lunes, 28 de julio de 2008

MIOGAROR -http://www.miogaror.tk/

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DUROS TIEMPOS SON LOS QUE CORREN EN UN MUNDO DESPEDAZADO, NACIONES ENTERAS INMERSAS EN LA CONFUSION, EL KAOS, EL ODIO Y LA ESCLAVITUD TOTAL. DOMINADAS POR UN NUEVO ORDEN MUNDIAL DIRIGIDO POR EL PUEBLO ELEGIDO POR EL DIOS DEL MAL, EL SIONISMO INTERNACIONAL.

MIOGAROR QUE SIGNIFICA LA TIERRA DE LOS HOMBRES CREADA POR LOS DIOSES PAGANOS. NACIO COMO UNA CONTRARESPUESTA A TODO ESTE DESORDEN REINANTE. NOSOTROS MUJERES Y HOMBRES DESCENDIENTES DE EUROPEOS QUE HABITAMOS AMERICA LATINA QUEREMOS CAMBIAR ESTE RUMBO QUE NOS ESTA LLEVANDO A LA RUINA TOTAL. SIN INTERESES ECONOMICOS DE POR MEDIO, SOLO NOS MUEVE EL RESPETO Y EL AMOR PROFUNDO A NUESTRA RAZA A NUESTRAS NACIONES Y A NUESTROS PUEBLOS.

CREEMOS CIEGAMENTE QUE EL UNICO CAMINO PARA LOGRAR NUESTRAS METAS Y ASI CONSEGUIR LA LIBERTAD ABSOLUTA Y CONSERVAR NUESTRAS CULTURAS, TRADICIONES Y RAICES, ES LA UNION VERDADERA Y EL APOYO RECIPROCO ENTRE TODOS LOS NACIONAL SOCIALISTAS, NACIONAL REVOLUCIONARIOS Y PATRIOTAS HISPANOPARLANTES DE AMERICA LATINA.

HIJOS DE EUROPA QUE NACIMOS Y VIVIMOS EN ESTE SUELO AMERICANO Y EN EL CUAL HAN NACIDO Y NACERAN NUESTROS HIJOS , REMEMOS TODOS JUNTOS PARA QUE NO SE UNDA ESTE GRAN BARCO , AUNQUE SEA EN VIENTO EN CONTRA Y EN ESTE MAR DE TEMPESTADES.

DEJEMOS DE LADO DIFERENCIAS BANALES Y FALSOS ORGULLOS SIN SENTIDO .

NUESTRA RAZA NOS LLAMA, NUESTRAS PATRIAS NOS RECLAMAN NUESTROS PUEBLOS NOS NECESITAN, AHORA Y MAS QUE NUNCA HERMANOS Y CAMARADAS DE LATINOAMERICA DE SANGRE EUROPEA A MORIR O VENCER, LA SUERTE ESTA HECHADA ,POR NUESTRA SUPERVIVENCIA NOSOTROS O ELLOS, DE NOSOSTROS DEPENDE. POR LA UNIDAD DE TODOS LOS EURODESCENDIENTES TRANSITANDO EL SENDERO DE LA VERDAD LA JUSTICIA Y LA LIBERTAD.

NOS UNE LA MISMA SANGRE, LA MISMA LENGUA, EL MISMO IDEALY LA MISMA CULTURA.

DESPERTEMOS YA, SALGAMOS DE ESTE SUEÑO PROFUNDO Y HAGAMOS DESPERTAR A LOS NUESTROS .

LA DERROTA CONTINUA PERO MARCHEMOS UNIDOS HACIA LA VICTORIA CON LAS BANDERAS BIEN EN ALTO Y EL PASO FIRME .

MIOGAROR NO PRETENDE DE NINGUN MODO INTERFERIR EN EL FUNCIONAMIENTO INTERNO DE NINGUNA AGRUPACION NI TRATAR DE MANIPULARLA. SOLO BUSCA LA UNIDAD Y LA AYUDA MUTUA PARA LA GRANDEZA DE TODAS ELLAS. ALGUIEN DIJO ALGUNA VEZ DIVIDE Y REINARAS, POR ESO CON NUESTRA INDESTRUCCTIBLE Y SINCERA UNION DERRUMBAREMOS ESTE IMPERIO SIONISTA DE DOMINACION MUNDIAL , POR LA MEMORIA DE NUESTROS ANTEPASADOS QUE FORJARON NUESTRAS PATRIAS, POR NUESTRA DIGNIDAD, LA DE LOS NUESTROS Y POR EL FUTURO LA SANGRE NUEVA QUE LLEGARA.


ESTAMOS VIVIENDO TIEMPOS DIFICILES
LLEGO EL MOMENTO DE UNIR FUERZAS
Y COMBATIR AL MORTAL ENEMIGO
EN PRO DE NUESTRA GENTE.
POR NUESTRA RAZA, POR NUESTRA SANGRE,
POR NUESTROS HIJOS.
EURO-DESCENDIENTE
NO DEJES MORIR TU LEGADO,
EUROPA ESTA EN TU SANGRE !!!
LUCHA POR LA UNIFICACIÓN DE LATINOAMERICA

LUCHA POR LA VERDAD !!!

LUCHA A FAVOR DEL NACIONALSOCIALISMO

MIOGAROR ES LA SOLUCIÓN FINAL !!!

UNETE A NOSOTROS !!!







contactate con nosotros:
miogaror88@hotmail.com

domingo, 27 de julio de 2008

Manifiesto a favor de los Animales




por Jorge Mota


PROLOGO


Quiero exponer en esta obra algunos puntos que definan y teoricen en forma un poco extensa lo que es y representa el amor verdadero a los animales.

Debo, ante todo, decir que me considero discípulo de Ricardo Wagner quien, principalmente en los últimos años de su vida, comprendió de forma perfecta lo que representa el amor a los animales y esbozó, aunque no muy definidamente, unos principios que ahora amplío.

En su época la humanidad atravesaba problemas muy graves y había gran cantidad de gente viviendo miserablemente. Él luchó por la mejora de las condiciones sociales y por la implantación de una verdadera justicia social, pero, sin olvidar este aspecto, profundizó también en el amor a los animales. Si en su época hubiese dicho textualmente lo que ahora expongo yo en esta obra, hubiese sido tildado de excéntrico, como de hecho lo seré yo, pero estoy convencido de que dentro de cien o quizás mil años, la humanidad deberá seguir estos principios, incluso quizás más perfeccionados todavía.

Son muchas las obras, cartas, escritos, etc. de Wagner en los cuales se percibe su postura con respecto a los animales, pero fundamentalmente sus principales opiniones se contienen en sus escritos póstumos agrupados bajo el título de "Religión y Arte" y en una extensa carta abierta que fue publicada pasa combatir la extendida práctica de la vivisección. El texto de esta carta figura completa en el apéndice de esta obra, así como también incluimos por su extraordinaria belleza y profunda verdad, la obra de Mark Twain "Memorias de una perra" cuyo lenguaje poético es mil veces más elocuente que todas las páginas de este libro.

Creo importante difundir las ideas de Wagner por cuanto estoy convencido de que amando a los animales se ama también a los semejantes. No hemos de caer sin embargo en el error de convertir este amor a los animales en una especie de afeminamiento del hombre y en un pánico a la sangre. El evitar el derramamiento de sangre animal o humana debe ser para todos el mayor objetivo a alcanzar, pero no debemos olvidar tampoco que, como los Caballeros Templarios que prohibían el mal trato a los animales y predicaban el amor y la paz, sabiendo defenderse y luchar por sus principios, tampoco nosotros debemos dejarnos devorar por un animal o en sentido simbólico por los hombres a causa de nuestro sentimiento de amor a las especies inferiores y de nuestra sensibilidad ante el dolor ajeno.

Prediquemos el amor y la piedad, respetemos a los demás, pero no olvidemos que no nos debemos dejar avasallar y ser como nuevos cuáqueros víctimas de los que, sin pensar como nosotros, encuentran en el derramamiento de sangre placer y satisfacción. El amor y la piedad deben ir dirigidos en principio a toda la Humanidad y a todas las especies; si se nos insulta u ofende debemos ofrecer, como decía Cristo, la otra mejilla. Pero si nuestro enemigo la golpea también, tengamos presente que el Evangelio no sigue más allá. Hemos dado pruebas de buena voluntad, pero si nuestros enemigos persisten en su postura, debemos defender nuestros principios enérgicamente. Wagner cita el caso de un laboratorio de vivisección que fue asaltado por unos amantes de los animales y apaleado el guardián que los custodiaba. Esta violencia puede parecer un contrasentido con los objetivos perseguidos, pero no lo es para el que ama a los animales. Bien está pedir primero, exigir después y conseguir al fin por los medios que sea. Si el objetivo final es bueno, como en nuestro caso, no nos pueden impedir alcanzarlo ni los formalismos ni siquiera las leyes, pues si la Ley no sabe respetar y proteger a criaturas vivientes que dan color y alegría a nuestra vida, es una ley incompleta que no merece ser respetada en este punto.

El mayor peligro que puede hallarse entre los que simpaticen con las ideas que ahora expongo, es que se crean simples propagadores de teorías. En la medida de lo posible hemos de luchar por nuestras ideas para evitar convertirnos en ridículos teóricos iluminados de teorías inútiles e impracticables.

Lógico sería que el amor a los animales fuese algo espontáneo por naturaleza, amor hacia seres vivos creados por Dios para acompañarnos en este mundo. Frecuentemente un animal hace más compañía que algunas personas. Nunca piden nada a cambio de su entrega y son fieles hasta dejarse matar por sus amos. Se dan cuenta de los estados de ánimo de los que les rodean y están contentos cuando su amos lo están y tristes cuando los ven tristes. Lo único que sorprende es que todavía exista crueldad para con esos fieles hermanos inferiores o incluso que se pueda permanecer ajeno a ellos con la clásica frase de "yo no les hago nada malo a los animales", comentario que debería ser comparado a aquel que Jerome K. Jerome incluye en una de sus obras cuando un hombre al llegar al cielo dice: "No he hecho nada malo en la tierra", a lo cual le responden los ángeles:" ¿Y qué has hecho bueno?", condenándolo por su negligencia.

Sé que defiendo aquí algunos postulados de imposible realización. Considero que mi misión ahora es la de teorizar. El objetivo final es el que expongo, pero para recorrerlo hay que subir peldaño a peldaño. Ya sé que cuanto aquí digo es un sueño, pero todo lo que la humanidad ha. hecho a lo largo de su historia ha sido soñado primero por idealistas entregados a todo.

Sé también que hay mil problemas más importantes para solucionar antes que éste. Sé que miles de personas padecen hambre, pero sé también que no puede olvidarse un aspecto de la vida por defender otro. Existen cartas de derechos humanos en las Naciones Unidas, asociaciones internacionales para el socorro de los pobres, cien distintas Iglesias ocupadas en proteger contra la miseria al hombre, pero ni la ONU ni las Iglesias se preocupan de los hermanos inferiores. Ni tan siquiera los Franciscanos, que deberían ser herederos de aquella alma sensible que sabía hablar con los pájaros, se dedican a la protección de los desamparados y fieles animales, por eso yo quiero ocuparme de ello. Por otra lado, fútbol, toros, grandes espectáculos, ostentación... se hallan en vigencia y son apoyados por casi toda la Humanidad pese a que sigue habiendo gente que padece hambre.

El amor a los animales es el más idealista de los sentimientos y en nuestro mundo materialista la propagación de un principio idealista, aunque sea por el momento de imposible realización debido a otros problemas más urgentes, es siempre necesario y beneficioso.



EL DESEQUILIBRIO ECOLOGICO NATURAL



En otros capítulos de este trabajo incluiremos al final la serie de, tópicos más característicos con los cuales los enemigos de las ideas que aquí expongo intentan dar al traste con nuestros razonamientos. Ahora, al tratar del equilibrio ecológico y de las leyes inflexibles de la naturaleza, debe empezarse por los tópicos, pues mientras en otros aspectos estos son esgrimidos por los que nada sienten por los animales, en el presente caso son también los amantes de ellos los que los utilizan

Me parece inconcebible que personas que se conmueven por el dolor de cualquier animal, presencien inmutables las escenas filmadas o fotografiadas y cada vez difundidas con mayor profusión que nos presentan a un animal devorando a otro. Me parece insólito que estas personas se preocupen de un pájaro que ha caído de su nido y lo recojan a fin de que no se lo coma algún gato y sin embargo encuentran lógico y natural que infinidad de animales mueran día a día, sin que nadie se preocupe de su profundo drama en este mundo.

El decir que la naturaleza impone su ley inflexible, según la cual unos animales se alimentan a base de otros, y que esto constituye una cadena indestructible es un absurdo sin precedentes. No hay ninguna ley que diga que un animal tenga como destino el servir de alimento a otro. También es falso por otro lado que los animales se alimenten unos de otros. Los animales carnívoros se alimentan normalmente de los que no lo son y, aún en el caso de ser carnívoros ambos, jamás se hallan en igualdad de condiciones.

No puede hablarse en la naturaleza de la ley del más fuerte, sino de la del más sanguinario. Los elefantes son los más fuertes de todos los animales y no matan para comer. La ley del más fuerte puede aplicarse entre los iguales, pero nunca entre especies distintas, con constituciones diferentes. No puedo aceptar como justo y comprensible que el destino del gamo en este mundo sea el de correr para evitar ser devorado por un animal sanguinario. Muy distinto sería si los leones o los tigres se comieran entre sí o tuviesen como alimento a miembros de otras especies tan fuertes como ellos. Si en el diario quehacer para alcanzar la comida dos especies de animales distintas, pero de similares características, luchasen encarnizadamente venciendo unas veces unos y otras otros, podría admitirse el principio de la ley del más fuerte, pero en este caso no se puede hablar de ello. Los animales sanguinarios buscan para su alimentación a aquellos que no pueden oponerles resistencia, que simplemente pueden huir, correr, para salvar su vida y la de sus hijos, y creo que esto es una injusticia de la naturaleza que el hombre puede y debe corregir siempre que en su mano esté.

No venirnos a este mundo a sufrir, sino a luchar. Justamente en esa lucha constante encontramos el sufrimiento, pero precisamente luchamos para no sufrir. El sufrimiento no es el objetivo de nuestro mundo y por ello el más humilde de los santos, el que más pobremente vivió y que no temía al sufrimiento, San Francisco de Asís, retiró los cilicios con los cuales algunos religiosos se automartirizaban. No, sufrimos, pero esa no es la finalidad del mundo. Dios ha puesto en el mundo fuerzas del bien y del mal en constante enfrentamiento, y nosotros podemos con nuestros conocimientos y superior inteligencia convertir la tierra en un paraíso o en un infierno. Venimos al mundo a luchar por nosotros, por nuestras familias, por nuestra raza, y lo verdaderamente meritorio es que en esa lucha por lo que es nuestro, no nos aprovechemos de los demás o seamos injustos con ellos llevados por el egoísmo. Es justamente ahí donde se relacionan nuestros intereses con los de los demás, donde empiezan los verdaderos problemas morales que distinguen el hombre noble del taimado. La misión del hombre no es la de aceptar el mundo en su estado primitivo y dedicarse a ser un animal más. Tenemos en la tierra fuerzas del bien y del mal y debemos luchar contra las segundas, debemos utilizar nuestro libre albedrío para hacer este mundo siempre mejor hasta que llegue un día en que al ser un paraíso ya no sea necesaria su existencia. El hombre, ser supremo de la creación, tiene la sagrada obligación de perfeccionar la naturaleza y proteger a todos los seres vivientes que en ella habitan. Este sagrado deber corresponde exclusivamente al hombre y debe ser consciente de él.

Cuando vemos que los hombres perforan montañas, desecan lagunas, cogen territorios al mar, fertilizan desiertos, allanan montañas, encauzan ríos, construyen lagos, etc., imponiendo su voluntad inflexible a la naturaleza, nos parece inaudito que se nos tilde de exagerados si decimos que también en las especies animales debe intervenir el hombre como ser superior al hacer la naturaleza mejor en su conjunto.

Los volcanes son bellos, y también es hermosa la vista de un huracán sobre un paisaje tropical, pero el hombre busca día a día, muy juiciosamente, la forma de librarse de estos peligros de la naturaleza ya que su belleza no compensa el daño que producen. Se libra también el hombre de infinidad de animales dañinos y sin embargo se considera injusto que libre a otras especies de animales todavía más dañinos. El hombre interviene a cada momento en la naturaleza y en sus leyes, pero sin embargo se quiere que no actúe así cuando los intereses no le afectan directamente a él. Algún día, quizás, el hombre conseguirá acabar con los huracanes, ciclones y tifones y nadie lo lamentará, aunque sean fenómenos de la naturaleza. Pero si acabase con los tigres, todo el mundo pondría su grito en el cielo. ¿Y las vidas de animales inocentes que significaría salvar con ello? No creo que el haber exterminado las ratas de las ciudades sea de lamentar y tampoco creo que sea de lamentar la desaparición de determinadas especies de animales.

Yo simplemente querría saber si un tigre ante la falta de alimentación cárnea, sería capaz de alimentarse con productos de la tierra o, de no ser ello posible, si enfrentado con los de su especie, se alimentaría con ellos. Esto podría intentarse o cuanto menos sería preciso limitar el número de animales sanguinarios hasta el mínimo posible.

Algunos se horrorizarán de estas palabras, hablarán del desequilibrio ecológico, pero creo que ese desequilibrio es en muchos aspectos una falsedad. El hombre, durante cientos de años, ha pescado cientos de miles de millones de peces sin que los mares se vacíen de sus especies o sólo se vean afectadas unas pocas. La naturaleza sabe adaptarse a las nuevas situaciones y el que en Africa aumentase el número de gamos y gacelas no lo veo como nada lamentable.

Quizás se nos diga que los animales como gamos y gacelas perderían su velocidad al no ser atacados por los leones, pero no creo que ello sea especialmente lamentable, y por otra parte no creo que fuese apreciable. Las gacelas no son animales rápidos por el hecho de ser perseguidos, sino por su constitución física. Si aceptásemos que la naturaleza las dota de velocidad para escapar del león, correrían muchísimo más y no sería posible para ningún león alcanzarlas. Las gacelas, gamos, etc. póngase lo que interese seguirán siendo como son, con o sin animales que se las coman o, en todo caso, las pocas características que pudiesen perderse compensan el hecho de que no sirvan exclusivamente para alimento de los sanguinarios.

Naturalmente, los argumentos de los opositores a lo que he expuesto continuarían, diciendo que entonces habría demasiadas gacelas y se acabaría el alimento para ellas hasta fallecer por inanición. Yo, particularmente no lo creo, pues si bien hay casos en los que puede ofrecerse un ejemplo real al respecto, hay otros en los cuales la naturaleza ha limitado la natalidad para buscar el equilibrio, pero aún admitiendo esta posibilidad de falta de alimentos, no se modificaría sustancialmente nada de lo dicho. El hombre tiene en sus manos infinidad de recursos para compensar esos para mí muy poco probables desequilibrios. Puede esterilizar a algunos centenares de animales, procurar que los alimentos para cada uno de ellos puedan aumentar, logrando las condiciones idóneas por medio de abonos o replantación, o puede incluso llegar a matar, pero siempre en forma más humana que un tigre u otro animal sanguinario.

También debe ser considerada una solemne estupidez la afirmación de que en esta lucha por la vida mueren los animales más débiles fortaleciéndose y mejorándose constantemente la especie. En primer lugar, a los que tal dicen les tiene sin cuidado el mejoramiento de su propia especie humana, pero además no puede ser admitida esta afirmación como válida, ni mucho menos. Un animal que se lastima una pata, o que padece una indigestión debido a la última comida realizada, o que se halla agotado después de algunos juegos o peleas con los de su especie o después de su última carrera por salvar la vida, o el que ha rebasado ya la edad considerada como juventud, o incluso un animal que corre algo menos que los demás por la simple razón de que siempre ha de haber un último, no significa que sea un animal inferior cuya eliminación supone un bien para la naturaleza. Para no hablar de las crías o animales muy jóvenes que constituyen bocado de primera calidad y de los cuales no se puede saber hasta que sean mayores si serán o no los más veloces. ¡Sorprende que el famoso equilibrio ecológico o los no menos famosos depredadores no tengan en cuenta estos detalles a la hora de escoger sus víctimas!

Los verdaderos animales nacidos enfermos o muy débiles fallecerían igual en un bosque o en una selva, sin necesidad de servir de alimento a nadie. Simplemente fallecerían ante la imposibilidad de procurarse su propio sustento. Si imaginarnos a nuestra humanidad enfrentada a otra de proporciones mucho mayores y con una fortaleza muy superior, cuya alimentación básica fuésemos nosotros, veremos fácilmente la falsedad de lo afirmado con respecto a las gacelas. Si en esta humanidad en que vivimos, los que corriesen menos hubiesen sido devorados, tendríamos como máximos exponentes de nuestra cultura a los jugadores de fútbol y otros deportistas y casi no quedaría ni habría existido un solo artista o personalidad genial.

Y que no se diga que todo esto es demagógico, pues los que queremos y conocemos a los animales sabemos que los caracteres son distintos y que unos son más simpáticos, otros más alegres y otros más inteligentes y si bien no podemos pretender que nazcan artistas entre las gacelas, sí podemos asegurar que ser la más rápida no significa ser la más buena o inteligente y que también entre los animales existen otras características además de las puramente físicas.

Si continuamos imaginando esa especie superior a nosotros a la que servimos de alimento, no podemos por menos que entristecernos del espectáculo que ofrecen tigres y leones y mil otras especies. A mí, y creo sinceramente que a todo el mundo le ocurrirá lo mismo, me indignaría muchísimo servir de alimento a unos seres superiores y tener como único recurso la huída. La situación no es sólo peligrosa sino humillante.

A mí me agradan los tigres y leones, a diferencia de otras especies, como serpientes, arañas, etc., cuya desaparición de la tierra al margen de los posibles beneficios de su existencia que ignoro y no me importan demasiado me dejaría indiferente. Los leones y tigres y otros animales sanguinarios me agradan, pero no lo suficiente como para garantizarles la existencia a costa de otros animales que nada pueden hacer para oponérseles. Las prostitutas acostumbran a ser mujeres bellas, pero no por ello deben tolerarse. Si leones, tigres y demás especies no están dispuestas a alimentarse sin recurrir a otros animales indefensos o por lo menos a buscar su alimentación cárnea entre especies tanto o más fuertes que ellos, entonces su desaparición no me preocuparía demasiado. Yo admiro y amo a la naturaleza en forma profunda, pero no soy de los que se preocupan en mantener vivas en el mundo 36.418 distintas especies por el hecho de que existen. Me agradan los árboles y las flores, pero si alguno de éstos o alguna de aquéllas fuesen perjudiciales para animales o personas, su desaparición no me causaría ningún dolor.

El lograr una humanidad y una naturaleza perfecta, de la cual desaparezca el afán de sangre y asesinatos, será difícil, pero yo aquí no pretendo hallar una solución al problema sino simplemente exponerlo. El camino a recorrer puede ser difícil, ¡imposible! en la superficie de la tierra cabría intentar algo pero en las profundidades del mar la imposibilidad es manifiesta , pero no podemos negarnos a reconocer una serie de injusticias en la naturaleza que deben ser corregidas si ello es posible.

Naturalmente, hoy por hoy sigue siendo el hombre el animal que para su alimentación comete un mayor número de muertes sanguinarias entre animales incapaces de defenderse y que ni siquiera tienen la posibilidad de huir o de salvarse, aunque sea en parte. Nacen con el destino fijado de su muerte y por ello es casi absurdo pretender librar a las gacelas de sus sanguinarios enemigos mientras las ovejas no se puedan ver libres de los hombres. Pero el problema esta ahí, existe y no podemos soslayarlo con la demagógica afirmación de que es ley de vida o inexorable principio de la naturaleza.

Todo esto parecerá a muchos una sarta de estupideces inconcebibles. Quiero dejar claro que no estoy pretendiendo que la Humanidad se preocupe de este problema abandonando otros. Lo que sí considero indispensable es que en aquellos casos en que sea factible, se tenga en cuenta el problema. No quiero, tampoco, limitarlo todo a gamos, ciervos y gacelas los animales que más me gustan y leones y tigres. Sé que hay infinidad de otros animales cuyos problemas son distintos. Lo que debe hacerse es estudiar cada caso y procurar encontrar una solución. Posiblemente algunos animales repugnantes o sanguinarios sean beneficiosos para el mundo por su labor destructora de insectos o algo similar. En ese caso no deben eliminarse ni tender a su progresiva desaparición, pero en muchos casos nadie notaría su desaparición y en otros, lo que esos animales hagan en beneficio de la naturaleza puede ser inferior a su perjuicio, traducido en sufrimientos de otros animales, en cuyo caso el hombre debería procurar, con sus siempre inagotables recursos, sustituir a ese animal y compensar su función en beneficio de la naturaleza por otros medios.

También hemos de aceptar que dentro de los animales hay unas escalas perfectamente claras que no permiten considerarlos a todos por igual. Vale aquí lo que menciono luego en el capítulo del vegetarianismo en el sentido de que deben haber animales que merezcan más nuestro aprecio, por ser más bellos, más inteligentes o simplemente más simpáticos y para encontrar una solución al problema que aquí tratamos debe empezarse por los inferiores para respetar a los que se hallan en la cima de la escala de valores.

Sé que este capítulo será el más difícil de la presente obra, y lo sé porque también a mí me ha sido el más difícil de descubrir y aceptar como lo expongo. Los argumentos que pueden aducir mis opositores son infinitos, pero también pueden ser infinitas mis razones. Quiero pues limitar este problema o sintetizarlo en muy pocas palabras. Yo preguntaría a los que me lean si ellos, de poderse hallar ante la posibilidad de una nueva creación del mundo, no lo preferirían sin animales sanguinarios y pedirían a Dios que no crease tales animales. El que hubiese preferido un mundo sin animales sanguinarios, tarde o temprano comprenderá, aceptará y defenderá las ideas aquí contenidas.

Dios ha creado un mundo a la vez bello y horrible, encontrarnos en él animales sanguinarios, enfermedades, catástrofes de la naturaleza, corrupción física y moral. El hombre debe luchar contra todo esto, por todos los medios y no puede ignorar aunque de momento sea simple teoría el grave problema aquí planteado.. No es admisible que ese mismo hombre que ha exterminado a cientos de tigres que hacían peligrar aldeas o ciudades, no quiera combatirlos cuando la víctima es un ser sin ninguna posibilidad de hacer frente a dicho animal. Los tigres no son ciertamente culpables de su naturaleza. Su alimentación es la carne y para ellos es buena la del hombre o la de la gacela. Los hombres combaten al tigre cuando les perjudica directamente a ellos, pero pensemos que la misión del hombre ha de ir más allá, protegiendo a todos los seres vivos de la tierra sin ningún interés egoísta.

Si preguntamos a cualquier persona cuál sería su comportamiento si viese, teniendo un fusil, a un tigre a punto de saltar sobre un hombre, la mayoría nos responderán que dispararían sobre el tigre. ¿Por qué? Según la tan cacareada ley de la naturaleza es lógico que el tigre se alimente a base de hombres. Nadie ha dicho o por lo menos la naturaleza no lo ha dicho que la carne preferida del tigre tenga que ser la de un animal. Antes al contrario, dado que el hombre corre menos que un gamo, un mono o una gacela, lo lógico es que el tigre o cualquier otro animal similar coma hombres. Y sin embargo a nadie se le ocurrirá, ni por un momento, permitir que el tigre se alimente con la carne de aquel hombre que distraído o desarmado es fácil presa de un tigre. Claro que se me responderá que se trata de un hombre, pero sin embargo, y los amantes de los animales tienen que comprenderme, aunque reconozcamos sin lugar a dudas que un ser humano es antes que un animal pese a que algunos seres humanos podrían situarse después sin problema alguno , una vez no tenemos planteado el problema con el ser humano, es lógico que también disparásemos si viésemos a un animal próximo a morir entre los dientes de un animal sanguinario. Un animal no es ciertamente un ser humano, pero posee cierta humanidad y nos merece el suficiente aprecio como para salvarle la vida si está en nuestras manos hacerlo. Por lo menos ésta es la forma de pensar y actuar de toda persona que, como yo consideramos al hombre superior al animal pero entre éste y aquél no vemos una enorme distancia sino en ocasiones cuestiones de matiz. Pues la nobleza, sinceridad, fidelidad, orgullo... de los animales son en ocasiones superiores a los de los hombres.

Puedo asegurar además que todos los amantes de los animales reaccionarían disparando, aunque en teoría pretendan otra cosa. Si en la práctica mantuviesen su actitud pasiva, sería claro signo de que no aman a los animales. No creo que nadie pueda asistir impasible al espectáculo triste y sanguinario de una cría de gacela despedazada entre los dientes de un "depredador". Y en la práctica nadie se resiste. Veamos pues sino por ejemplo las reiteradas muestras que nos dan personas como Cousteau en las series de películas que se han ofrecido de sus expediciones en las cuales, y pese a ser científicos experimentados acostumbrados a estos dramas de la naturaleza, no se resisten, por ejemplo, a contemplar impasibles la muerte de todas las tortugas que nacen de día y que son presa fácil de aves que esperan su banquete impasibles sin dar una posibilidad de sobrevivir a la víctima, salvando a unas pocas lo cual no modificará esta injusticia de la naturaleza, pero descargará la conciencia de los que contemplan este profundo drama de la vida. Igualmente al salvar a una ballena ya medio muerta por los picotazos de aves distintas actúan contra la naturaleza, pero actúan como hombres, dotados de una sensibilidad mayor a la de los animales y de la virtud por excelencia: la piedad.

El instinto del hombre es salvar al inocente que está indefenso en manos de un enemigo superior contra el que nada puede hacer. Sea hombre o animal el hombre blanco no puede aceptar el espectáculo triste de tantas muertes sin intentar remediarlo si está en su mano. El que se nos diga que nosotros no lograríamos nunca nuestro objetivo y que una reorganización del mundo sin desequilibrios seria imposible, no modifica el hecho. Repito que esto es absolutamente secundario. Si no podemos solucionarlo cuanto menos debemos intentarlo, sino en términos absolutos, en el ámbito de nuestra influencia, a nivel individual, de pueblo, ciudad, nación o continente. Lo que resulta absolutamente inaceptable es que constatando que nada podemos hacer nos crucemos de hombros y contemplemos impasibles dramas de la naturaleza filmados por presuntos amantes de los animales Walt Disney el que más ha hecho por los animales, jamás ofreció muertes entre ellos en sus películas que, buscando lo sensacionalista y escabroso lo ofrecen a millones de espectadores en todo el mundo. Esta forma de comportarse sólo podría aceptarse a los que, percatándose de que nada pueden hacer para evitar la muerte de sus semejantes, contemplen impasibles igualmente el fallecimiento de personas queridas, para todos los que se conmueven con la muerte de sus seres queridos, es lógicamente obligado que se conmuevan también por las muertes de animales, si es que, como dicen, son para ellos auténticamente seres queridos y no despiertan simplemente un interés meramente zoológico.

Puede ser considerado inmoral exterminar a los tigres (leones, pumas, serpientes, hienas, etc.) aunque sea por medios más humanos que los de la jungla o mediante la esterilización Ciertamente acabar con los tigres no es acción laudable y digna de alabanza. Ellos no son responsables de haber nacido así, pero debemos elegir entre uno u otros y la elección es fácil. Schopenhauer nos da los dos argumentos más importantes: "Este mundo es campo de matanza; donde todo animal de rapiña es tumba viva de OTROS MIL, y no sostiene su vida sino a expensas de una larga serie de martirios". Evitar el nacimiento de un tigre significa salvar la vida de un centenar de otros animales.

También a la hora de tomar la decisión oigamos otras palabras de Schopenhauer: "Si queréis en un abrir y cerrar de ojos saber si el placer puede más que la pena, o solamente si son iguales, comparad la impresión del animal que devora a otro con la impresión del que es devorado". Sin duda tampoco puede haber duda en la elección.

Por desgracia, el hombre no es Dios, no puede en muchas ocasiones sino hacer lo menos malo ante la imposibilidad de hacer lo más bueno y ya que no podemos conseguir un mundo de felicidad infinita donde los tigres y los gamos convivan pacíficamente y los hombres y las ovejas también, hemos de seguir un camino lento, muy lento, que conduce si no a la perfección en sí, cuanto menos al mejor mundo de los posibles. Procurando que cada vez más este mundo se aparte de aquel objetivo para el que fue creado: Un purgatorio para la redención de un pecado.

Aquel que ama a los animales sólo a esta persona va dedicado este trabajo no puede permanecer impasible ante este problema. No puede irse a dormir tranquilamente olvidándose de la impresión de terror del animal que nota en su cuerpo las heridas mortales que le quitan la vida, para servir de alimento a un ser que ha sido concebido por la naturaleza más fuerte que él. El hombre tiene también una misión en este terreno y pido a todos los que me lean que reflexionen muy detenidamente sobre este punto y sólo entonces podrán dar una opinión válida, opinión que, quizás, será contraria a la mía. Posiblemente esté yo en un error, pero cuanto menos yo habré cumplido con lo que considero un deber. Seguiré pensando en este problema, y al igual que contemplo un mundo podrido de odios y rencores, de egoísmo y aflicción y me desespero ante la imposibilidad de hacer algo positivo para convertirlo en algo mejor, así también, muy frecuentemente, aparecerán ante mí las imágenes de esos simpáticos animales, armónicos, estéticos, bellos y simpáticos, que llenan de vida y alegría los bosques o las praderas y que retozan con sus pequeñuelos, mientras son observados con ojo calculador por un animal sanguinario y que día a día deben pagar con su vida el tributo de haber nacido pacíficos y de no haberles sido concedido el deseo de sed de sangre. Ese sufrimiento, esa muerte horrible a manos de otros animales, estará presente en mi mente, turbará mi sueño y pido a Dios que el tiempo no me haga insensible a estos sufrimientos aunque, como en los demás grandes problemas del mundo, nada pueda hacer yo para evitarlos.

Tengo sin embargo el convencimiento, absoluto además de que la regeneración de la Humanidad que deseaba Wagner llegará algún día.

Antes tendrán que romperse moldes, costumbres e intereses, pero el día de la luz llegará y el sol brillará alegre para todos para todos los hombres y también para los pacíficos habitantes de la naturaleza que compartirán, con el injustamente llamado "rey de la creación”, una vida nueva, pura y alegre en plena convivencia y comunicación.



DEPORTES SANGUINARIOS



Uno de los aspectos que más contribuyen a la deseducación de los humanos y al incremento de sus instintos sanguinarios, haciendo que sienta por la sangre una irresistible atracción, es sin duda el de los deportes sanguinarios que constituyen una práctica muy común en nuestro mundo, incluso en aquellos países que gozan de leyes especiales para la protección de los animales.

Los principales deportes sanguinarios son: caza, pesca, tiro de pichón y corridas de toros.


LA CAZA


La caza se halla extendida en todos los países llamados civilizados. En algunos, como Inglaterra, constituye todo un ceremonial y se convierte en una actividad de carácter nacional en lo que a las clases elevadas se refiere, es decir, entre aquellas clases en las que su comportamiento no puede excusarse en virtud de haber tenido una educación deficiente o de haberse movido constantemente en malos ambientes.

La característica más acusada de la caza es la desproporción de fuerzas entre los cazadores y la víctima. En líneas generales, los animales que se acostumbran a cazar: conejos, zorros, codornices, ciervos, etc., no constituyen un peligro para el cazador.

Como en el caso de los animales sanguinarios, citado en el capítulo precedente, la víctima en el mejor de los casos sólo puede aspirar a huir, pero jamás a acabar con su perseguidor. Por si fuera poco, en muchas ocasiones ya no se trata de un hombre contra una bestia, sino de varios hombres contra ella. El hombre, con su inteligencia superior, podría vencer y más con la ayuda de las armas modernas-a animales muy superiores a él, pero se dedica preferentemente a aquéllos que no tienen ninguna posibilidad de oponérsele. Incluso en algunos casos en los que su integridad podría correr un cierto y relativo peligro, por ejemplo en la caza del jabalí, el moderno cazador se escuda en un grupo de personas, en la colaboración de los perros que son las únicas víctimas, heridos o muertos por el animal o, en el mejor de los casos, tiene la certeza de que si el animal llega a atacarle no persistirá en sus ataques hasta matarlo. El jabalí que atacado se defiende, desea librarse de su enemigo, pero no tiene la preconcebida intención que sí posee el cazador , de perseguirle y atacarle hasta causarle la muerte. La situación del cazador siempre es netamente más favorable que la del animal.

En un certamen dentro de una exposición celebrada en Barcelona, asistí a la proyección de una película sobre algunos lugares pintorescos de España. En esta película aparecían secuencias de algunos cazadores y en una de ellas, que preferiría no haber visto, se captaba la imagen de un conejo corriendo al que un cazador disparaba. Tocado el animal, quedaba en virtud del disparo paralizado en sus patas traseras y apoyado en las de delante, y arrastrando su cuerpo emprendía una carrera frenética en su afán por sobrevivir. En el mejor de los casos escaparía del cazador para tener una muerte cruel en algún lugar escondido simplemente para satisfacer los instintos sanguinarios de unos hombres que son los genuinos destructores de la naturaleza. El animal, en lugar de sentirse protegido por el hombre y acudir a él en momento de peligro huye frenéticamente cuando el aire le trae su olor. La verdaderamente genial película "Bambi" de Walt Disney, el gran productor cinematográfico que bien merecería el Premio Nobel de la Paz en lugar de Lutero, King, Kissinger o Willy Brandt, representaba magníficamente la imagen denigrante de la caza, cuando los ciervos huyen asustados ante la presencia del asesino de la naturaleza. El hombre es en esa película en sí un canto a la naturaleza y a los animales el único personaje maligno. Cuando los animales al ser perseguidos por una bestia sanguinaria, se refugien entre los hombre; el hombre habrá dejado de ser el purgatorio que actualmente representa.

Quien es capaz de contemplar una escena como la descrita anteriormente sin sentir una profunda lástima por el pobre animal es un ser indigno de llamarse humano.

Los cazadores disponen además de muchos métodos de caza, fusiles con telémetro, cotos reservados, estudios meticulosos sobre las costumbres de los animales, épocas de celo en las cuales es fácil cobrar buenas piezas, etc. Es decir el animal tiene como única posibilidad en el mejor de los casos la huída.

Otro gran inconveniente de la caza es que asusta a los animales del bosque que temen al hombre y se ocultan en cuanto aparece. La actividad del cazador hace desaparecer las especies de los bosques y, otro aspecto menos grave pero siempre molesto, llena la naturaleza de sonoras explosiones que turban la paz de los que vamos a la montaña a convivir con la naturaleza y no a asesinarla.

Nada puede compararse al sueño dorado de todo amante de la naturaleza que consiste en poder efectuar paseos por los bosques mientras somos observados por sus diversos habitantes, los cuales acabarán por acercarse para ver si pueden obtener de sus amigos los humanos alguna caricia o algún alimento. Si los cazadores no pueden apreciar esa belleza de la naturaleza es porque en lugar de corazón tienen el estómago y en lugar de alma una culebra. La falta de sensibilidad del cazador le constituye en representante de la idiotez humana y del materialismo.

Quizás el lenguaje utilizado para definir un cazador no sea excesivamente ético, pero quiero por lo menos expresar algunas de las opiniones que nos darían conejos y venados, si cobrasen el don del habla por unos momentos y pudiesen opinar sobre ese ser tan poco humano que es el cazador.

En principio, no puedo aceptar la caza como deporte ni actividad. Puede excusarse al que caza por necesidad, y aún en ese caso cabría estudiar el concepto "necesidad" y una vez aceptado discutir si la "necesidad" nos autoriza a matar. Pero desde luego no puede ser aceptada la práctica de la caza entre los que la practican por "placer", rara expresión para definir lo que nos impulsa a matar y que dice muy poco en favor del que la utiliza, pues el que se complace con el dolor y el sufrimiento de seres vivos, aunque sean animales, es muy probable que también en otras facetas de su vida muestre su insensibilidad hacia el sufrimiento ajeno, aunque sea de personas, de seres humanos, de los que puede, en buena lógica, haber recibido ofensas más frecuentes y enérgicas, que de los conejos y codornices que asesina por el simple hecho de que para él asesinar es, según sus propias palabras, "un placer".

Hay otras prácticas mucho más saludables y también más viriles que la caza, pero cuanto menos lo que deberíamos pedir al cazador es una “igualdad de oportunidades" con relación a la víctima. Cazar con arco y flecha, coger una liebre con las manos desnudas, o luchar contra un oso o un jabalí con un cuchillo o una lanza, merecería cuanto menos algo de respeto y podríamos hablar de un cierto equilibrio en la lucha y aunque el animal preferiría que le dejasen en paz, cuanto menos existiría la "legítima defensa", en esos casos los cazadores serían crueles, pero no cobardes. Pero la posibilidad de disparar con perdigones que en su dispersión cubren un área muy grande de espacio, siendo imposible errar el tiro a corta distancia o con armas de precisión, colocan al animal en el papel de víctima incapaz de eludir su fatal destino y condenada a huir siempre del que debería ser su protector y amigo: el hombre.

Después de las corridas de toros, es posiblemente la caza el deporte que ha despertado más polémica. Los que más han comprendido el drama que representa este deporte han sido los artistas, almas sensibles y que no pueden permanecer ajenas al sufrimiento ajeno. Incluyo pues seguidamente algunas bellas poesías que se han dedicado a combatir este salvaje deporte.

Citaré en primer lugar a mi maestro, Richard Wagner, quien en su primera y en su última obra, nos habla del tema. En la primera, en "Las Hadas", el protagonista Arindal se percata al ir a matar a una cierva que sus ojos están llenos de lágrimas, lo cual le hace desistir del disparo. Pero es en "Parsifal", obra cumbre de la música universal, donde nos expone el problema en toda su encantadora sencillez. Parsifal es el joven salvaje, criado en el bosque que nada sabe de moral, religión, ética... todo lo que él sabe es propio de sí mismo. No posee convencionalismos, sino que actúa espontáneamente. Admirado de los caballeros con brillantes armaduras y espadas doradas, sueña con ser uno de aquellos héroes. Vaga por el bosque y mata a los animales sin comprender el daño que causa. Cerca del templo de Monsalvat, donde los Caballeros del Santo Graal custodian el cáliz con el cual Cristo celebró la Ultima Cena, se hallan algunos de estos reunidos cuando de pronto un cisne cae abatido por una flecha:

GURNEMANZ

¿Qué ocurre?

EL CUARTO ESCUDERO

¡Allí!

EL TERCER ESCUDERO

¡Allí!

EL SEGUNDO ESCUDERO

¡Allí!

EL CUARTO ESCUDERO

¡Se ve un cisne!

EL TERCER ESCUDERO

¡Vuela herido!

TODOS LOS CABALLEROS Y ESCUDEROS

¡Maldito! ¡Maldito!

GURNEMANZ

¿Quién ha herido al cisne?

(El cisne, después de un penosísimo vuelo, cae al suelo, exánime. El segundo caballero le arranca la flecha que tiene clavada en el pecho)

LOS CABALLEROS Y ESCUDEROS

¡Ese fue! ¡Ese fue!

(enseñando el arco)

El arco lo prueba.

(mostrando las flechas)

Las flechas son iguales.

GURNEMANZ

(a Parsifal)

¿Has sido tu el que ha matado al cisne?

PARSIFAL

Ciertamente. Todo cuanto vuela yo cazo.

GURNEMANZ

¿Tu has hecho esto? ¿No te apena tu acción?

LOS CABALLEROS Y ESCUDEROS

Dale un buen castigo.

GURNEMANZ

Oh maldad grande.

¿Cómo pudiste dentro de la sagrada selva matar donde todo lo que te rodea es paz?

¿No son los animales mansos junto a ti?
¿No te saludan tiernamente?
¿No te habla desde las ramas el pájaro?
¿Qué te hizo el cisne?

Volaba buscando a su hembra, para ir los dos sobre el lago.

Fue nuestro amigo ¿qué es ahora para ti?

¿O no lo ves? Lo has herido, aquí helada está la sangre, tiene flojas las alas, sus blancas plumas están manchadas de rojo, sus ojos se cierran, ¿no ves su mirada?


(Parsifal ha escuchado a Gurnemanz con una emoción creciente, hasta que al llegar a este punto, rompe su arco y lanza lejos sus flechas)


Joven, ¿confiesas que tu culpa es grave?

¿Cómo has podido atreverte?

PARSIFAL

No sabía nada.

(Los escuderos recogen el cisne muerto, lo levantan solemnemente sobre una camilla hecha con ramas verdes y lo llevan hacia el lago).

Estos bellos versos en el primer acto del Parsifal, son un buen preludio del carácter de esta obra sublime, de esa "elevada canción de amor, canción de elevado amor" como la definiera Dietrich Eckart.

Otro magnífico verso, en este caso debido a un poeta español, lo tenernos en el titulado "Canción" de Antonio Mira de Mescua, poeta del siglo XVII y que dice:

Ufano, alegre, altivo, enamorado, rompiendo el aire el pardo jilguerillo,
se sentó en los pimpollos de una haya, y con su pico de marfil nevado
de su pechuelo blanco y amarillo la pluma concertó pajiza y baya;
y celoso se ensaya a discantar en alto contrapunto
sus celos y amor junto, y al ramillo, y al prado y a las flores libre y ufano cuenta sus amores.

Mas, ¡ay!, que en este estado
el cazador cruel de astucia armado, escondido le acecha
y al tierno corazón aguda flecha tira con mano esquiva
y envuelto en sangre en tierra lo derriba
¡Ay, vida mal lograda!
¡Retrato de mi suerte desdichada!


Otro poeta español, ya más conocido, dedica también bellos versos a combatir la caza. Francisco de Quevedo, alma sensible, escribe el siguiente soneto:

Primero va seguida de los perros
vana tu edad, que de sus pies la fiera
deja que el corzo habite la ribera,
y los arroyos, la espadaña y berros.

Quieres en ti mostrar que los destierros
no son castigo ya de ley severa;
el ciervo, empero, sin tu envidia muera,
muera de viejo el oso por los cerros.

¿Qué afrenta has recibido del venado,
que le sigues con ansia de ofendido?
Perdona al monte el pueblo que ha criado.
El pelo de Acte6n, endurecido,
en su frente te advierte tu pecado;
oye, porque no brames, su bramido.



Otro poeta, en este caso alemán, que se ocupa del tema es Herzog Ulrich von Württemberg poeta del siglo XVI. Sus versos son los siguientes:

Sonó el cuerno plañidero:
cesó en mi toda alegría;
se cazaba por el bosque
la cierva ante el perro huía.

Jamás animal tan noble
por el monte encontraría;
iba saltando los riscos;
sin duda andaba perdida.

Huye cierva, por las breñas.
No he de aumentar tu agonía
ni herir tu pecho de nieve.
Que otros hombres te persigan
con sus gritos y sus perros,
que otros te quiten la vida.
Con pena de ti me aparto,
guárdate, cierva querida.



Y para terminar esta pequeña muestra de poesías en contra del bárbaro espectáculo y deporte de la caza, una del más romántico de los poetas románticos, Friedrich von Schiller, el poeta de la juventud, que expone magníficamente el problema en su poesía "Der Alpenjäger" (El Cazador Alpino):

¿Te gustaría apacentar ovejas?
Las ovejas son buenas y son dóciles,
pastan los dulces brotes de la yerba
triscando en torno de la fresca orilla.
“¡Permíteme ir de caza, madre, madre, quiero cazar en lo alto de los montes!".
¿Te gustaría dirigir el hato con el gozoso resonar del cuerno?

En el alegre coro de los bosques
cuán dulces las esquilas tilintean.

”Permíteme ir de caza, madre, madre, quiero cazar en lo alto de los montes!".

¿Querrías esperar a que las flores en los bancales tuyos florecieran?

Allí no pueden florecer jardines,
todo es salvaje en el desierto agreste.

“¡Deja a las flores, deja que florezcan, quiero irme a la cumbre de los montes!"

Y aquel muchacho se marchó de caza, y con un ciego atrevimiento iba aventurándose incansablemente por lo más tenebroso de los montes; ante sus ojos, semejante al viento, huía temblorosa la gacela.

Con ágil paso trepa por la fría y desnuda osamenta de las peñas, alada cruza con seguro salto
los peligrosos tajos de las rocas, y atrevido el muchacho la persigue tensa ya la mortífera ballesta.

Ahora sobre las cumbres pedregosas, ella consigue la más alta peña, de donde la montaña baja a pico y el camino se pierde en lo profundo.

A sus plantas está el rocoso muro y ante ella el enemigo que se acerca.

Con el mudo lamento de sus ojos suplica al hombre que implacable llega, y en vano son sus ruegos porque el hombre suelta ya el arco que la muerte lanza.

De improviso un espíritu aparece sobre la roca, el Viejo de los Montes, (Bergesalte)y con manos de dios protege entonces al trémulo animal acongojado.

“¿Por qué hasta estos lugares el dios dice, muerte y angustia has de arrastrar contigo?

Bastante sitio tienes en el valle. ¿Por qué has de encarnizarte con los míos?



Estas poesías exponen magníficamente el profundo drama de la caza, aunque su contenido no pueda llegar a los cazadores, gente por lo general estúpida y cruel, cerrada a todo idealismo artístico y poético.

LA PESCA

Este deporte, con ser paralelo a la caza, tiene puntos fundamentales que lo hacen diferir de ésta. Si el cazador carece de riesgos en la práctica de su deporte cuanto menos tiene la posibilidad de tropezar y caerse cuando va persiguiendo a su pobre víctima. Al pescador no le queda siquiera esta posibilidad. Es el genuino deporte de la vagancia. Me ha ocurrido con frecuencia que al ir de excursión a algún lugar de alta o media montaña, me he encontrado con algún pescador que, inmóvil y sentado en el margen de un río, esperaba paciente, pacientísimo, la suerte. Mientras yo me adentraba por los senderos de montaña hacia mi objetivo, observaba la figura del pescador que permanecía en la misma posición. Después, al regreso, otra vez lo mismo. Inmóvil, lo perdía de vista. Aseguran que es un deporte muy relajante y desde luego debe serlo, pues el ejercicio físico es limitadísimo. Lo cierto es que creo que los que se dedican a la pesca podrían obtener la misma satisfacción y el mismo "relax" tendiéndose sobre un prado verde y contemplando las cimas de las altas montañas coronadas de nieve. Respecto a los que pescan en las playas supongo que más numerosos lograrían el mismo objetivo tendiéndose sobre la arena.

El pescador no da al pez la más mínima posibilidad de escaparse. Tanto el de caña como el buceador, tienen el cien por cien de posibilidades sobre la víctima. Especialmente el segundo podría advertir al animal y emprender entonces la persecución. No sería noble pero se concedería al menos al animal la posibilidad de luchar por su vida. Naturalmente hay tipos de pesca como la de arrastre que aunque con fines alimenticios supone el exterminio de miles de peces dejando algunas áreas sin población acuática ; con explosivo prohibida pero practicada y la efectuada con botellas de oxígeno, absolutamente inmoral.

Ni la caza ni la pesca se practican por razones de alimentación y consecuentemente no pueden encontrar justificación. Son deportes cuyo objetivo es acabar con el mayor número de vidas posibles, sin importar si el animal que logra escapar queda gravemente herido. Acabar poco a poco con los pobladores que la naturaleza guarda en sus profundidades.

Además los pescadores, en medio de su indolencia, no son capaces ni tan siquiera de ahorrar sufrimientos inútiles al pez quitándole rápidamente la vida una vez fuera del agua. No, lo dejan a un lado y contorsionándose y muriendo lentamente agoniza al lado de su asesino sin despertar en él la más mínima compasión. Algunas veces todavía vivo lo fríen sin preocuparse de sus sufrimientos. Igual fin corresponde a langostas y ostras que son más "sabrosas" vivas.

Difícil es justificar la caza por razones de alimentación, pero todavía lo es más el pescado, que en una buena parte especialmente mariscos es consumido puramente por gula, pues el alimento que contiene es mínimo.

Admitimos que, en líneas generales, los peces ofrecen menos compasión que los otros animales. Lógicamente su vida nos es más extraña. Sin embargo aquéllos que han podido hacer submarinismo y dar de comer a los peces en la mano, también saben que son animales a los que la naturaleza no ha puesto a nuestro alcance para que traidoramente, por medio de un anzuelo, de un engaño, vengan a parar a nuestro estómago.

sábado, 26 de julio de 2008

Teoria de la alianza Agro-Gubernamentamental



En el siguiente texto, describo lo que para mi seria una explicación al conflicto gobierno-campo, no estoy seguro de que sea posible,no se mucho de economia, pero esta es mi explicación:

Un dia estaba en la escuela y escuche la frase “los mismos de Microsoft hacen los virus,para luego venderte antivirus y obtener ganancias” y me vino a la cabeza la idea “¿y si este problema, fue arreglado para obtener una ganancia economica?”

Me planteo explicarla de la siguiente forma:

Vuelvan a hace 4 meses atrás, antes de todo el conflicto
Habia especulaciones ya que el dolar, estaba cayendo
Ya que Argentina y Estados Unidos, son los dos principales exportadores mundiales de Maiz BDT, una variedad hibrida
Argentina, era claramente mejor expotadora en los ultimos tiempos de este producto, por esto mismo el dolar comenzo a bajar
Para volver a subirlo, debia haber un corte de la producción argentina (hecho que hoy vivimos)
Ahora, ¿para que esto les serviria a los ruralistas? :
Simple; el campo cobra sus ventas en dolares, les combiene que el dólar este mas cotizado
Y el gobierno? Piensen esto, la mayoria de funcionarios,diputados,gobernadores y politicos, apuestan por el dólar , sus inversiones y acciones, por lo que, si tuvieran cierta cantidad de pesos y de dolares, les combiene que el dólar tenga buen precio
Voy a dar un ejemplo facil del asunto:
Si el dólar esta 1 a 1 , y tengo 5 pesos y 5 dolares, tendria 10 pesos en total
En cambio si fuera :
El dólar 3 a 1 , y tengo 5 pesos y 5 dolares, serian:
5 pesos + 15 pesos (de los 5 dolares) = 20 pesos

Osea, en este conflicto, todos podrian sacar ganancia de la situación,burlandose del pueblo

No es raro que en una presidencia que lleva 200 dias al poder, 100 sean de paro de ruralistas? No parece que estuviera arreglado??
A mi me parece que en todo este asunto, algun arreglo hay……


SIEG HEIL CAMARADAS!!


Camarada skull , mar del plata 25/07/2008

jueves, 24 de julio de 2008

CLASIFICACIONES DE LOS JUDIOS


PUBLICADO EN GRANDES ESPERANZAS WWW.SOMOSLASEMILLA.BLOGSPOT.COM
Los judíos, aquella anti-raza que desde hace miles de años a querido destruir a la raza aria y esclavizar a las demás, esa raza que envenena las mentes de nuestra gente por medio de la Tv-SION, de las revistas, libros basura y periódicos corruptos, esa raza de ratas malvadas y mentirosas, es la portadora de los genes de la muerte.

Para aquellos camaradas que creen que el judaísmo es una religión y raza unificada, les presento este artículo sobre las subdivisiones de la religión judía.

Primero mostremos las divisiones étnicas:

Azhkenazis; estos son los judíos que se dispersaron por países germánicos como Alemania, Austria, Holanda, Suecia y por supuesto, Estados Unidos y Canadá. También son judíos azhkenazis los rusos y eurorientales. Cabe destacar que entre estos abundan los seguidores de la fundamentalista secta Chassidic, para desgracia de los eslavos. Son los más famosos y reconocidos. Tienen pieles muy blancas, pero sus fenotipos mantienen los rasgos faciales semíticos y el cabello y ojos oscuros de los pueblos medioorientales. Hablan un dialecto llamado Yídish, mezcla del hebreo y el germano.



Sefardíes; estos son los judíos que se dispersaron por los países latinos, tales como Italia, España, Portugal, y por supuesto, Latinoamérica. De hecho, seferdita proviene de España en hebreo, que es Sefarad. Además, por persecuciones naturalmente sufridas, los judíos sefardíes se dispersaron por países del Norte de África, principalmente Marruecos. Hay una gran comunidad en Turquía -el país islámico con mayor cantidad de judíos,a propósito, Turquía es el único país islámico miembro de la OTAN y el único país islámico que es aliado de Israel-. Los sefardíes hablan un idioma llamado Ladino mezcla de hebreo y latín. Se ha usado el término para referirce a todos los judíos orientales, pero estos -en particular los de China, India y África-, tienen nomenclaturas propias. Solía haber un amplio número de judíos en el mundo islámico antes de la creación de Israel. En Yemen los tenían casi como esclavos y hasta muy recientemente se les permitió emigrar. En Irak había otra importante comunidad judía, erradicada tras la llegada de Saddam Hussein al poder. Las comunidades de judíos yemeníes e iraquíes tenían unos 2500 años. En Irán solían haber cuatro religiones oficiales, el islamismo, el zoroastrismo, el cristianismo y el judaísmo. Muchos de estos judíos del mundo cristiano se convirtieron al cristianismo de forma falsa y subterfugiada. Lo que se llamó criptojudaísmo. Es decir, judíos conversos que seguían practicando el judaísmo a escondidas. Fueron llamados Marranos en España. Fueron criptojudíos marranos los famosos genocidas Cristóbal Colón y Torquemada -aunque este último quizás si era cristiano de corazón-. También es criptojudío el fundador de la secta católica de corte masónico y cabalístico del Opus Dei, Josemaría Escrivá de Balaguer.



Falashas: estos son judíos ennegrecidos que habitan Etiopía. También llamados Bene Israel. Están ampliamente mezclados con los negros, pero los judíos los consideran tan hermanos como a los azkenazis. Fueron "rescatados" por Israel y repatriados en su mayor parte a Sión.




Lembas: son tribus judías africanas que habitan lo profundo del África ecuatorial y llegan a Sudáfrica. Estudios sanguíneos muestran que los judíos lemba -a pesar de ser tan negros como los zulúes ó bantúes-, tienen el llamado gen cohen, presente en los azhkenazis y sefardíes.




Beta Israel: estos son los judíos de la India. Que según ciertos estudiosos como Miguel Serrano, se dividen en los negros y blancos. Los negros llegaron a India en épocas salomónicas muy remotas. Los blancos son de más reciente proceder. De hecho, parece que se llevan mal. Según Miguel Serrano, los judíos indios se convirtieron en una especie de quinta casta en la sociedad hindú. Fueron los judíos beta israelíes los que incentivaron la guerra entre hindúes y musulmanes, y se infiltraron entre los sikhs, incluyendo a los asesinos de Indira Gandhi. Estos, al igual que los occidentales, se convirtieron falsamente al hinduismo. Muchos critican a los emigrantes hindúes de oocidente por ser tremendamente usureros, pero muchos de ellos son en realidad beta israelíes ó lo son parcialmente. También se infiltraron en el zoroastrismo. El zoroastrismo es una religión ariosófica, originaria de Persia. Mantiene muchos de los elementos propios de todas las religiones indoeuropeas. Fue fundada por el sabio Zarathustra (Zoroastro en griego), y se convirtió en religión oficial del Imperio Persa. Era una religión típica del ario. Exclusiva del persa, llena de honorabilidad, valores y una metafísica complicadísima. Lastimosamente, cuando Persia cayó en manos de los musulmanes, los persas se convirtieron al islamismo de forma masiva. Así, este pueblo persa se transformó en seguidor de un credo pseudojudío, filosemítico como el Islam, provocándole la decadencia antiarianista que provocó otro pseudojudaísmo como la cristiandad en Europa. Actualmente sólo quedan 10.000 zoroastrianos en Irán, la mayoría emigraron a India, donde hay unos 150.000 llamados parsis. Lamentablemente, los parsis modernos estan sionizados. Tomen en consideración que el director de la Orquesta Sinfónica de Israel es Parsi. Y que el sodomita drogadicto de Freddy Mércury era iraní zoroastriano.



Tiu-Kiu-Koui: estos son los judíos de China, Indochina y Japón. Su nombre deriva del chino y significa "Extractores de tendón", por sus sacrificios sangrientos. Marco Polo los meciona en sus crónicas. Son judíos tiu-kiu-kiou, los grandes líderes de la revolución comunista en China, desde Mao Tsé Tung hasta los actuales. También Ho Chi Minh en Vietnam y el asesino Pol Pot de Camboya. Los tiu-kiu-kiou llegaron a Japón y son responsables de las atrocidades japonesas como las "mujeres de confort" usadas por el ejército japonés como esclavas sexuales.



Mandeo-Sabeos: Aunque estos no son judíos merecen mención. El Islam reconoce sólo tres religiones como monoteístas e inspiradas por Dios, que puedens ser admitidas, aparte del islamismo. Estas son el judaísmo, el cristianismo y el sabeísmo. ¿Que es sabeísmo? Hay dos tipos; la religión nacional de la antigua Saba (hoy Yemen), que es poco probable sea la mencionada en el Corán, pués era politísta e idólatra. El otro sabeísmo, es una secta llamada mandeísmo, dispersada por Irak, que se mezcló parcialmente con elementos sabeos -de Saba-, que vivían en Mesopotamia. El mandeísmo, religión judía probablemente fundada por alguien llamado Manda, considera a Moisés un traidor. Admite a Juan el Bautista como uno de sus profetas más importantes. Pero asegura que Jesús es un traidor, que fué crucificado como castigo por Dios. Y compara a Mahoma con un demonio. El mandeísmo es tremendamente gnóstico. Se fundamenta en ideas gnoseológicas judeopersas. Utiliza mucho los ríos para su ritualismo, y suelen reunirce los domingos cerca de ríos ha realizar un bautismo análoga al de Juan. Aunque sólo hay 50.000 mandeos en el mundo actual, la mayoría en Irak, Irpan -y Estados Unidos, como siempre-, merecen mención por mostrar una religión arcaica, misteriosa y engimática.




En cuanto a sus diferencias religiosas:

Están los judíos ultraortodoxos y ortodoxos, estos son fundamentalistas que consideran al judío el pueblo elegido de Dios al punto de desear la erradicación de todos los gentiles. Su profundo odio y rencor por los no judíos los lleva a ser terroristas sangrientos y fundamentalistas. Son ultraortodoxos Ariel Sharon y demás asesinos del Likud. Los de grupos terroristas como el Nuevo Orden Judío. Y otros muchos monstruos de lesa humanidad.

Los judíos seculares, reformistas, liberales y humanistas son judíos de ideas "progresistas", veamos algunas diferencias entre los reformistas y los ortodoxos:


Para los ortodoxos la homosexualidad es el pecado y la abominación más grande, que debe ser castigada con la muerte. Para los reformistas es tan aceptable la homosexualidad que tienen sinagogas y rabinos gays. Para los ortodoxos, la mujer es una esclava al servicio sometido de su marido. Para los reformistas, la mujer es igual al hombre. El judaísmo establece que se nesecitan mínimo 10 judíos para realizar un rito. Los ortodoxos creen que debens er 10 hombres, para los reformistas pueden ser hombres ó mujeres.


También es justo mencionar a los judíos mesiánicos. Estos son judíos que creen que Jesús es el Mesías, pero que lejos de fundar una nueva religión, sólo reformó el judaísmo. De manera que realizan todos los ritos judíos, fiestas, normas dietéticas, etc. Apoyan ferviertemente el Estado de Israel, aunque los Congresos Judíos Mundiales han declarado que el judío que acepte a Jesús como Mesías es apóstata, y que Israel no icluye a los mesiánicos en la ley de ciudadanía por regreso. También son judíos los cristianos bautistas de grupos como Jews for Jesus, es decir, Judíos para Jesús. Estos, al igual que los muchos cristianos fanáticos, apoyan ferviertemente a Israel. Es lo que se llama sionismo cristiano. Así podemos ver la influencia judía en prácticamente todas las religiones salvo las Nacionalsocialistas. Han pervertido todas las religiones ariosóficas indoeuropeas. Al paganismo europeo lo transformaron en el sodomismo ambisexual de la Wicca y ciertas ramas del Asatru. El hinduismo fué despedazado por el budismo -hibrisante-, y luego por el Islam y el cristianismo. El zoroastrismo de sionizó, al igual que el druidismo (no confundir con los wiccanos, los druidas modernos son separados, pero igual de judaizados). Su profundo odio por las culturas arias, no se bastó con impreganar nuestras culturas de religiones filosemíticas pseudojudaicas como el cristianismo y el islamismo. Además pervirtió a las religiones indoeuropeas. No hay verdadera diferencia entre judíos ortodoxos y reformistas. Desde el ateo Woody Allen al ultrafundamentalistas de Ariel Sharon, todos muestran los mismo arquetipos sexopáticos, geófagos y criminales.

miércoles, 23 de julio de 2008

LOS "MOISCHLANDERS" VS BIONDINI

OFENSIVA AKUM APOYA AL CAMARADA BIONDINI Y SU EXELENTE LABOR.

PUBLICADO EN http://www.radiojai.com.ar/

23/7/2008
ultraderecha en Argentina
Biondini alarma ahora desde un programa de radio
Alejandro Biondini, lider del PNT, de ideología nazi
El dirigente ultranacionalista y llamado el "führer" por sus seguidores, Alejandro Biondini, debutó en radio con un nuevo programa llamado "Alerta Nacional".
Por Adriana Meyer y Nora Veiras

No puede participar de las elecciones, pero tiene su programa de radio. El dirigente ultranacionalista Alejandro Biondini debutó en el aire de AM 1010, radio Onda Latina, y ayer condujo la segunda emisión de Alerta Nacional, “la voz patriótica y federal que hace falta”. El émulo vernáculo del régimen hitleriano se quejó de que su agrupación Partido Nuevo Triunfo (PNT) está “proscripta”, leyó durante una hora su guión y tuvo en vivo a Roberto Rimoldi Fraga, folklorista de fervorosa prédica campestre.

“El primer derecho humano es el derecho a la vida”, es una de las primeras frases que el oyente podrá escuchar si los martes a las 18 sintoniza la Onda Latina. Aliado de carapintadas y llamado “el führer” por sus seguidores, Biondini explica que está a favor de la libertad de expresión, que su programa “no es partidario, pero está al servicio de la causa nacional, sin sectarismos ni exclusiones”. Sigue el líder del PNT: “Quien esto habla –más bien lee– es un ciudadano que por pertenecer a un movimiento patriótico que no es agradable a los ojos del sistema dominante ha sido proscripto y perseguido en nuestro país”.

De hecho, cada vez que Biondini intentó convertirse en candidato la Justicia electoral bloqueó sus aspiraciones, incluso cuando intentó poner en la lista del PNT a sus parientes. Sin embargo, en ocasiones logró competir en alianzas, como la que armó en 2005 con el frente Acción Ciudadana y que llevaba como primer candidato a diputado al comisario retirado de la Policía Federal Jorge Colotto, quien fuera íntimo colaborador de uno de los organizadores de la Triple A, Alberto Villar. “No es cierto lo que dijo Alberto Fernández cuando, tratando de justificar el origen espurio del decreto 125 con el cual querían emprender una acción de carácter confiscatorio sobre el campo, expresó que había emanado de un gobierno surgido de elecciones libres y sin proscripciones. En este tema, como en tantos otros, este gobierno miente”, se queja Biondini. Y acto seguido menciona al represor Luis Patti como “preso político”, al decir que “hay un diputado que está preso”.

Una voz femenina y otra masculina presentan “Las claves de la semana”, que incluyen supuestas investigaciones de Christian Sanz: Alperovich y su esposa envían el dinero de Tucumán a Israel y a las Islas Cayman/ Ingleses construyen un gigantesco aeropuerto en la Patagonia argentina, con la complicidad de las autoridades nacionales y de la provincia de Río Negro/ Se comienza a deshacer el bloque kirchnerista en Diputados/ Alarmante: hay una violación cada dos horas en Argentina, nueve de cada diez ataques sexuales quedan impunes.

Al finalizar el “boletín”, Biondini opina: “Bueno, esta es la triste realidad bajo este desgobierno que tenemos”. A continuación difunde las actividades de la Casa Patria, entre ellas la proyección del documental Che Guevara, anatomía de un mito, que cuenta con “reportajes a quienes compartieron las acciones terroristas con él y que sirve para dilucidar si fue quien nos quieren hacer creer o un asesino”.

Luego de unos auspicios y un separador, correcto aunque con una cortina de estilo militar, Biondini presenta a su invitado, Rimoldi Fraga. El folklorista lo felicita por seguir “bajando la línea nacional, que es lo que necesita nuestra población y nuestra juventud, la búsqueda de nuestra identidad, lo que tiene que ver con la falta de códigos. Y como nos quieren seguir mareando con influencias foráneas esto es un aire fresco”. Rimoldi Fraga no se priva de elogiar también al vicepresidente Julio Cobos, “que dignificó un cargo casi siempre decorativo”, y difunde su espectáculo en un teatro de la avenida Corrientes. Norma lee un mensaje del Partido Nacional Demócrata de Alemania y Biondini se despide con “un abrazo a todos los compatriotas”.

Fuente: Página 12
VIVA LA PATRIA CARAJO

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martes, 22 de julio de 2008

AGONÍA DEL SIGLO



El mundo no es sino confusión y tormento. El odio destroza sus entrañas. Mata, mancha y arrastra a
sus víctimas en el oleaje fangoso de su furor. Los hombres se buscan con maldad de chacales. Se les

oye rugir en la noche iluminada por los rayos.

Los pueblos se detestan.

Los individuos se detestan.

Ya no respetan nada, ni siquiera al vencido que yace en la tierra, ni a la mujer que implora, ni a Los
niños de ojos abiertos a los sueños.

Ha muerto el soñar.
Solo vive la bestia, la bestia salvaje que pisotea a los tímidos y a Los fuertes, a Los inocentes y a
los culpables.

Todo titubea, el armazón de los Estados, las leyes de las relaciones sociales, el respeto a la palabra.

Los hombres que antes, creaban la riqueza en un esfuerzo redoblado, se enfrentan ahora como fieras desencadenadas.

Mentir es sólo una forma más de ser hábil.

El honor ha perdido su sentido, el honor del juramento, el honor de servir, el honor de morir. Los
que permanecen fieles a estos viejos ritos hacen sonreír a los demás.

La virtud ha olvidado su dulce murmullo de manantial. Las sonrisas no son ya confesiones del amor
sino reticencias, estafas o rictus.

Se asfixian las almas. El denso aire está cargado de todas las abdicaciones del espíritu.

El olfato busca en vano un aura pura, el perfume de una flor, la frescura de una brisa impregnada de
mar...

El mar de los corazones está hosco. No tiene velas blancas. No hay alas que canten sobre su lomo
Inmenso.

Los jardines del corazón han perdido su color. No tienen pájaros. ¿Qué pájaro, por acaso, podría
cantar en medio de la tormenta, mientras el hombre busca al otro hombre, para odiarle, para
corromper su pensar, para hollar con los pies la rosa?

Los dones han muerto, el don del pan para los cuerpos frágiles, el don del amor para las almas
que sufren.

¿Amar ? ¿Por qué ? ¿Para qué amar?

El hombre, encerrado en su concha, ha hecho de su egoísmo una barricada. Quiere gozar. La
felicidad, para él, se ha convertido en un fruto que devora ávidamente, sin recrearse en él, sin
repartirlo, sin dejarle, siquiera, ver a los demás.

¿Para qué aguardar al fruto maduro que tendría que repartirse entre todos? El amor, el mismo
amor, ya no se da a los demás; se huye con él entre los brazos, deprisa, deprisa.

Sin embargo la única felicidad era aquello: el don, el dar, el darse; era la única felicidad consciente,
completa, la única que embriagaba, como el perfume sazonado de Las frutas, de las flores, del
follaje otoñal.

La felicidad sólo existe en el don. Su desinterés de sabores de eternidad, vuelve a los labios del
alma con dulzura inmortal.

Dar: haber visto los ojos que brillan porque han sido comprendidos, alcanzados, colmados.

Dar: sentir esos anchos estremecimientos de dicha, que flotan como inquietas aguas sobre el
corazón, súbitamente serenado, empavesado de sol.

Dar: haber llegado a esas múltiples fibras secretas con las que se tejen, los misterios ardientes de
una sensibilidad, emocionada, como si la lluvia suave del verano hubiera refrescado los rosales que
trepan por los muros polvorientos y cálidos.

Dar: tener el gesto que alivia, que hace olvidar a la mano que es de carne, que derrama un deseo de
amar en el alma entreabierta.

Entonces, el corazón se torna tan leve como el polen de las flores, y se eleva como el canto del
ruiseñor, con su misma voz ardiente, que alienta nuestra penumbra. Desbordamos la felicidad
porque hemos derramado la capacidad de ser dichosos, la felicidad que no habíamos recibido para
que fuera sólo nuestra, sino para derramarla, porque nos ahogaba, como la tierra que no puede
retener sus manantiales, los deja desbordar sobre las flores numerosas de las praderas, o por las
hendiduras de las rocas grises.

Pero hoy, Los manantiales no brotan ya. La tierra, egoísta, no quiere despojarse del tesoro que la
agobia. Retiene la felicidad y la ahoga.

Las rocas se secan y saltan en pedazos. Y Las flores, oprimidas en los corazones, sucumben.

Se ha cegado el impulso de los manantiales.

Las almas mueren, no solamente porque solo reciben odio, sino también porque se ha desnaturalizado su propio amor, cuya esencia era probar y darse.

Esta es la agonía de nuestro tiempo.

El siglo no se hunde por falta de elementos materiales.

Jamás fue el universo tan rico, ni estuvo tan colmado de comodidades, gracias a una enorme y fecunda industrialización.

Jamás hubo tanto oro.

Pero el oro está escondido en los cofres blindados, más seguro que en las más profundas cavernas.

Los bienes materiales, monopolizados, sirven para matar a los hombres y no para socorrerles. Son una razón más para odiar.

Han convertido en garras, las manos que los tocan, y en jaguares Los cuerpos humanos que los
utilizan.

Sin amor, sin fe, el mundo se está asesinando a sí mismo.

El siglo ha querido, ciego de orgullo, ser tan sólo el siglo de los hombres.

Este orgullo insensato le ha perdido.

Ha creído que sus máquinas, sus «stocks». Sus lingotes de oro, le podrían dar la felicidad. Y sólo le
han dado alegrías, pero no la alegría, no esa alegría que es como el sol que nunca se apaga en los
paisajes que antes, ha llenado de ardiente esplendor. Las tristes alegrías de la posesión se han
endurecido como púas y han herido a los que, creyéndolas flores, las acercaban a su rostro.

El corazón de los vencedores del siglo, vencedores de un día, está lleno de melancolía, de acritud,
de una horrible pasión de apoderarse de todo, enseguida, de una cólera brutal, que se eriza frente a
todos los obstáculos.

Millones y millones de hombres se han batido y se han odiado. Un huracán les arrastra, cada vez
más desencadenado, a través de los aires encendidos. La lengua seca, frías las manos, adivinan ya,
en medio de su delirio, el instante próximo en que su obra de locos será aniquilada. Desaparecerá, porque era contraria a las leyes del corazón y a las leyes de Dios.

El solo, Dios, daba al mundo su equilibrio, dominaba las pasiones, señalaba el sentido de los días
felices o desgraciados.

¿Para qué haber sido ambicioso, cuando el verdadero bien se ofrecía sin límites, generosamente, a
todos los corazones puros y sinceros?

E1 mundo ha renegado de esta alegría, sublime y orgullosa, como los chorros de una fuente.

Ha preferido hundirse en los pútridos mares del egoísmo, de la envidia y del odio.

Se asfixia en la ciénaga.

Se debate en medio de sus guerras, de sus crisis, en medio de los lazos resbaladizos de su egoísta
pasión.

Aunque se reúnan todas las conferencias del mundo y se agrupen los jefes de Estado y los
expertos, nada podrán cambiar. La enfermedad no está en el cuerpo. El cuerpo está enfermo
porque lo está el alma. Es el alma la que tiene que curarse y purificarse.

La verdaderamente grande y única revolución que está por hacerse es ésa: aun tan sólo las almas,
llamadas por el amor del hombre y alimentadas por el amor de Dios podrá devolver al mundo él
claro rostro y una mirada limpia a los ojos purificados por el agua serena de la entrega generosa.

No hay opción: o revolución espiritual, o fracaso del siglo.


León Degrelle

lunes, 21 de julio de 2008

Una ridícula y vergonzante Historia:



Estados Unidos y México durante la Segunda Guerra Mundial

El trato a japoneses, alemanes e italianos*

Joseph A. Stout 1

* Traducción del inglés de Susana Moreno Parada.

1 Oklahoma State University, Stillwater, Oklahoma

Durante la segunda guerra mundial, tanto Estados Unidos como México trataron de restringir las actividades de las personas de ascendencia japonesa, alemana e italiana. Ambos países discriminaron y emprendieron programas de reubicación que provocaron dificultades para esas personas. Ambos ignoraron el hecho de que algunas víctimas eran ciudadanos de Estados Unidos o México y obligaron a las personas relacionadas con el Eje a renunciar a su forma de vida para ser reubicadas en zonas donde pudieran ser observadas. En ambos casos, ciudadanos locales se aprovecharon de lo que perdieron todos estos grupos para aumentar sus propiedades y su r iqueza en general. Tanto en México como en Estados Unidos fueron los japoneses quienes sufrieron más, quizá por cuestiones raciales, aunque se discriminó también a alemanes e italianos. En muchos sentidos, el trato a los japoneses en los Estados Unidos fue más severo que en México. Los historiadores estadunidenses han abordado exhaustivamente la situación de los japoneses en este país durante la segunda guerra mundial, pero han escrito poco respecto a la suerte de alemanes e italianos. Los historiadores mexicanos rara vez han abordado la manera en que México trató a las personas del Eje durante este periodo. En este trabajo se incluye un resumen de la discriminación estadunidense hacia las personas relacionadas con el Eje, así como un análisis detallado de la actitud de México hacia este sector de la población, que nos ofrece una nueva visión del trato mexicano hacia esos individuos.

Dossier



EL TRATO DE ESTADOS UNIDOS A LAS PERSONAS DEL EJE, 1941-1945



Desde su fundación, a finales del siglo XVIII, se supone que Estados Unidos recibía

cordialmente a los inmigrantes que perseguían el “sueño americano” de una vida mejor. A lo largo de la historia del país esto ha sido cierto, si los inmigrantes eran caucásicos y provenían de Europa occidental o del norte. No obstante, siempre ha existido un fuerte prejuicio contra personas procedentes de países no europeos o de Europa oriental. En 1882, el desdén por las diferentes razas provocó que el Congreso prohibiera a los chinos emigrar a Estados Unidos, y en 1908 el presidente Theodore Roosevelt negoció un “acuerdo de caballeros” con Japón para limitar la migración japonesa. A principios de 1921, el Congreso aprobó un proyecto de ley que restringía el número de inmigrantes a 3% de cada grupo nacional, de acuerdo con el censo de 1910. El presidente demócrata Woodrow Wilson se negó a firmar el proyecto de ley, pero los políticos nativistas2 lo reintrodujeron en 1924, y el presidente republicano Warren G. Harding lo convirtió en ley. Un proyecto más restrictivo, la Ley de Orígenes Nacionales, aprobado al mismo tiempo, reducía la migración, hasta 1927, a 2% de la representación de cada país en el censo de 1890. Después de esta fecha, la ley estableció que ingresaran a los Estados Unidos un máximo de 150,000 inmigrantes al año. La ley limitaba severamente a quienes provenían de Europa oriental y Rusia, pero excluía totalmente a los nacidos en China y Japón. Había una laguna jurídica que permitía el ingreso ilimitado de quienes nacieron en el hemisferio occide ntal. Por lo tanto, más de un millón de mexicanos ingresaron a los Estados Unidos entre 1900 y 1930.



La experiencia de los de japoneses en Estados Unidos durante la segunda guerra mundial se relacionaba con un esquema establecido de intolerancia y prejuicios raciales. El ataque japonés a Pearl Harbor, Hawai, a primeras horas de la mañana del 7 de diciembre de 1941 cobró aproximadamente 2,400 vidas, entre civiles y militares.



2 N. de la T. Así se calificaba a quienes practicaban la política de favorecer a los nacionales en los Estados

Unidos y no a los inmigrantes. v175


Los japoneses destruyeron la flota de acorazados y 150 aviones estadounidenses en el océano Pacífico. Fue un golpe que tomó a Estados Unidos por sorpresa. Inmediatamente después del ataque, los periodistas describían vívidamente las horrorosas escenas de guerra en donde los soldados y marinos defendían sus barcos y aviones. Esos propagandistas atacaron verbalmente a los japoneses, a quienes calificaban como despiadados y sin escrúpulos.



Casi al mismo tiempo, los soldados de ese país oriental lanzaron un ataque sobre las Filipinas. Pocos días después invadieron otras zonas ubicadas dentro de la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Suroriental.



En EU año 1940, un año antes de que esta nación entrara a la guerra, su gobierno había ordenado que todos los extranjeros se registraran siguiendo los lineamientos de la Ley de Registro de Extranjeros, por lo que todo aquel que no siguiera este procedimiento podría ser arrestado y acusado de violar las leyes migratorias. En octubre de 1941, el gobierno exigió a todos los extranjeros residentes con fortunas superiores a los 10,000 dólares, proporcionaran una lista de sus bienes a los funcionarios federales. Para Estados Unidos, el mundo no parecía un lugar amigable y, para proteger su seguridad, había tomado medidas aún antes del ataque a Pearl Harbor.



Pronto, los Estados Unidos se convirtieron en un lugar más hostil para los ciudadanos del Eje que se encontraban en él antes de que comenzara la guerra. Unas cuantas horas después del ataque a Pearl Harbor, los más de 110,000 japoneses y ciudadanos estadunidenses de origen japonés residentes en la costa oeste supieron cómo la guerra les cambiaría la vida.

Había 93,000 personas de ascendencia japonesa en California y aproximadamente 19,000 en el estado de Washington. En Estados Unidos, en total había casi 127,000 japoneses, cincuenta por ciento de los cuales vivía en zonas rurales realizando actividades agrícolas. De inmediato la Oficina Federal de Investigaciones violó los derechos civiles de los japoneses y arrestó a sus líderes sin ser debidamente procesados.

Algunos destacados ciudadanos desaparecieron por años, y sólo fueron puestos en libertad después de la guerra. Las autoridades locales impusieron toque de queda para los japoneses, mientras el gobierno de Estados Unidos reflexionaba sobre su siguiente acción. La propaganda contra los nipones avivó el resentimiento hacia ellos. Las autoridades locales y federales obligaron el cierre de bancos japoneses, confiscaron cuentas bancarias y se apropiaron de cámaras, armas, radios y otros artículos considerados contrabando peligroso.



El gobierno estadunidense aprobó oficialmente esta acción el 19 de febrero de 1942, cuando el presidente Franklin D. Roosevelt firmó la Orden Ejecutiva 9066, que autorizaba la reubicación de todas las personas de origen japonés de las zonas consideradas vulnerables de ataque o sabotaje por parte de Japón. Según esta orden, los japoneses debían ser retenidos por poco tiempo en áreas de detención, en tanto el gobierno construía campos de internamiento permanentes en varios lugares, principalmente en el interior del país. El gobierno estableció esos campos temporales de prisioneros en Utah, Arizona, Colorado, Wyoming, California, Idaho y Arkansas. Las autoridades federales ordenaron que los japoneses vendieran sus propiedades y se presentaran a un centro de control desde donde serían enviados a campos permanentes. Fue así como los

japoneses perdieron su forma de vida, sus propiedades, su dignidad y cualquier esperanza de recuperar lo perdido. Con frecuencia sus vecinos, celosos del éxito de los orientales, estaban impacientes por comprar sus bienes y sus propiedades por una pequeña fracción de su valor en el mercado. A menudo, a los japoneses no les quedaba otra alternativa que tomar lo que la gente les ofrecía. Una vez en los campos permanentes, los internos no podían abandonarlos y no tenían manera de ganarse la vida. Estos sitios eran, en esencia, campos de prisioneros.



Si bien la Orden Ejecutiva 9066 se aplicaba técnicamente tanto a japoneses como a italianos y alemanes, fueron estos últimos quienes menos sufrieron, aunque también se les recluyó y algunos incluso perdieron sus propiedades. El gobierno obligó a muchos a mudarse de las zonas costeras o de otros lugares considerados estratégicos.



Aproximadamente 25,000 alemanes, germano-estadunidenses y germano latinoamericanos fueron encarcelados en diversos momentos en varias docenas de campos de extranjeros enemigos emplazados por todo el territorio de los Estados Unidos. A mediados de la década de 1930, la organización germano-estadunidense pro nazi contaba con unos 10,000 miembros y el grupo había realizado reuniones y mítines apoyando al gobierno de Hitler. Para fines de esta década la Oficina Federal de Investigaciones, encabezada por J. Edgar Hoover, había recopilado listas de los alemanes e italianos considerados potencialmente peligrosos. Esta lista tenía 4,060 nombres, lo que proporcionaba un punto de partida para reunir y registrar a esos individuos. A fines de la segunda guerra mundial , el gobierno de Estados Unidos había arrestado y detenido en diversos campamentos a 10,905 de los 314,105 alemanes de la lista y 3,278 de los cerca de 600,000 italianos que vivían en Estados Unidos y a quienes el gobierno consideraba peligrosos. Entre los internos se encontraban algunos ciudadanos estadunidenses, ya sea por nacimiento o naturalización, pero la mayoría eran extranjeros residentes. El gobierno de Estados Unidos detuvo a muchas de esas personas durante la guerra y algunas no fueron liberadas sino hasta 1947.3



Las dolosas acciones de Estados Unidos hacia la población japonesa se basaron en la parcialidad de consideraciones raciales y no en derechos de ciudadanía. El gobierno de este país lo admitió finalmente cuando el 23 de junio de 1983, en Personal Justice Denied, el informe de la Comisión sobre Reubicación e Internamiento de Civiles en Época de Guerra, concluyó que la decisión de internar a los japoneses se basaba en prejuicios raciales, histeria de guerra y un fracaso en el liderazgo p olítico de Estados Unidos. El 2 de noviembre de 1989, el presidente George H. W. Bush firmó la Ley Pública 101-162, que estipulaba la reparación de los daños a los japoneses sobrevivientes al internamiento

durante la segunda guerra mundial a partir de octubre de 1990.4





3 Las fuentes sobre el internamiento de alemanes e italianos son pocas. Véanse, por ejemplo, Kenneth

P. O’Brien, Lynn H. Parsons (eds.), The Home Front War: World War II and American Society, Westport, Conn.,

Greenwood Press, 1995; Arnold Krammer, Undue Process: The Untold Story of America’s German Alien Internees,

New York, Rowman and Littlefield Publishers, Inc., 1997; Ben Morreale, Robert Carola, Italian Americans:

The Immigrant Experience, New York, Hugh Lauter Levin Associates, Inc., 2000.

4 Existen muchas fuentes para estudiar el internamiento de japoneses. Véase, por ejemplo, Lawson

Fusao (ed.), Only What We Could Carry: The Japanese American Internment Experience, Berkeley, Heyday Books,

2000. Véase también Roger Daniels, (ed.), Concentration Camps, North America: Japanese in the United States

and Canada During World War II, Malabar, Fla., Robert E. Krieger Publishing Co., 1981, y Daniels, American

Concentration Camps: A Documentary History of the Relocation and Incarceration of Japanese Americans, 1942-

1945, 9 vols., New York, Garland Publishing, 1989. Ad emás de muchas otras fuentes secundarias, existen

numerosos documentos gubernamentales que abordan con mayor detalle la experiencia japonesa que la alemana

o italiana.





MÉXICO Y SU TRATO A LAS PERSONAS DEL EJE, 1942-1945





La reacción que tuvo México ante los ciudadanos de las potencias del Eje fue un tanto distinta a la de Estados Unidos, pero también reubicó y acosó a la población japonesa, alemana e italiana en el país. Para México, la segunda guerra mundial comenzó justo antes de la medianoche del 13 de mayo de 1942, cuando el buque petrolero mexicano Potrero del llano navegaba por aguas del Golfo de México cerca de la costa de Florida. Un submarino alemán lo hundió junto con 37,358 barriles de crud o que transportaba y cobró las vidas de catorce marineros mercantes mexicanos. México protestó enérgicamente ante el gobierno alemán por este ataque. Los alemanes respondieron el 21 de mayo hundiendo a otro buque petrolero mexicano, el Faja de oro, en donde murieron otros siete marineros mexicanos. Como consecuencia de estos actos, algunos

mexicanos exigieron que se declarara la guerra contra Alemania, mientras que otros se opusieron. Furiosos estudiantes de la ciudad de México atacaron el club alemán, rompiendo ventanas y ocasionando otros daños.

El gobierno del presidente Miguel Ávila Camacho no perdió mucho tiempo, pues el 22 de

mayo de 1942 México le declaró la guerra a todas las naciones del Eje.5 Inclusoantes del hundimiento del primer petrolero, algunos mexicanos ya habían exigido el confinamiento de los alemanes, italianos y japoneses en México. Las autoridades mexicanas estuvieron de acuerdo y, una vez que comenzó la guerra, querían que los potenciales enemigos del país estuvieran concentrados en un lugar donde el gobierno pudiera vigilar sus actividades cotidianas.6



El presidente Lázaro Cárdenas nacionalizó la industria petrolera mexicana el 18 de marzo de 1938, por lo que México había enfrentado un problema diplomático y económico con las compañías petroleras y el gobierno de Estados Unidos. Antes de que México tomara parte en la guerra, las potencias del Eje



5 México, D. F., Excelsior, 15 de mayo de 1942. Véase también Stephen R. Niblo, War, Diplomacy, and

Development: The United States and Mexico, 1938-1954, Wilmington, Delaware, Scholarly Resources Books,

1995, pp. 77-78; Blanca Torres Ramírez, México en la segunda guerra mundial, periodo, 1940-1942, México,

D.F., El Colegio de México, 1979.

6 México, D.F., Excelsior, 17 de mayo de 1942.

Tenían una alianza comercial más estrecha con este país, mientras las compañías

petroleras estadunidenses buscaban dañarlo dejándole de comprar petróleo.



Los países del Eje compraban más crudo mexicano, lo que mantenía el flujo petrolero fuera del país.



Entre enero de 1938 y noviembre de 1941, Franklin D. Roosevelt, promoviendo su “política del buen vecino”, había obligado a las compañías petroleras a negociar de buena fe con México, respecto de sus inversiones en la industria petrolera mexicana. El esfuerzo de Roosevelt llevó a un acuerdo poco antes del ataque japonés a Pearl Harbor. Por lo tanto, las condiciones entre Estados Unidos y México antes de que comenzara la guerra

hicieron posible la cooperación entre ambos países.



Los presidentes mexicanos Lázaro Cárdenas (1934-1940) y Manuel Ávila Camacho (1940-1946), reconocieron que una vez que la Alemania nazi comenzó a rearmarse, México enfrentó otras amenazas a su seguridad nacional que las provocadas por los problemas con Estados Unidos. Las actividades de la Quinta Columna y el espionaje del Eje eran una amenaza para seguridad nacional mexicana.



(Vil calumnia inventada por los izquierdistas de hecho fueron ordenes de la embajada norteamericana según lo relata Salvador Abascal Infante en sus Memorias. Nota de UR)



En México vivían varios miles de alemanes, ya fuera por nacimiento o naturalización. Éstos fueron los mayores y más visibles activistas del Eje después de que Hitler asumiera el poder en 1933. Durante varios años ese gobierno buscó revivir el nacionalismo entre los alemanes residentes en América Latina, México incluido. Los nazis animaban a los alemanes a enviar a sus hijos a escuelas alemanas donde sólo pudieran asistir arios puros, y les sugerían afiliarse a asociaciones y clubes alemanes en la ciudad de México. Partidarios nazis fundaron una organización de la Juventud de Hitler en el Distrito Federal,

y distribuyeron propaganda por todo el país con el fin de convencer a los mexicanos de permanecer neutrales en el caso de una guerra entre Estados Unidos y Alemania.



Además, funcionarios alemanes habían recomendado a sus conacionales que vivían en México, que se volvieran ciudadanos mexicanos para proteger sus bienes y libertades civiles, al mismo tiempo, les aconsejaban que, como Alemania aceptaba la doble nacionalidad, siguieran siendo ciudadanos alemanes, rindiéndole tributo en primer lugar al Tercer Reich. A mediados y finales de la década de 1930, las actividades de espionaje alemanas, posiblemente encabezadas por el ministro alemán en México, el barón Rudt von Collenberg, fueron amplias y bien orquestadas. Algunos mexicanos especularon que él podría ser el jefe de la Gestapo en México.7

(Eso de que Mexicanos especularon, es un de las innumerables invenciones elaboradas por el izquierdista Vicente Lombardo Toledano, Jefe Sindicalista a sueldo del régimen Nota de UR)



La presencia japonesa en México antes de la guerra también era evidente.

La mayor concentración se encontraba en la costa oeste y en la península de Baja California, donde se dedicaban a la agricultura y la pesca. También vivían en Chiapas trabajando en los cafetales. Unos cuantos vivían en pequeñas comunidades de varios estados, eran médicos, farmaceutas y horticultores. Una vez iniciada la guerra, algunos mexicanos acusaron a parte de estas personas de ser agentes de la inteligencia japonesa o de que los pescadores eran realidad autoridades navales japonesas que cartografiaban la costa y realizaban sondeos para determinar la profundidad del agua.8



Individuos de origen italiano también vivían en muchas zonas de México.

Originalmente se asentaron cerca del puerto de Veracruz; luego lo hicieron en los estados de Puebla, Michoacán y, por último, en la frontera norte. En un principio trabajaron como empleados en minas y en labores agrícolas, pero como todos los grupos del Eje, pronto buscaron empleo en todas las entidades del país y en todos los ramos de la vida económica.9



Entre los grupos citados había individuos que tenían cuarenta o cincuenta años viviendo en México. Algunos se habían casado con ciudadanos de este país y, para la década de 1930, se habían naturalizado mexicanos. Otros optaron por no seguir el proceso de naturalización o, en algunos casos, los funcionarios locales de migración habían obstaculizado el trámite. Por ello, muchos individuos vinculados de alguna forma con el Eje, seguían siendo ciudadanos de su país de nacimiento.

7 Para información acerca del espionaje y otras actividades, véase Leslie B. Rout, Jr. y John F. Bratzel,

The Shadow War: German Espionage and United States Counter-Espionage in Latin America During World War II,

Frederick, MD, University Publications of America, 1986. Véase también María Emilia Paz, Strategy, Security,

and Spies: Mexico and the U. S. as Allies in World War II, University Park, The Pennsylvania State University

Press, 1977.

8 Para información sobre los japoneses en México, véase María Ota Mishima, Siete migraciones japonesas

en México, 1890-1978, México, D.F., El Colegio de México, 1982. Véase también Ota Mishima, Destino México,

un estudio de las migraciones asiáticas a México, siglos XIX y XX, México, D.F., El Colegio de México, 1997.

9 Para información general sobre las migraciones, véase Moisés González Navarro, Los extranjeros en México

y los mexicanos en el extranjero, 1821-1970, 3 tomos, México, D.F., El Colegio de México, 1994.



Era más común que alemanes e italianos se convirtieran en ciudadanos mexicanos que los japoneses. Sin embargo, la ciudadanía no los protegió de las restricciones que impuso el gobierno mexicano durante la guerra.



El 7 de diciembre de 1941, aunque no estaba en guerra con las naciones del Eje, México ya había suspendido relaciones diplomáticas con las tres, y había tomado varias decisiones para limitar los derechos civiles de las personas del Eje en el país.10 A fines de la década de 1940, al asumir la presidencia, Manuel Ávila Camacho sugirió a su secretario de Gobernación, Miguel Alemán, que México necesitaba identificar y vigilar las actividades de todos los individuos relacionados con el Eje dentro del país, fueran o no ciudadanos mexicanos.



Alemán respondió a la sugerencia de Ávila Camacho nombrando a José Lelo de Larrea----(en el nombre llevó la fama)---- Domínguez para que encabezara un departamento de investigaciones especiales dentro de Gobernación, el cual investigaría la naturaleza del

problema. De este modo, Lelo de Larrea se convirtió en director del Departamento de Investigaciones Políticas y Sociales (IPS), una oficina especial que había comenzado a evolucionar desde el periodo carrancista y se había convertido en una extensión del poder presidencial. La organización había buscado preservar el dominio político de los líderes de la revolución observando todo movimiento e individuo en el país que pudiera amenazar el poder y la prominencia del partido revolucionario. Para fines de la década de 1930, esta oficina funcionaba eficientemente y era muy influyente, aunque pocos mexicanos conocían de sus operaciones básicamente clandestinas. (Una especie de GPU autóctona)



Cuando México rompió relaciones diplomáticas con los países del Eje, inmediatamente cerró embajadas y consulados de éstos en territorio mexicano expulsando a sus empleados diplomáticos; retiró las representaciones diplomáticas mexicanas de los países del Eje, y se preparó para tomar acciones más firmes contra las personas de aquellas naciones. En diciembre de 1941, una vez que Estados Unidos y los países que conformaban el Eje estaban en guerra, México intensificó la vigilancia de antiguos funcionarios alemanes, italianos y japoneses en el país, extranjeros residentes de estas



10 Pierre de L. Boal, Encargado de Negocios Interino de Estados Unidos ante el Secretario de Estado

31 de mayo de 1940, México, D.F., “Confidential United States. State Department Central Files: Mexico

Internal Affairs”, 1940-1944, RG-59, rollo 18, parte 1, 812.00 N/H. Boal no era un observador imparcial, pero

sus comentarios son interesantes.



nacionalidades, residentes permanentes e incluso, ciudadanos mexicanos descendientes de estos países.

De inmediato México limitó las solicitudes de residencia y ciudadanía; asumió el poder para examinar las cajas de seguridad, las cuentas bancarias de los extranjeros y los lugares dónde podían ocultar dinero o documentos. Las autoridades mexicanas también declararon que, de acuerdo con el artículo 27 de la constitución, el país tenía derecho de tomar medidas adicionales para proteger la seguridad de México.



Algunos mexicanos reportaron actividades sospechosas de personas relacionadas con países del Eje, sugirieron además que estas personas representaban una amenaza para la seguridad de la industria petrolera, insistiendo en que las propiedades japonesas y alemanas debían ser confiscadas, y que el gobierno debía exigirle a todas las personas del Eje que trabajaran en la industria petrolera del país que portaran identificaciones. Además, debía exigírseles que se reportaran diariamente ante las autoridades de migración y obtuvieran permisos para viajar por el país. Otros mexicanos planteaban medidas más drásticas para restringir a los japoneses. Un individuo sugirió que los nipones de Jalisco tramaban algo sospechoso. Creía que uno de ellos, que afirmaba ser tan sólo un pobre cultivador de flores, en realidad era culto y educado, y probablemente tenía una misión secreta en México; expresó su temor de que los japoneses invadieran la costa oeste de México, por lo que recomendaba que aquellos instalados en esa zona (sin importar si eran ciudadanos o no) fueran reubicados al interior del país donde el gobierno pudiera vigilarlos constantemente. Más importante aún para este mexicano era el hecho de que esas personas fueran japonesas y sugirió que fueran colocados en un campo de concentración.11



Creía esto, en parte, porque Japón era el agresor en la guerra, pero también, tal vez,

por cuestiones de identidad étnica.



En enero de 1942, el gobierno mexicano actuó más convincentemente contra los japoneses, y reubicó a muchos de ellos en la ciudad de México o Guadalajara, donde los vigiló muy de cerca; los que vivían en Baja California, a lo largo de la costa oeste, y los que residían cerca de la frontera con Estados Unidos, fueron los más afectados. El gobierno japonés, que todavía no estaba en guerra con México, protestó por este trato a sus ciudadanos, pero las autoridades mexicanas le advirtieron que, en algunos casos, eran los mismos japoneses quienes habían buscado los problemas. Por ejemplo, se citaba el caso de Ernesto Naito (Saito), residente de Villa Acuña, Coahuila, que había sido enviado a la ciudad de México para alejarlo de la frontera estadunidense. Luego re gresó ilegalmente a Villa Acuña, donde las autoridades mexicanas lo encarcelaron.12



11 Este tipo de reportes puede encontrarse en muchos lugares. Véase, por ejemplo, Alfredo Arriola Molina

a Manuel Ávila Camacho, Veracruz, Ver., 9 de diciembre de 1941, 550/9 núm., 64275, Ramo Presidencial,

Manuel Ávila Camacho (RMAC), Archivo General de la Nación (AGN), México, D.F.



Muchos mexicanos (¿????) pidieron al gobierno que concentrara también a alemanes e italianos. Un trabajador petrolero de Veracruz dijo que los alemanes que trabajaban ahí eran tan peligrosos como los japoneses. Otro mexicano advirtió al gobierno que Carlos J. Siegler, descendiente de alemanes casado con una mexicana, realizaba actividades sospechosas (había hablado en alemán con un compañero de trabajo) y era un ejemplo obvio de la amenaza de sabotaje que existía sobre la refinería. Junto con los japoneses, debía ser internado en la ciudad de México. Finalmente, el gobierno también recibió información de un mexicano en San Luis Potosí en donde advertía a las autoridades sobre un italiano que portaba un radio de onda corta y una ametralladora al pasar cerca de aquella entidad. Probablemente cuestiones étnicas influyeron en la actitud de los mexicanos ante algunos individuos del Eje, pero también había razones económicas y personales. Desde Chiapas, donde los negocios de esos individuos habían sido particularmente exitosos, llegaban demandas de mexicanos para recluir a esas personas en campos de concentración.



Algunas acciones de México en contra de individuos del Eje, se debieron a la constante presión por parte de los Estados Unidos. Las autoridades al norte del río Bravo ya habían ubicado a los japoneses-americanos en campos de internamiento; constantemente suministraban información a México donde afirmaban que los japoneses y otros residentes del Eje constituían un riesgo para la seguridad de ambos países. Por ejemplo, en una ocasión autoridades de Estados Unidos advirtieron a México que un médico japonés de Ciudad Juárez,



12 José Ibarra Silva a Manuel Ávila Camacho, Minatitlán, Ver., 14 de diciembre de 1941, 550/9, núm.

65629, RMAC.





Tsunesaburo Hasegawa, había dicho públicamente que si estallaba la guerra entre Estados Unidos y Japón él organizaría a los japoneses del norte de México para apoyar a su país.13



Una vez que el gobierno trasladaba a las personas del Eje que supuestamente representaban un peligro, los reubicados tenían que registrarse ante las autoridades de Gobernación y solicitar permiso para cambiar de residencia o realizar cualquier trabajo.



En la práctica, el gobierno no permitió que los desplazados trabajaran y agentes del IPS vigilaban sus actividades casi todos los días. El gobierno actuó pocos días después de avisar a los japoneses de la costa oeste que debían reubicarse en el interior. En un principio, el gobierno mexicano comenzó la reubicación de aproximadamente 2,000 japoneses que vivían en Baja California reuniendo a aquellos que vivían cerca de Mexicali. La red de reubicación se extendió rápidamente. La mayoría de japo neses cooperó por completo. Para el 15 de enero de 1942, cerca de 370 adultos y 328 niños se habían registrado ante las autoridades locales como preparativo para su reubicación.



(De estos datos salio la fantasía de decir que Salvador Abascal Infante, entonces amo absoluto del Sinarquismo, quería fundar una base aérea para que los japoneses la usaran en su guerra contra EU, tontería que hoy repite el Laborista Lyndon Larouche. Curiosamente este rumor fue difundido ampliamente por la masonería local Nota de UR)



El gobierno le dijo a todos los japoneses que seguirían siendo dueños de sus propiedades, pero que durante la guerra debían ceder la administración a ciudadanos mexicanos. Algunos japoneses que ya habían abandonado la región y se habían reportado ante Gobernación en la ciudad de México, remataron sus propiedades por temor a perderlas sin recibir nada a cambio. Otros tantos trataron de proteger sus propiedades y a sí mismos contratando abogados mexicanos para solicitar al gobierno que los dejara permanecer donde residían. Por medio de estos abogados, los japoneses declararon que habían tratado de adquirir la ciudadanía mexicana sin lograrlo (debido principalmente a cuestiones burocráticas), no obstante que muchos de ellos contaban con una residencia en el país de entre 15 y 30 años. Los japoneses insistieron en que eran leales sólo a México. Las autoridades del gobierno mexicano fueron indiferentes ante

esos argumentos.14



13 México, D.F., El Nacional, 2 de enero de 1942.

14 México, D.F., El Nacional, 6 de enero de 1942; Excelsior, 27 de mayo de 1942. Véase también Secretario

de Relaciones Exteriores (SRE) a Secretario de Gobernación (SEGOB), México, D.F., 8 de enero de 1942,

111-2436-10, núm. 57465, Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D. F. En lo

sucesivo, AHSRE.



Durante el programa de reubicación, algunos japoneses sufrieron un trato humillante de manos de funcionarios locales mexicanos. En Chihuahua, Tomás

Valles, tesorero general del estado, arrestó a 57 japoneses que vivían en Ciudad Juárez o sus alrededores. En lugar de enviarlos a la ciudad de México de acuerdo con las instrucciones de Gobernación, los mandó a trabajar a su rancho cerca de Villa Aldama. Obligó a los japoneses a trabajar en una cantera y en otras tareas; a vivir en condiciones terribles, en tiendas de campaña a la intemperie donde sufrieron por el calor y el frío, y casi no les pagó nada. A la larga, un comité de ayuda mutua japonesa se enteró de este abuso, protestó ante Gobernación y funcionarios del gobierno federal ordenaron a sus similares estatales que enviaran a esos desafortunados a la ciudad de México.15



Los japoneses que ya vivían en el interior del país también sufrieron mucho antes de la reubicación y como consecuencia del programa de concentración.



En un caso, antes de que la reubicación llegara a su estado, los japoneses residentes en Tapachula, Chiapas, se quejaron con el presidente Ávila Camacho porque el capitán Salvador Yánez, funcionario del destacamento local del ejército, se había acercado a un japonés llamado Quiyono y le había agitado una pistola en la cara. El capitán la pidió al hombre 500 pesos, se llevó su reloj y le dijo que si se negaba a darle el dinero lo arrestaría por ser espía.



Un juez local se negó a escuchar el caso cuando el japonés se quejó oficialmente, sugiriendo que no había pruebas suficientes de que hubiera sucedido tal cosa, a pesar del testimonio de cuatro personas. Los japoneses de la comunidad no firmaron individualmente una carta de protesta enviada al juez, por temor a represalias.


16 En otro caso, Enrique F. Kohashi, un ciudadano mexicano naturalizado, se negó a trasladarse a la ciudad de México. Se enfrentó a funcionarios estatales en Coatzacoalcos, Veracruz, y de inmediato fue arrestado. El general Antonio Gómez Velasco lo interrogó, pero Kohashi se negó a responder, después lo arrestó junto con su hijo.

15 Comité de ayuda mutua japonesa a Secretaría de Gobernación, México, D.F., 2 de junio de 1942, Gobernación,

Departamento de Investigaciones Políticas y Sociales, vol. 363, 2-1/363.4 (52)/600, AGN.

16 Residentes japoneses en Tapachula, Chiapas, a Manuel Ávila Camacho, Tapachula, 31 de marzo de

1942, Archivo Presidencial de Manuel Ávila Camacho, 111-615-11, AGN.


El general informó a Gobernación que este japonés era peligroso para México, que tenía un radio de onda corta para comunicaciones y que recientemente había vendido una plantación de café en 150,000 pesos y el dinero había desaparecido de la región. Gómez Velasco añadió que Kohashi también tenía negocios en Ixtepec, Oaxaca, así como una casa con hermosos jardines, una gran biblioteca y muebles cómodos. Tenía cuatro hijos, cuatro hijas y una enorme fortuna. Por supuesto, el general quería concentrarlo en la ciudad de México de inmediato. Le dijo a Gobernación: “[el] viernes enviaré a este japonés junto con su hijo Keichi, nacido en México, que trabajaba en Minatitlán, Veracruz, en el distrito petrolero. Es especialista en radio y tiene tres tipos diferentes de radios en la casa de su padre en Ixtepec”.17



El general concluía diciendo que esos hombres eran un riesgo para la seguridad de México por ser fanáticos de Japón y por su inmensa fortuna. Los hombres permanecieron concentrados en el Distrito Federal durante la guerra. Muchas personas que provenían de los países Eje y no eran japonesas habían vivido en México durante un tiempo considerable. Un italiano asentado en esta nación por 34 años, estaba casado con una mexicana y tenían cinco hijos. La familia vivía en Veracruz, donde el hombre había trabajado por muchos años. El gobierno lo obligó a trasladarse a Córdoba, es decir, hacia el interior del país. Sin saber a quien más acudir, le escribió al presidente Ávila Camacho diciendo que tenía graves problemas cardiacos y que el cambio de clima podría afect ar su salud. Quería regresar con su familia en Veracruz. Si bien permaneció en Córdoba durante un tiempo, inexplicablemente pronto le dieron permiso de regresar a Veracruz, donde permaneció durante la guerra.

En otro caso, Antonia Dolores Manrique de Lorelli se quejó ante el gobierno mexicano de que estaba en aprietos porque su esposo era descendiente de italianos. Dijo que la familia había depositado dinero en el banco a nombre de los hijos y los primos de estos, todos ciudadanos mexicanos, pero que si bien el dinero estaba a nombre de los niños, su esposo era la única persona que podía retirar el dinero. Sin embargo, debido a la política del gobierno mexicano de congelar los bienes de todas las personas que parecían estar


17 Antonio de P. Araujo, El Inspector, a Jefe del Departamento de IPS, Coatzalcoalcos, Veracruz, 23 de

julio de 1942, Vol. 367, 2-1/362(52)/886, IPS, AGN.



Relacionadas con el Eje, esos fondos se encontraban inhabilitados. Las autoridades mexicanas respondieron que como el padre no era ciudadano mexicano, tampoco lo eran

sus hijos. La ciudadanía no podía transferirse por medio de la madre, sólo por el padre. Por lo tanto, de acuerdo con el gobierno mexicano todos salvo la madre eran extranjeros. Los funcionarios de Gobernación la avisaron a la señora Manrique de Lorelli que se necesitaba investigar más, antes de poder liberar los fondos. Lo que sucedió en este caso no es parte del archivo. Mientras tanto, la familia permaneció reubicada en la ciudad de México y al esposo no se le permitió trabajar.18



Los alemanes que llevaban años viviendo en México tampoco escaparon de la concentración y el escrutinio. Guillermo Schuppenhausen nació en Alemania y en 1911 viajó a España para aprender español. En marzo de 1912, regresó por poco tiempo a Alemania y fue llamado al servicio militar, pero no aprobó el examen físico del ejército. Casi de inmediato se fue a México, a donde llegó a fines de 1912. Consiguió un trabajo en una compañía que representaba a la empresa industrial alemana House of Krupp. Luego trabajó en otras compañías alemanas en México, principalmente como contador. En 1917, se inscribió en el Casino Alemán y pagó puntualmente sus cuotas hasta que la organización cerró a principios de la guerra. También fue organizador de la Sociedad Benéfica Alema na. Se casó en 1926 con una mexicana, Marta Alemán; con lo que estableció lazos familiares locales. Regresó a Alemania por primera vez en 1923, y llevó a su esposa en 1929, 1935 y 1938. Durante su último viaje se percató de que Alemania se estaba preparando para la guerra y rápidamente regresó a México a solicitar la ciudadanía. Se nacionalizó el 9 de julio de 1940. Su ciudadanía mexicana no lo protegió.

En agosto de 1942, el gobierno mexicano rescindió las cartas de naturalización de toda persona del Eje (o de un país ocupado por éste, que se hubiera naturalizado después de enero de 1938. Agentes mexicanos se infiltraron en algunas compañías del Eje en México, incluida aquella en la que trabajaba Schuppenhausen, y comenzaron a recopilar un expediente sobre él y otros alemanes. Los agentes



18 Antonia Dolores Manrique de Lorelli a SRE, México, D.F., 3 de julio de 1942, 111-914-7, núm. 30,

AHSRE.

supieron que estos alemanes hablaban en su idioma entre ellos y español en presencia de mexicanos. Cuando México entró a la guerra contra las potencias del Eje, el gobierno impidió con frecuencia que individuos como Schuppenhausen siguieran trabajando.


En 1943, la Junta de Administración y Vigilancia de la Propiedad Extranjera le ordenó a la compañía para la que él trabajaba que rescindiera su contrato. Durante el resto de lguerra, dependió de la familia de su esposa para sobrevivir. Al final de la guerra, comenzó el proceso para regresar al trabajo, pero lo hizo hasta 1946. No es seguro que tuviera vínculos con los nazis, pero no pudo probarlo.


Otro caso fue el de Concepción García de Hoth quien solicitó al gobierno la liberación de su esposo en Perote.(lugar donde estaba el campo de concentración) Según su versión, las autoridades mexicanas habían encarcelado a su esposo sólo porque contrató a un trabajador alemán.


La señora García de Hoth insistía en que el hombre contratado era de apellido Kunze y era ciudadano estadunidense. Las autoridades mexicanas afirmaban que Hoth había sido enviado a Perote porque era un riesgo para la seguridad. Además, los agentes del gobierno insistían en que el hombre que su esposo había contratado no se apellidaba Kunze, sino que su nombre era Gerhard Wilhem Keenze, y que había ayudado a espías alemanes en México.


En realidad, Keenze era ciudadano estadunidense por lo que México lo deportó a Estados Unidos. El esposo permaneció en Perote.19 Finalmente, con respecto a las personas del Eje en México, cabe peguntarse si hubo alguna corrupción aparente en el funcionamiento del sistema. Hubo mucha discrepancia acerca de las personas elegidas para ser reubicadas. El proceso requería que los gobernadores o funcionarios locales de una ciudad o estado dieran a conocer los nombres de las personas descendientes d el Eje. Luego, los funcionarios locales hacían una recomendación en la que decían si esa persona era un riesgo para la seguridad y, por tanto, debía ser concentrada. Oficialmente,

todas las personas del Eje debían reportarse para su concentración. El caso de Toshio Shimizu demuestra cómo esto podía evitarse. Shimizu, médico de profesión.


19 Concepción García de Hoth a Manuel Ávila Camacho, México, D.F., 8 de julio de 1942, 550/9-18,

RMAC, AGN.


Habìa llegado a México en 1912 y tenía treinta años de residir en Mazatlán. Se naturalizó en 1927 y había ejercido su profesión con éxito.



El general Plutarco Elías Calles firmó su carta de naturalización. Shimizu juró que México era su “nuevo y amado país” y le dijo a todos que estaba “honrado y orgulloso de ser mexicano”. Luego, el 18 de marzo de 1942, Márquez Ricaño, un representante de Gobernación, y Felipe Gómez Llanos, comandante de la policía estatal en Mazatlán, le advirtieron que tenía diez días para reportarse a concentración en la ciudad de México. El gobernador del estado también le dijo que debía irse a más tardar el 15 de abril. Shimizu creyó que esta orden era irracional, injustificada y que le causaría graves daños a su familia.20



Pero había personas en Mazatlán que deseaban su reubicación. Gobernación insistió en que él debía cumplir. Shimizu fue trasladado a la capital a mediados de junio. El episodio no terminó allí. Shimizu solicitó a Gobernación que le permitiera regresar a Mazatlán, con

lo cual el IPS envió un investigador a indagarlo. Pronto se descubrió que muchas personas de Mazatlán querían que lo reubicaran porque estaban celosos de su éxito; otros no lo querían en Mazatlán por razones morales. El agente supo que Shimizu era un ginecólogo que se había enriquecido practicando abortos. Algunas personas de la localidad, incluidos los sacerdotes, sugirieron que “sus dedos habían ayudado a la desaparición de una generación de mexicanos”.



21 Además, decían que se trataba de un plan concertado por Japón para reducir el número de mexicanos, mientras que en ese país la política a favor de los nacimientos producía más japoneses. Por ello, según algunos mexicanos en Mazatlán, la lógica dictaba que era un plan a largo plazo para que más japoneses migraran a México y, a la larga, Japón se posesionara de este país. Shimizu había acumulado una enorme fortuna, compró algunas tierras en las que construyó un rancho. Había comprado parte de sus tierras poco tiempo después de su llegada a México, por lo que se encontraban entonces en las afueras de Mazatlán, pero con el t iempo quedaron dentro del pueblo cuando éste creció.

20 Lic. Rogerio de la Selva a Subsecretario de Gobernación, México, D.F., 16 de abril de 1942, vol. 363,

2-1/362.4(52)/591, IPS, AGN.

21 Lic. Rafael Murillo Vidal a Jefe del Departamento de IPS, México, D.F., 26 de junio de 1942, vol.

364, 2-1/362.4(52)/764, IPS, AGN.


Prudentemente, donó parte de la tierra para que se construyera un parque en la ciudad. Una vez concentrado en la ciudad de México, Shimizu se comunicó con los funcionarios de Gobernación, pidiendo permiso para regresar temporalmente a su casa a administrar sus negocios, en particular para pagar a los trabajadores de sus ranchos. Un mes después de llegar al Distrito Federal, recibió el permiso para regresar a su casa por unos días. Una vez en Mazatlán, escribió a algunos amigos en el Distrito Federal con le fin de pedirles que le permitieran quedarse en donde vivía. El gobierno le ordenó regresar a la ciudad de México, donde permaneció por corto tiempo. Un mes después solicitó permiso para regresar a Mazatlán, lo cual se le autorizó nuevamente. Esto continu ó hasta que el gobernador de Sinaloa, un colega cercano de Shimizu, le dijo a Gobernación que no enviaría a este japonés de regreso a la capital. Esta negociación continuó, así como los viajes de Shimizu entre la ciudad de México y Mazatlán, hasta marzo de 1943, cuando el secretario de Gobernación, Miguel Alemán, personalmente le otorgó permiso a Shimizu de permanecer en Mazatlán.22 De algún modo durante el proceso Shimizu negoció su liberación con las autoridades estatales y federales.



Edgar Hilgert, un alemán que trabajaba en el Banco Germánico de la América del Sur, también recibió un trato preferencial. Algunos mexicanos lo acusaron de ser agente de la Gestapo. Samuel Reyes Retana, quien no se identificó como agente del gobierno, habló con Hilgert, sugirió entonces que debía ser enviado a Perote o lo fusilarían, pero que eso no ocurriría si Hilgert cooperaba. En el proceso, Reyes Retana mencionó algo sobre un millón de pesos. Desde luego no quedó claro a quién representaba Reyes Retana, no obstante el resultado de todas las negociaciones fue que Hilgert permaneció libre de hacer su antojo en la ciudad de México durante la guerra, como fue el caso de muchos alemanes importantes. El 8 de agosto de 1946, invocando el artículo 33 de la constitución mexicana, el gobierno expulsó a Hilgert de vuelta a Alemania.23


22 Adolfo Ruiz Cortines, El Oficial Mayor de Gobernación, a La Junta de Administración de la Propiedad

Extranjera, México, D.F., 10 de marzo de 1943, IPS, AGN.

23 Memorandum: Caso Hilgert, n.d., vol. 752, 2-1/A.G.D./937, IPS, AGN.


Estos breves ejemplos de cómo Estados Unidos y México se encargaron de las personas relacionadas con el Eje durante la segunda guerra mundial muestran un patrón del trato que recibían estos sujetos y que resultaba económica, social y moralmente extenuante para ellos. Después de la guerra, la mayoría de japoneses internados en Estados Unidos regresaron a sus hogares en California y a lo largo de la costa oeste. No se les prestó mucha atención, sino hasta el inicio de las reparaciones en 1990. En México, la mayoría de los japoneses de Baja California y otros estados no regresaron a la costa oeste de México o a sus antiguos hogares, sino que se quedaron en la ciudad de México, Guadalajara y otros lugares donde habían sido reubicados. Alemanes e italianos tamb ién se quedaron en las ciudades grandes. Al finalizar la guerra, casi todos esos individuos reanudaron sus negocios o actividades agrícolas en cuanto pudieron hacerlo. La mayoría de alemanes e italianos en México no sufrieron tanto por consecuencia de la guerra como los japoneses, lo mismo ocurrió en Estados Unidos, aunque obviamente hubo casos aislados de abuso oficial (y no oficial) de individuos relacionados con las naciones del Eje.