas las puertas de las mismas, a fin de evitar que los recaudadores de los impuestos – judíos los tomaran en prenda para cobrarse en ello sus cuotas tributarias".
A todo ello se añadían los constantes ataques que los judíos proferían contra la religión cristiana, sus blasfemias como la de Açaç Bençalema que escarneció a Cristo e irritó a las cristianos diciendo "adorades e tenedes por fillo de Dios como concevido e feyto en adulterio", o el caso que nos relata Ortiz de Zuñiga en los "Anales de Sevilla" cuando un conciliábulo de judaizantes, el Jueves Santo de 1478, blasfemaban de la fe católica, e incluso el asesinato, perpetrado por los judíos de D. Pedro de Arbues en 1485 en el interior de una iglesia. Piensesé que incluso hasta 1486 los recaudadores judíos de Castilla se negaban a firmar las escrituras de liquidación de rentas si los escribanos las fechaban consignando mal “el año de Nuestra Señor Jesucristo” en que se redactaban. Las crónicas nos ilustran, según Fernández y González en sus “Instituciones Jurídicas del pueblo de Israel en la Península Ibérica publicado en 1881 que "en 1335 el celebre converso Alfonso de Valladolid se dirigió al rey Alfonso XI, acusando a los hebreos de emplear una oración contra el Dios de los cristianos".
El pueblo estaba exaltado contra los judíos por la explotación usuraria, por las extorsiones fiscales, por los arrendamientos, las alcabalas y por las humillaciones y agravios que los habían hecho padecer.
Fue por ello que los Soberanos Católicos, respetuosos de la voluntad popular, se hicieron eco de los sentimientos del país Los Reyes comprendieron el peligro judío, amenazador tanto de la Religión como de la Patria y quisieran conjurarlo de una vez. La gran unidad religiosa necesitaba consumarse y afianzarse en España, escribe el historiador Ricardo Albanés, y "los judíos, que en otro tiempo habían ayudado a las conquistas africanas, no dejarían de hacerla otra vez, en odio al cristianismo, cuando la ocasión se presentase. La perfidia de la raza judía, constantemente se estaba manifestando en la infidelidad de los judaizantes, que seguían siendo judíos con capa de cristianos. Los españoles, corrían un grave peligro conviviendo con una raza que odiaba a su religión y que favorecía las revueltas. Eran, según todos los testimonios de la época seres insidiosos y antisociales.
En la introducción del libro de Carlos Marchan Fernández "Los Judíos de Valladolid" subtitulado “Estudio histórico de una minoría influyente”, editado en 1976 por la Diputación Provincial de esta ciudad, se puede leer que “este pueblo el judío, perece llevar consigo, dondequiera que se encuentra, la “bola de la discordia”, relatándonos su presencia en esta urbe y diciéndonos que aparecen los hebreos de Valladolid en problemas relacionados con la usura en unas casos y con una espacio de tendencia a monopolizar la posesión de las propiedades inmuebles de otra, dado que "los judíos de Valladolid se habían adueñado de gran parte de las propiedades inmuebles de la ciudad, bien por compra directa, bien en pago de deudas de cristianos”.
En las calles de Valladolid, los judíos se mofaban del Viático y no respetaban las fiestas de guardar, lo que impulsó a Doña María, la mujer de Sancho IV, a despachar un mandamiento dirigido a los alcaldes y merinos de Valladolid para que se les obligase a no trabajar en los días festivos y que se escondiesen al paso del Viático para no provocar, con su actitud, el escándalo de los cristianos.
En la Revista Sefarad, Millas Vallicrosa escribía en relación a los problemas de convivencia religiosa que planteaban los hebreos, que “el alma judaica se desborda en suplicas y quejas y se deshace en improperios contra sus enemigos, los pueblos cristianos y musulmanes”.
Son reiteradas las refriegas y enfrentamientos que con su actitud causan los judíos Aquí, en Valladolid, entre otros, vemos como en el otoño de 1367, los habitantes de la ciudad adoptan una actitud de repulsa hacia los hebreos y se producen incidentes de cierta consideración. Así mismo, el 2 de enero de 1412, quizá por la influencia de San Vicente Ferrer que por aquel año se encontraba predicando por estos pagos se firman en esta ciudad el "Ordenamiento sobra el encerramiento de los judíos” conteniendo 24 normas legales para separar al pueblo sano de los elementos antisociales de la época. De nuevo en 1464 se reproducen las controversias del pueblo de Pucela contra los hebreos que se repiten en 1470, en esta ocasión abarcando la irritación y la ira contenida de la ciudadanía, también a los “cristianos nuevos” muchos de ellos falsa y farisaicamente convertidos por conveniencia, de derecho pero no de hecho, que habían profesado la fe cristiana y tomado sus aguas bautismales sin convicción y por puro y egoísta interés. En esta ocasión, ante la gravedad de los acontecimientos y la indignación de la mayoría frente a la minaría judaica opresora y atenazadora, tuvieron que intervenir los Reyes Católicos que acudieron desde la localidad de Dueñas, donde se encontraban para imponer con su autoridad el fin de la contienda.
Se imponía, por ser un deseo popular y fundado, la expulsión de los judíos, circunstancias que se repiten con frecuencia en sitios diferentes, en épocas diversas, en países distantes y en culturas inconexas, donde los judíos han sido el blanco de los pueblos y así se constata que este repudio brota en razas dispares, en regiones alejadas unas de otras, en sociedades regidas por leyes, tradiciones y principios incluso opuestos por la que se puede llegar a la conclusión que la causa de la prevención de los pueblos contra los judíos reside en el comportamiento insociable de Israel, en su egoísmo exclusivista, en su perfidia en lenguaje eclesiástico en su insolidaridad hacia los pueblos que los aceptan y en su hostilidad hacia las ideas cristianas. Así se explican las expulsiones y deportaciones de judíos realizadas por alejandrinos, romanos, persas, árabes, turcos o cristianos. No es en ese mosaico de pueblos donde reside el malestar hacia el elemento extraño que forman las comunicaciones judías, son en estas donde radica, por su avaricia y deslealtad hacia los explotados, la raíz de la cuestión.
En aquellos momentos judío era sinónimo de bribón, usurero, embustero y acaudalado. Sus calles y los barrios que ocupan son cerrados, se autoexcluyen, donde esta minoría se solidifica y se organiza con sus leyes y tribunales propios, formando un clan hermético que lanza, contra quien se aparte de su esquema talmúdico, el anatema Herem ha Cahal o excomunión de su comunidad, lo que significa el desprecio y el odio eterno de los hasta entonces sus hermanos.
En los aledaños de la expulsión de España, los judíos son expulsados de Colonia en 1424, de Augsburgo en 1439, de Estrasburgo el año antes, de Erfurt en 1458, de Nuremberg en 1495, de Ratisbona en 1519, de Sicilia en el propio 1492, de Nápoles en el 1540, de Génova y Venecia en la década siguiente. Los ingleses, incluso, se adelantaron al siglo XIII, en 1290, bajo el reinado de Eduardo I, para proceder a su expulsión. En esa era la tónica no cabe pensar que era un capricho de los pueblos o los gobernantes; razones poderosas habría, argumentos esgrimirían, y, sobre todo, cuando se hacían merecedores del desprecio colectivo era porque darían lugar a ello con su comportamiento mezquino.
Algunas autores han querido ver en esta actitud de los pueblos que reaccionan contra los judíos su amor apasionado hacia el dinero, su adoración el becerra de oro, que sobra ponen en el era mas elevada de su existencia, en la conducta muchas veces fraudulenta en los negocios, en el engaño que practican en su búsqueda ilimitada y desenfrenada de beneficios, a en la oposición sistemática al derecho tradicional, a las costumbres ancestrales a la moral mercantil de donde se asientan y son huéspedes incómodos por su apego a los bienes terrenales y por su carencia de la que se entendía por nobleza caballeresca a hidalguía en los mores de la época.
La expulsión fue un hecho irreversible, loable e inevitable. Y es curioso constatar que cuando el pueblo español se vio libre de los que suponía elementos antisociales hebreos, cuando se vio libre de los logreros que le atenazaban y oprimían cuando sintió alivio, con el Decreto de Expulsión, es cuando comienza en España limpia de elementos judíos e indeseables para la población lo que se conoce en el mundo de las letras, la cultura y las artes como el siglo de oro español que tiene lugar cuando los judíos están fuera y no dentro, cuando el espíritu judaico no pesa sobra la sociedad. Serán circunstancias de la Historia, pero las cosas son como son y hay que expresarlas con claridad y sin ambigüedades, El "siglo de oro español”, la centuria áurea de la inspiración y de la aportación máxima española a la cultura occidental y cristiana, se da en una atmósfera no enriquecida por el problema judío, es decir después de su expulsión de España y ello a pesar de la leyenda negra que propalan por doquier los emigrados por la real voluntad popular.
Par todo ello en este Quinto Centenario de la exaltación nacional y del feliz Descubrimiento de América los judíos quieren, de nuevo, reivindicar como el suceso más importante la circunstancia de su expulsión. No se sumará, el Sefarad 92, a la alegría compartida por el pueblo español por el recuerdo de las dos magnos acontecimientos. Tratarán de aguar la fiesta con la hiel concentrada de su expulsión. Querrán poner de nuevo el cadalso para tratar de crucificar al pueblo español sobra el que, con revanchismo, lanzaran sobra nuestras cabezas su secular rencor.
En 1992 tratarán de calumniarnos, de ponernos de rodillas, de exigirnos solicitar su perdón, querrán que rindamos nuestras cabezas y aceptemos colectivamente, los españoles de hoy, la responsabilidad de la expulsión del ayer, se nos condenará internacionalmente por aquella valiente y trascendental decisión y, por la expulsión tendremos que pagar moral y materialmente, con los réditos e intereses de quinientos años de distancia.
Los judíos de hoy ya se están frotando las manos y hablan de indemnizaciones sustanciosas y de que se nos tilde a los españoles da haber cometido, durante el glorioso reinado de Los Reyes Católicos crímenes contra la humanidad por haber llevado a cabo la expulsión.
Sinceramente creo que no debemos asumir ninguna de sus pretensiones, que no debemos responder más que de nuestros propios actos, que nos debemos rebelar y no admitir ninguna supuesta culpabilidad por la expulsión y la diáspora, que no debemos admitir pliego de cargo alguno en este sentido cuando, quinientos años después, se nos vienen a saldar y liquidar unas cuantas nacidas de una venganza arrastrada en el alma judía en docenas de generaciones. En todo casa serían los judíos los que tendrían que responder por su “crimen” contra la humanidad y por el genocidio y la masacre que están en la actualidad cometiendo contra el pueblo palestino, por citar un solo ejemplo.
Se va a pretender, en un simulacro sin precedentes, celebrar un juicio histórico donde la acusada sea España y los españoles, los cargos de la acusación, la imputación, la expulsión de los judíos y los excesos en la labor colonizadora, la tipificación del delito, en sus conclusiones provisionales, sería el de crímenes contra el derecho de gentes y la pena que van a solicitar, en ese juzgamento, será la aceptación y el estigma a perpetuidad de los errores de nuestros gobernantes del siglo XV y trasladar la responsabilidad a nuestros días.
No sólo pretenderán la condena, la sanción, el veredicto culpable y el repudio internacional contra España sino que exigirán la conmiseración de nuestra claudicante solicitud de perdón que sólo lograríamos, así está trenzada y urdida la trama, cuando reparásemos materialmente a Israel, la cualificación que los judíos, con el beneplácito del internacionalismo, nos impusiesen.
Téngase en cuenta que Isaac Navon ya ha calificado la expulsión de Iberia, en 1492, como "la mayor tragedia del pueblo Judío, entre la destrucción de los Templos de Jerusalén en la antigüedad y el holocausto nazi".
Sefarad 92 será una orgía macabra de la que los damnificados seremos los españoles en general y las beneficiados la minoría judaica en particular. En el Quinto Centenario se están preparando una seria de actos y de parafernalias para revitalizar, peyorativamente la expulsión. Mas de diez mil judíos se concentrarán en Toledo la llamada por los hebreos la "Segunda Jerusalén”, que esperamos no convierten en un infierno como a la primera, ni que propicien matanzas como la causada por ellos en la explanada de las mezquitas en la ciudad vieja de Jerusalén, en la que denominan "la toma simbólica de la ciudad" según Michele Bokobka, portavoz del Norte American Jewish Forum. Se habilitará, para tal ocasión, Santa María la blanca en Toledo, sinagoga y lugar de culto judío al tiempo que la orquesta filarmónica de Israel interpretará sus compases y hará sonar sus trompetas en la plaza de toros de la ciudad Imperial.
La invitación para que el Rey de España visite Israel en 1992 ya esta cursada desde el 30 de noviembre de 1989 en la que, personalmente, el Presidente de Israel Chaim Herzog, se entrevistaba con sus Majestades y los invitaba oficialmente a visitar Israel. Por cierto, que la visita del mandatario judío a España tenía carácter privado y no obstante se hospedó en el Palacio del Pardo como si de una visita oficial se tratase.
Naturalmente que Israel acudirá a la cita de la Expo 92, que tendrá lugar en Sevilla donde tiene reservado un espacio de dos mil quinientos metros cuadrados para recordar, por todos los medios, la expulsión de los judíos como si en el recinto ferial fuese necesario poner unas banderillas negras a lo que verdaderamente debe ser una convención universal de pabellones para celebrar otras motivaciones bien diferentes. Que nadie espera un solo acto de solidaridad, pues lo que se piensa de V Centenario en Castilla y en España y lo que pretenden los judíos son dos concepciones antitéticas
Incluso, para restar protagonismo a la presencia española en el descubrimiento, en la expedición marinera, en los viajes de Colon rumbo a las tierras del mas allá, el propio embajador de Israel en España Sr. Ben Ami, el 23 de noviembre de 1988 en la Isla de Ibiza declaraba rotunda y tajantemente que “no hay duda de que Colon era judío” y tan prepotente afirmación la efectuaba ante la presencia de un asistente "ilustre", el duque consorte de Alba, el ex sacerdote Jesús Aguirre que no puso reparo ni objeción a la osadía histórica del Sr. Embajador que si por una parte pretende remarcar el significado de la expulsión, por la otra nos pretende arrebatar la patria la paternidad o la nacionalidad del artífice del Descubrimiento, apropiándoselo.
En una reciente visita del ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Moshe Arens a España el pasado mes de enero apuntillaba “Israel no olvida la ocurrido en 1492”. Un mes después de estas declaraciones, nada diplomáticas por cierto, el ocho de febrero, en Israel, se creaba la comisión del V Centenario presidida por su ministro de Cultura Isaac Navon en cuya ocasión no desaprovechó la oportunidad para decir "En la conmemoración del V Centenario Israel pondrá el énfasis en la expulsión de los Judíos".
Los judíos esperan con cierta seguridad por las promesas recibidas en este sentido, que el 31 de marzo de 1992, de forma oficial y simbólica, con la presencia incluso de las mas altas magistraturas de la nación española en el recinto de una sinagoga, se derogue, en un espectáculo sin antecedentes el "Decreto de Expulsión”, sancionado por los Reyes Católicos. Benito Barzón, el rabino de la Comunidad judía de Madrid y Secretario General del Comité judío de España para el Vº Centenario ha dicho públicamente que “hay que rendir homenaje a la creatividad y aportación judía a este país”. La expulsión fue un "holocausto medieval”. Añadiendo que los que nos echaron eran más extranjeros que los judíos en España".
El 10 de febrero del presente año Simón Wiesenthal, famoso por la persecución de alemanes y la caza del hombre, declaraba sin rubor que los nazis tomaron el modelo de la Inquisición española. Hitler no inventó nada, su problema racial y el odio hacia los judíos lo tomó de la Iglesia católica”.
En el comité Judío del Vº Centenario están representados entre otras entidades la Federación Mundial Sefardita, el Congreso Mundial Judío, la Asociación de carácter masónico integrada exclusivamente por judíos Bene Berith y la Federación de las Organizaciones Judías de los Estados Unidos. Demasiados intereses creados.
El mismo que escuchara impávido la afirmación de que Colon era judío, Jesús Aguirre Duque consorte de Alba, preside la fundación “Amigos de Sefarad", creada en abril de 1990, tiene pensado editar una Biblia del siglo XV traducida por el judío Rabí Mose Arrajel y, entre otras iniciativas de la Asociación, se encuentra el erigir en Sevilla un monumento del escultor Chillida dedicado a la "Tolerancia" en clara alusión subliminal al Decreto de Expulsión. El consejo de Sefarad 92 está formado entre otros por las siguientes personas: Fernando Lázaro Carreter, el banquera Alfonso Escamez, Jaime Terceiro, el financiero Juan Abelló, ex socio de Mario Conde, Gregorio Marañón, Manuel del Valle, etc.
También el Museo de la Diáspora en Tel Aviv dirigido par David Zilber, está preparando actos conmemorativos de la Expulsión entre los que se encuentran una exposición, en el Centro Pompidou de Paris, en la que según su máximo responsable “permita transmitir el dramatismo de la experiencia judía en España", al tiempo que han encargado a un compositor la partitura de una sinfonía dedicada a la expulsión, para ser interpretada el 31 de marzo de 1992, simultáneamente en España e Israel.
Con cierto adelanto, se ha anticipado el Centro Universitario de Estudios judíos de París a celebrar el Vº Centenario de la Expulsión de los judíos de España, que ha tenido lugar en Paris el pasado 10 de noviembre, donde se ha patrocinado una exposición y en la que el gran rabino Samuel Sira ha presidido el debate sobre los “exiliados” sefardíes, de la persecución al renacimiento".
Los judíos la llaman el "Otro Quinto Centenario" y en su comité Internacional está presente el inefable Mauricio Hatchwell
En la Olimpiada la llama olímpica arderá sobre el Montjuic o monte de los judíos, en una Barcelona cuyo nombre la derivan de Dar Chelano, que en hebreo significa "nuestra costa" y que acreditan era el originario nombre de la ciudad. Para completar la participación de los Juegos, las hermanas Koplowitz las judías Alicia y Ester que se encuentran entra las diez mujeres más ricas de Europa, han visto como adjudicaban a sus empresas constructoras o inmobiliarias un tercio del total de la Obra Pública de los juegos olímpicos de Barcelona 92, por un importe de cuarenta y un mil ciento cuarenta y cuatro millones de pesetas sobra un total de ciento cincuenta y tres mil millones.
Tampoco Valladolid ha quedado marginado de la celebración del Quinto Centenario de la expulsión, la otra cara de la moneda según la versión judía a la eliminación de los elementos antisociales según la opinión generalizada del pueblo español de entonces. El 9 de noviembre de 1989 se celebraron unas Jornadas Sefarditas en el Castillo de la Mata, organizadas por la Conserjería de Cultura de la Junta de Castilla y León con la asistencia del Embajador en España Samuel Nadas que disertó sobre la "página blanca y negra del 92”, en el que el tema a debatir era la Expulsión de los Judíos; y en las que Teofanes Egido hablaba sobra el acoso y exterminio de la minoría judía de España. Estuvieron también presentes el Secretario de Sefarad 92, Nicolás Revenga, que ese mismo mes se trasladaría a Israel, el día 16, para asistir en Jerusalén, al Primer Congreso Sefardí, y León de la Riva que haciendo un malabarismo dialéctico se atrevió a decir que "la expulsión fue un retroceso integrador”.
Las Jornadas de la provincia de Valladolid fue el prólogo del Congreso Internacional Sefardita proyectado para 1991 en Barcelona.
En el presente año y también en Valladolid, del 6 al 9 de febrero, se celebraba un Simposio sobra las culturas Judía, Cristiana y Musulmana y en la que, en el marco de este misma Universidad, se hablaba de "La expulsión de los judíos como uno de los aspectos más negativos de 1992”.
Los judíos lanzarán una emisión filatélica de sellos para conmemorar su Vº Centenario de la Expulsión.
Como hecho anecdótico y como referencia indicativa, para no ser casuisticos, en los datos de todas las actividades sincronizadas para el recuerdo de la Expulsión, el 22 de julio, el Festival de Israel se inauguraba con un baile de Moshe Efrati interpretado par la compañía del Kol Udamana (bailarines sordomudos) que puso en escena una obra para reflejar la expulsión de Sefarad denominada “camina y torna”. Ese mismo día el diario “La Vanguardia” de Barcelona se podía leer que “la preocupación judía es que un capitulo tan importante y dramático de la Historia Hebrea pueda quedar totalmente ensombrecido por los actos del Vº Centenario del Descubrimiento de América”. Para Isaac Navon, Presidente de la Comisión Judía “es importante que las páginas más negras no sean olvidadas”.
Las intenciones son elocuentes. Sus manifestaciones múltiples. Su idea fija. Su odia Infinito.
Aparte de ofender a España, los judíos buscan algo más sustancioso que hemos encontrado en un texto reciente del intelectual judío Nissin Elnecave del Cahal de Buenos Aires, una de las autoridades hebreas en el campo de la Historia y de la cultura Israelita. Seleccionamos de su libro, publicado por las jerarquías rabínicas de la capital Argentina, algunos de los párrafos que nos dan la clave de un enigma sin resolver, donde las frases acusatorias se entremezclan con las tribulaciones condenatorias sin remisión y todo ella para conseguir fines materiales, ganancias, riquezas, acopio, a costa del contribuyente español y con cargo a nuestros presupuestos. Nissin Elnecava no vacila en afirmar que “España cometió el más espantoso atentado contra un grupo humano y se empeño en su exterminio, el genocidio de casi un millón de sefarditas”.
"Hay una sola manera de reparar el enorme daño causado a los sefarditas por España. Desde el punto de vista histórico y humano el arrepentimiento y el resarcimiento, esta es la compensación".
“Esta Inaudita persecución, para la que mas tarde se acuñó el vocablo genocidio, no fue rehabilitada por España y reclaman desde la tierra empapada de sangre judía y de las piras convertidas en montículos de cenizas humanas su condigno resarcimiento".
“España quedó, y sigue, con el estigma de este grave atropello sobra su conciencia”.
"El perdón de un atentado tan atroz como el genocidio español de los sefardíes en suelo ibero y americano, requiere el sincero arrepentimiento para ser condenado, además del resarcimiento por el daño material infringido”.
“España es madrastra para los sefarditas".
"En el orden material, España debe ofrecer reparaciones como lo hizo Alemania occidental. Estas reparaciones podían sumar varios millones de dólares.
“Solamente recordamos en los hechos el camina de la reparación mediante una justa indemnización".
La que se busca con el Sefarad 92 es tan evidente que no precisa de grandes demostraciones. El tiempo nos dará irremisiblemente, y también tristemente, la razón.
Repasemos los gestos de aproximación al objetivo marcado par el Sefarad 92 y para ello, señalemos algunas de las cuestiones que nos vienen a corroborar la trampa tendida por Israel.
El día 6 de abril de 1987 Simon Perez era recibido en audiencia por el Rey al que dijo que España tiene la oportunidad de corregir los errores cometidos hace 500 años.
El día 2 de octubre de 1987 los Reyes de España estaban realizando un viaje oficial por los Estados Unidos. En la ciudad de Los Angeles el Rey Juan Carlos pronunciaba un discurso en la Sinagoga Tifereth Israel, en presencia del rabino Jacob Ott. Subrayamos algunas de las frases pronunciadas por el monarca en su intervención que, tras referirse al relevante papel desempeñado por la comunidad judía en la Historia de España, hizo alusión a "las expulsiones injustas e innecesarias, persecuciones e intolerancias que han sufrido hasta desembocar en la tragedia del holocausto" y tratando de saldar la vieja deuda con los “hermanos sefardíes” dijo que "La España de hoy se siente orgullosa del cercano parentesco con esta comunidad".
En noviembre de aquel mismo año 1987, el día 27, en audiencia oficial en su residencia el Rey recibía a Aba Evans, entonces presidente del comité de defensa y exteriores del Congreso de Israel.
El 12 de enero de 1988 la Reina enviaba un mensaje personal a los organizadores del I Congreso sobre "Magia y Mística Judía, en Toledo".
El día 25 de Agosto de 1988 los reyes recibían a altos dirigentes del judaísmo mundial entra los que se encontraban Edgard Bronfman, Presidente del “Congreso Mundial Judío", que ofrecía ante S.M. una "aportación sustanciosa" al Sefarad 92. La acompañaban Morris Abraham y Max Mazin.
El 29 de Abril de 1989 la Reina entregaba el premio Sternberg a la congregación de
Nuestra Señora de Sión donde se asienta la Amistad judeocristiana.
El 25 de mayo de 1989 el Rey invitaba a comer al Primer Ministro de Israel Isaac Shamir.
El día 4 de Octubre de 1989 los Reyes visitan los campos de Auschwitz y Birkenau en Polonia depositando el Rey una corona de flores en el Monumento a las víctimas del nazismo y declarando que se sentía emocionado, conmovido e impresionado".
El 24 de aquel mismo mes el Rey recibía en Audiencia al Consejo Tripartito de la Universidad Complutense, y al Consejo superior de Investigaciones Científicas de Tel Aviv.
El 31 de Octubre el Rey recibía en audiencia a los a miembros de la compañía financiera Canada Israel de Security Limited.
El 5 de diciembre de aquel mismo año los Reyes invitaron Almorzar al presidente de Israel Chaim Herzog quien les reiteró la invitación a los Reyes para visitar Israel en 1992.
El 4 de Julio los Reyes recibían al judío Henry Kissinger en al palacio de la Zarzuela.
El mismo mes, el día 23, la reina asistía a una conferencia pronunciada por Eli Wiesel que visitaba Madrid para participar en los actos de Vº Centenario de la expulsión de las judíos. Wiesel es el Presidente honorario de los amigos de Sefarad y declaró durante su estancia en Madrid que "Sefarad 92 es un proyecto de extraordinaria importancia tanto en el aspecto simbólico como en el práctico". El titulo de su conferencia fue “Judaísmo y memoria histórica".
Jerry Boodman declaraba que el Rey Juan Carlos había prometido que "derogaría el Decreto de Expulsión de los Judíos, Dictado por los Reyes Católicos".
El 19 de octubre de 1990 el Príncipe de Asturias recibía a los representantes sefardíes en Oviedo, con ocasión de la Concesión del Premio que lleva su nombre "El Príncipe de Asturias de la Concordia", a la Comunidad Judía, la que hizo exclamar a Salomón Gaón, que presidía la comisión, que “era el sueño realizado". En el Teatro Campoamor de Oviedo, en el acto de la Entrega de los Premios, el Príncipe de Asturias D. Felipe de Borbón, entre otras cosas, decía a los judíos en su discursos “Como heredero de quien hace 500 años firmaron el Decreto de Expulsión, yo lo recibo con los brazos abiertos y una gran emoción a una parte entrañable de la gran familia hispánica".
Para Ezequiel Zakai Secretario general de la Federación Sefardí de Israel, el premio a la Concordia del Príncipe de Asturias llega “en un momento particularmente oportuno, por encontrarnos cerca del Quinto Centenario de la Expulsión de los judíos”.
Hemos resaltado algunas de las actividades, elegidas al azar de la Familia Real en relación con el tema que nos ocupa y por ser el exponente de la que se prepara, en el fondo y de verdad, en el Vº Centenario. No se trata más que de un botón de muestra de actitudes y encuentros que hemos traído a colación por ser todos ellos públicos y notorios.
Paralelamente, en el terreno religioso, el ministro judío español de Justicia, Sr. Múgica Herzog, antiguo militante del Partido Comunista en la clandestinidad, detenido en a 1956 por tal motivo y hoy tránsfuga en el PSOE, ha suscrito un Acuerdo con la Federación de Comunidades Judías de España que cuentan con quince mil miembros aproximadamente en todo el territorio nacional, declarando a la religión mosaica como de “notorio arraigo". El 21 de febrero, fecha en la que tuvo lugar el Acuerdo con el Estado Mágica calificó de despótica la acción de los católicos y Samuel Toledano, Presidente de la Federación de las Comunidades Judías, hablaba en su discurso ente el Ministro de Justicia y correligionario que "los judíos tuvieron que abandonar su Patria hace 499 años.
Sefarad 92 no es sola una reivindicación judía. Es la constatación de la ubicación en España del capital cosmopolita e internacional que detentan los judíos. Entre los grandes de las finanzas en España se encuentran los judíos Marc Rich, propietario de Ron Investment, copropietario de la cadena de Hoteles TRYP, amigo personal de los ministros Mágica, Corcuera y Chaves, uno de los mayores accionistas del Banco Hispano Americano, que curiosamente está en busca y captura por la Justicia norteamericana acusado entra otras imputaciones de fraude y pillaje.
Max Mazin, ex vicepresidente de la CEOE, relacionado con grandes negocios inmobiliarios, Iberia Mart, Centauro, Tryp, Servisa y un largo etc. Ha sido Presidente de la Comunidad hebrea de Madrid y llegó a España en los años 50 huyendo de su país de origen, el Este de Europa y tras el Talón de Acero, sin capital ni reservas conocidos siendo hay detentador de una de las mayores fortunas del país.
Carlos y Salomon Benarroch vinculados al Banco Catalán de Desarrollo, Banco y Seguros Vitalicio, Banca Industrial de Cataluña y Banca Catalana fundada por el judío David Tennenbaum .
Raimundo Saporta, con conexiones en el Banco Exterior de España.
Jacques Hachuel, el mayor accionista del Banco Español de Crédito –Banesto - propietario de H. Capital.
Las hermanas Koplowitz con su propiedad sobre Cartera Central y su 31% del Banco Zaragozano.
Los Rotschild y sus vinculaciones con Bancapital.
Leon Benegas ex director general de Seguros del Ministerio de Economía y Hacienda y en la actualidad alto directivo de H. Capital.
Lita Trujillo (Lia Iris Monchaliqui Kiarner) viuda de Trujillo y compañera sentimental de Jaime Ostos que recientemente ha declarado que “los judíos no perdonamos, nuestra venganza es silenciosa.
Etc., etc., etc.
Cinco siglos más tarde los judíos vuelven allá donde solían, y en España acaparan poder a influencia en la política (Mugica, Benegas, Castellanos, Anguita... ) en los medios (la TV, las editoriales, la prensa, el cine, etc.) en sectores vitales de la economía (alimentación, sistemas informáticos, etc.) en compañías de seguridad (ISDS, ICTS, ARC PSI, MYDAS, SA...) e incluso las redes de espionaje y sus servicios de Inteligencia, el Mossad han firmado con los servicios españoles, el Cesid un acuerdo de cooperación el pasado 4 de diciembre de 1989, con el general Manglano, con quien la Antena en España de los servicios judíos Avshalom Megiddon, mantiene entrevistas semanales. El Mossad se ocupará en parte, de la seguridad de la Olimpiada del 92 en Barcelona y desarrolla controles y actividades en centros neurálgicos como los correos y el servicio postal en las comunicaciones de España.
Nuestro reciente Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela, que por cierto es el Presidente de la Asociación de Amistad España-Israel, dicha sea entre paréntesis, visitaba, en Julio del presente año por tercera vez Israel y se unía al coro y la campaña, de Sefarad 92, manifestando en tierras hebreas que “los Reyes Católicos cometieron un gran error político el expulsar a los judíos" añadiendo que “quería rendir homenaje a este pueblo heroico, que nos ha servido de ejemplo a todos los europeos con su perseverancia". Fue durante su gira nombrado Dr. Honoris Causa por las Universidades de Jerusalén y Tal Aviv y los méritos que le sirvieron para tal distinción fueron, principalmente dos, resaltados por sus anfitriones su contribución a la herencia semítica y por ser el Presidente de la Asociación de Amistad España-Israel”. A veces las vasallajes y los compromisos tienen sus recompensas.
Para difuminar su juego a la contra, los judíos están alimentando las protestas de algunos grupos indígenas, cuyas voces se alzan contra la Celebración del Vº Centenario alentando el sentimiento de rechazo, como diría el mejicano Jenaro Bautista o considerándose víctimas de ese hecho histórico, denunciando supuestas “atrocidades", a las que se ha sumado el polémico Arrabal con su obra "La Carga de los Centauros”. Algunas ministros hispanoamericanos definen la fecha más como “Confrontación” que como Conmemoración. Y estas discrepancias abundan en la labor de zapa judaica en el Sefarad 92 y en el proceso abierto contra España.
El último de los dardos lo lanzan los judíos contra la egregia figura de Isabel la Católica. Sus invectivas venenosas tienden a desacreditar a la Reina que llevó a termino la Unidad Nacional de España y que puso empeño e ilusión en las tareas de Descubrimiento de América, lo que supuso que casi la mitad del catolicismo actual se debiera, en gran parte, a su decidida participación en la empresa de tal magnitud. La Reina Isabel era acreedora de relevantes prendas morales y poseía un cúmulo de virtudes cristianas tales como la fe, la honestidad, la humildad y la caridad entra otras muchas. Fue la principal promotora del Descubrimiento y evangelización de América.
La Iglesia ha abierto su proceso de beatificación en causa que se inició precisamente en Valladolid, el 3 de mayo de 1958, habiendo finalizado los trabajos de la Comisión en junio de 1970, sucediéndose la nueva fase, a partir del 3 de julio de aquel año, en la que la Congregación de los Santos autorizaba al Arzobispo de Valladolid para abrir el proceso ordinario diocesano que daría comienzo el 26 de noviembre de 1971 y termina el 15 de noviembre de 1972. Dos años más tarde concluiría en Roma el proceso de la Causa, el de los “escritos de la sierva de Dios" con la aprobación de la positio super criptis por la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos.
Treinta y seis Estados americanos han declarado el 22 de abril el Día de la Reina Isabel la "única a la que se conoce con el sobrenombre de Católica" y con cuyo concurso pudo evangelizarse el Nuevo Mundo.
El pasado 2 de marzo, el sacerdote Jose María Javierre escribía en un diario madrileño de ámbito nacional un articulo que llevaba por titulo "Los Judíos frente a Isabel la Católica” que terminaba con el siguiente texto: "aturde a los judíos aterrados ente el susto de ver canonizada por la Iglesia a la Reina que estableció la Inquisición y firmó el Decreto de Expulsión. Para corroborarlo, Samuel Toledano, Presidente de la Federación de Entidades Israelíes en España, el 2 de noviembre pesado calificaba de “idea peregrina” el hecho de que se diera luz verde al proceso de beatificación puesta que “se iría contra corriente del buen entendimiento habido en los últimos años tanto a nivel español como de la propia iglesia Católica en relación a los judíos.
“Sefarad” 92 más que solidarizarse con la Gran Fiesta de la Hispanidad que podría simbolizar 1992, lo que quiere es convertir el V Centenario en un viacrucis, en una vía dolorosa, dando los sionistas pusieran el epílogo a la Leyenda Negra que han propagado durante 500 años contra España. Y parafraseando al padre Julio Meinvielle fallecido en circunstancias no suficientemente aclaradas y buen conocedor de la cuestión judaica, sí los judíos se encuentran "en el misterio de la Historia”, en este caso el misterio ha quedado desvelado.
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